miércoles, 30 de noviembre de 2016

El dojo y el sensei


El dojo y el sensei

http://aikido-villaconstitucion.weebly.com/el-dojo-y-el-sensei.html

 
 

Antiguamente era algo difícil que un Sensei aceptara a un alumno (Deshi ó Montei) por mero hecho de querer aprender el arte de la escuela (ryu), éste antes de entrar tenía que ganarse la aceptación del Sensei poniéndose a prueba, éstas pruebas eran tanto psicológicas físicas (limpieza, favores, trabajos duros...); éstas pruebas eran principalmente realizadas para conocer el carácter del futuro alumno, para forjarlo y ver al igual tanto sus capacidades mentales como físicas, fortaleciendo al mismo tiempo el cuerpo y la moral del alumno para estar preparado para su entrenamiento marcial.

 

Una vez que el Sensei lo aceptara (que no eran todos los casos) como alumno, tomaba el nombre de Nyumon-sha, que significa "aprendiz aceptado", éste tenía que realizar un juramento (algunos ryus lo firman con sangre) antes de entrar en el Dojo, llamado "Keppan", en el juramento se establecía la lealtad y respeto al Sensei, el no divulgar las enseñanzas a los demás (sin el permiso del Sensei), así como utilizar el arte en beneficio de la paz y la justicia.

 

Antiguamente, desde el primer momento en que el alumno pisara el Dojo, éste no debe jamás preguntar nada ni opinar nada, todo lo que diga y explique el Sensei se aplicará y realizará sin ninguna excusa y vacilación. Su comportamiento será el más correcto y su etiqueta deberá ser intachable, siendo la principal virtud que deberá cultivar. El aseo y la puntualidad son dos normas que deberá tener siempre, así como un espíritu de superación y colaboración con los demás, siendo una persona cortes que ayude en lo que pueda a las demás personas, siendo esta una señal de hombre de buen corazón (kokoro).

 

El Sensei es una persona que se merece toda la atención de sus alumnos, al igual, el Sensei mira a sus alumnos como hijos, aunque su comportamiento no fuese a veces el adecuado siempre lo hace con un sentido y motivo. Las enseñanzas a veces suelen ser duras, pues así saca lo mejor de cada alumno, haciendo de ellos hombres digno de valor y respeto.

 

El Sensei es una persona que no siempre actúa igual, a veces parece extraño y otras veces parece familiar, su principal función es la de encaminar a sus alumnos en el camino de la verdad, desvelando ante ellos pequeños secretos que no son en sí grandes misterios, sino que normalmente no los vemos debido a nuestra falta de visión de la vida.

 

Muchas veces, debido a ciertas dificultades, el alumno se ve desanimado , parece que no puede conseguir lo deseado, el Sensei, con una simple frase ó una breve narración, puede hacer levantar el ánimo al alumno, pues su sabiduría hace ver a los alumnos lo que su espíritu no podía ver, y hace despertar nuevas visiones y aspectos de la vida.

 

El Sensei siempre tiene solución a todo, pero él no puede hacer las cosas por los alumnos, él enseña, guía y aconseja, pero es el alumno el que tendrá que afrontar, sentir y afrontar los obstáculos; enseña que nada se consigue sin esfuerzo y que no hay atajos en las Artes Marciales (Buguei Ni Chika Michi Nashi), pues, puede que llegues de primero mediante el camino más corto, pero el que recorre el camino más largo consigue mas experiencias y ve más el mundo, esto dice que lo más importante no es conseguir el objetivo, sino degustar y disfrutar el camino hacia él, pues cuanto más rico sea el camino, más rico espiritualmente seremos, y cuando miremos atrás, nos sentiremos satisfechos de todo lo que hemos logrado con tanto esfuerzo, voluntad y constancia.

 

En conclusión, el Sensei es un guía espiritual y entrenador marcial que nos lleva mediante las artes marciales a una superación tanto moral, física y espiritual; siendo éste sobre todo una persona con grandes virtudes morales y éticas. Y desde luego, el Sensei es nuestra máxima autoridad en el DO, y le debemos respeto en el dojo y en todo lugar…

 

En el Dôjô, el estudiante trata de olvidar todos sus problemas y conflictos cotidianos para centrarse única y exclusivamente en su Arte y su mundo. Durante el tiempo que permanece en el Dôjô, no existe familia, ni trabajo, ni problemas, sólo su Arte Marcial. No es sorprendente que un artista marcial esté más equilibrado como ser humano, pues él sabe que la totalidad de su persona necesita tanto de su cuerpo como de su mente, de forma que lo hace trabajar al unísono. La atmósfera en un Dôjô es de energía. Los estudiantes aprenden a no exteriorizar el dolor cuando son dañados en un combate y a no mostrar debilidad. Ambas disciplinas trabajan juntas para la formación de la salud física y de la fuerza del carácter del practicante.

 

Un alumno sea Kyu o Dan, no debe olvidar nunca esto: “UN ALUMNO PUEDE SER EL ORGULLO O LA VERGÜENZA DE SU SENSEI”.

 

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Meditación y movimiento. Aikido y espiritualidad


Meditación y movimiento.  Aikido y espiritualidad


Escrito por Juan Pablo Sentíes Santos

 



Al analizar las técnicas del aikido, apreciaremos mejor las diferencias que existen entre otros budos, como el karate y el judo.

El karate se practica con atemis de puño, barridos y patadas. Sus movimientos generalmente se efectúan en línea recta.

El judo, en general, se practica a partir de agarres y presas de mangas y solapas, donde se busca el momento de proyectar e inmovilizar.

En el aikido se mantiene alejado, observando los movimientos del adversario. En el momento de contactar se reacciona aplicando la técnica más adecuada. Se emplea como en el judo la técnica del tirón y el empuje: es decir, “tira cuando te empujen y empuja cuando te tiren”. Igual que en el karate hay atemis y ataques de pies, pero sus movimientos son curvos o circulares, donde todo ataque lanzado en línea recta se absorbe y canaliza controlándolo con un movimiento circular, con un efecto centrípeto hacia un centro situado aproximadamente en el abdomen del aikidoca.

Las técnicas del aikido han de ejecutarse como se escribe la caligrafía, esto es con un único trazo firme, continuo, sin apenas interrupción y rápidamente. La trayectoria circular de un movimiento no tiene ni principio ni fin, de forma que el flujo de energía que lo anima no se interrumpe en su fluir constante.

Estas técnicas se fundamentan en la esgrima japonesa (kendo y iaido). Es con estos budos el kenjutsu y el jojutsu, con los que más se identifica, dada la influencia del creador, puesto que las practicó y dominó para llagar a conformar el actual aikido.

El aikido debe ser practicado con mucha flexibilidad y dinamismo, con desplazamientos muy cortos y rápidos, aquí es necesario poner atención en el trabajo de las caderas, buscando proyecciones cortas para provocar el desequilibrio sobre el ataque.

La práctica del aikido consiste en series de formas espirituales sin fin. Van muy unidas las técnicas con el concepto filosófico, de tal forma que en su ejecución no pueden separase, en donde se está más allá de la concepción de las formas.

Los practicantes (uke y tori) van tomando contacto y de una forma espontánea surge la técnica Alineación a la izquierdamás apropiada.

El sentido de victoria o derrota es eliminado en este estilo altamente ceremonioso, y las técnicas se asimilan en forma de “katas con compañero”. En cooperación con otro practicante, cada movimiento se repite hasta ser completamente asimilado y llegar a ser una acción condicionada espontáneamente.

Se insiste que el aikido es meditación en movimiento, y que la respiración está relacionada con la técnica, más que con los principios, esto mismo se puede aplicar a la gran mayoría del quehacer humano, donde la acción debe acompañarse de su correspondiente meditación o reflexión para llevar a cabalidad dicha acción. Al practicar aikido, lo más importante es que uno crea en uno mismo y en lo que está haciendo, en lugar de enfocarse en lo que hacen los demás. Hay que olvidarse de la conducta de los otros y ser sincero consigo mismo, esa es la esencia del aikido.

viernes, 14 de octubre de 2016

"Shu" "Ha" "Ri"


“SHU” “HA” “RI”

Por Endo Seishiro Shihan
 
 
 
  

 

“Existe un concepto de “SHU” (permanencia), “HA” (ruptura) y “RI” (libertad), que describe cómo un individuo se envuelve en la “forma” al entrenar. “SHU” es el proceso por el cual seguimos las formas fielmente e intentamos dominar los fundamentos del arte. Es la llamada etapa de aprendizaje.
 
Puesto que los excelentes predecesores hicieron un gran esfuerzo durante mucho tiempo por acumular la forma, es natural seguirlos. Al mismo tiempo, es inevitable que pongamos algo de nosotros mismos en la forma final, ya que entrenamos dentro de ella. Incluso si la forma es maravillosa, es inevitable que alguien no se sienta del todo cómodo con ella, ya que cada forma ha nacido de diferentes personas que tienen diferentes cualidades, cuerpos y experiencias fundamentales en la vida.
 
Cuando profundizamos en el aprendizaje de la forma, las dificultades se presentan naturalmente. En este punto, debemos sentir el deseo de “romper la forma”, destruyendo la forma que hemos dominado. Esta es la etapa de “HA”. Sin embargo, “HA” no es un estadio de larga duración, ya que no es una situación soportada por un espíritu de creatividad. Cuanto más se rompe la forma, más vacíos nos sentimos. Nos encontramos con que somos alcanzados por “la forma”, mientras estamos rompiendo “la forma”. Queremos liberarnos de tal cautiverio y deseamos realizarlo con una mente verdaderamente libre.

 
Cuando se alcanza esto, se llega a la etapa de “RI”. “RI” es la etapa de crear nuevas formas, cuando “hay madurez”. Allí, el que entrena está preparado para olvidar las formas y realiza lo que no está en la forma.”

 

lunes, 26 de septiembre de 2016

La espiritualidad intraducible (o mal traducida) de O Sensei).O como traducir lo intraducible.

La espiritualidad intraducible (o mal traducida) de O Sensei).O como traducir lo intraducible.
Tomado de: http://www.aikidoenlinea.com



Entender los discursos espirituales de O Sensei no es fácil. Pero es que además, tenemos evidencias claras de que no han sido correctamente transmitidos. A partir de esta ahora, en Aikido en Línea dedicaremos varios artículos a este tema, que nos parece del mayor interés.

Empezaremos con una anécdota extraída del libro publicado por Koichi Tohei en 1999 ( : 確立: Ki no Kakuritsu “Nakamura Tenpu y Ueshiba Morihei: El Establecimiento del Ki), y traducida por Chris Li en su blog de Aikido Sangenkai (en inglés en original). Esta anécdota tuvo lugar en 1961, cuándo O Sensei viajó a Hawai acompañado de Tohei Koichi y un joven Tamura Nobuyoshi (entonces un veinteañero):

Esta es una historia de mucho más tarde, después de la guerra y cuando el Aikido se estaba expandiendo de manera explosiva en los Estados Unidos. En ese momento se contaban únicamente historias positivas de Ueshiba Sensei. Las historias negativas en absoluto circulaban. Eso está bien, por supuesto, pero el problema estaba en la forma de transmitir las palabras de Sensei. En cualquier caso, incluso entre los japoneses nativos el significado era bastante difícil de comunicar. En un país con una cultura totalmente diferente la dificultad aumentaba considerablemente.

Cuando Sensei fue a Estados Unidos un periodista local se acercó a realizar una entrevista. Las cosas que Ueshiba Sensei explicó eran exactamente las mismas que contaba en Japón. Decía cosas como “a través de la combinación de amor y luz …”, cosas que no se pueden entender fácilmente en japonés. Incluso cuando se le preguntaba cosas como “¿Cómo se combinan el amor y la luz?”, no había respuesta. Como no había ninguna racionalidad preestablecida o lógica desde el principio, es natural que no hubiese conclusión alguna. Ueshiba Sensei decía: “Nunca he perdido una discusión”, pero entiendo que dado que la pregunta del otro y la respuesta de Sensei nunca coincidían entre sí, por supuesto no podía perder.

Por último, el reportero me preguntó, “no puedo escribir un artículo como este, ¿podría traducirlo por mí?”. Ueshiba Sensei dijo, “Sí, eso es muy acertado” de manera bastante tranquila, pero el problema vino con el estudiante encargado de realizar la traducción.

La noche del día siguiente, cuando el periodista llegó a recoger el borrador del artículo, echó un vistazo y vio que el estudiante había estado tomando una larga siesta. Cuando le pregunté, “Hey, está la traducción terminado?”, La respuesta fue: “Yo no lo he hecho”. De hecho, nada se había hecho.

“Oye, no has hecho nada?”

“No hay manera de hacerlo. Las palabras de Sensei no se pueden entender “.

“¿No te dijo Sensei que había que hacerlo? No sirve de nada decir que no se puede entender, el periodista llegará muy pronto “.

“No importa lo que digas, lo que no se puede hacer no se puede hacer, es imposible.”

En ese momento, otra persona en la habitación me regañó. “Tohei Sensei, usted no puede hacer tales demandas imposibles. Es patético meterse con él, incluso si no es capaz de hacerlo. ¿Puede Tohei Sensei hacerlo? Si Sensei puede hacerlo, entonces ¿por qué no sigue adelante y lo hace? ”.

Entendí que estaba en lo correcto, por lo que decidí que iba a realizar la traducción. No podía traducir “a través de la combinación de amor y luz …” directamente. Sin embargo, si el amor es “Más Ki”, y si la sombra es más negativo que la luz también significa “Más”. Si esto es como yo pensaba  todo podría ser reemplazado con “Más”, y cambié todas las frases de “Amor y Luz” con “Más Ki”.

En otras palabras, era una paráfrasis extraída del original. No lo escribí exactamente en la forma en que Sensei lo explicó, pero el significado no había cambiado. De esa manera, tuve la oportunidad de completar la traducción. Sin embargo, le dije al estudiante, “Dado que se le pidió hacer la traducción, diremos que se trata de su trabajo”, y le hice copiar todo de nuevo.

En el periódico del día siguiente se publicó un artículo halagador hacia Ueshiba Sensei. Cuando el maestro Ueshiba vio el periódico al día siguiente le dijo al estudiante: “¡Ah, si usted lo dice de esta manera entonces todo el mundo lo entiende – a partir de ahora va a traducir todos mis discursos.”
El estudiante se llevó las manos a la cabeza y gimió.

Chris Li argumenta, creemos que con razón, que este alumno no era otro que Tamura, que no tenía ni idea de lo que Ueshiba decía cuándo hablaba. Sólo tres años más tarde dejaría Japón para marcharse a Francia, dónde viviría el resto de su vida. Es más, también parece claro que Tohei no veía ninguna racionalidad en los discursos de O Sensei. Si tenemos en cuenta que fue hasta 1974 el instructor principal del Hombu Dojo, y una notable influencia en muchos shihanes, ¿cómo afectó esto a la transmisión de las ideas y planteamientos espirituales y sobre el Aikido de Ueshiba? Es más, todo parece indicar que las palabras de Ueshiba fueron traducidas de manera un tanto arbitraria para hacerlas más comprensibles, “saneándolas” de lo que se consideraba simple jerigonza religiosa.


Interesante, ¿verdad? Sin duda, el planteamiento espiritual en el que se forjó el Aikido es hoy en día un gran desconocido, si tenemos en cuenta que ha sido filtrado por alumnos de O Sensei que realmente no lo entendían. Un tema muy importante para entender el Arte, y que seguiremos tratando en posteriores entradas.

viernes, 9 de septiembre de 2016

¿Por qué tu maestro te hace trabajar los fundamentos una y otra vez?

¿Por qué tu maestro te hace trabajar los fundamentos una y otra vez?

https://blogkidokansevilla.wordpress.com/

Los maestros de artes marciales dan mucha importancia a la técnica fundamental. Las bases de un sistema son consideradas casi sagradas y se repiten hasta la saciedad.
Esto parece comprensible cuando se trata de alumnos principiantes o que aún no han alcanzado un nivel alto. Los fundamentos, como su nombre indica, son la base sobre la que se sostiene un arte marcial. Por tanto son lo primero que debemos aprender. Cuando nos introducimos en una disciplina desconocida, un buen manual nos ayudará a entenderla, y a partir de ahí podremos leer y comprender textos más especializados, sobre cuestiones más concretas de esa disciplina. Pero lo básico, lo más importante, está en el manual. La técnica fundamental es el manual de las artes marciales.
Sin embargo, cuando se trata de alumnos avanzados, con niveles altos, que ya han “leído” las bases… ¿por qué se empeñan los maestros en seguir trabajando los fundamentos? Lamentablemente creo que hay veces en que podemos responder con un triste “por qué no saben más que eso”. Pero no siempre será este el caso ¿no? Maestros de trayectoria contrastada y de amplios conocimientos, fuera de toda duda, también suelen insistir en la repetición y el estudio de las técnicas de base. ¿Por qué tengo que seguir trabajando esto? – se preguntan a veces los alumnos – ¡si lo he repetido miles de veces y ya sé hacerlo!.

Un amigo y gran maestro me contó una historia:
“El Dojo de Morio Higaonna en Okinawa (uno de los más reconocidos Sensei de Karate Goju Ryu) tiene una pequeña ventana que da a la calle y desde la que se puede ver el tatami. Cierto día, un alumno pasaba por allí y se asomó con la esperanza de ver al maestro practicando, y averiguar así cuál es el secreto de su Karate. Tuvo la suerte de poder observar como Higaonna Sensei ejecutaba una y otra vez un potente chudan uke (defensa media). Cuando se aburrió de ver repetidamente la misma técnica, se marchó decepcionado. Al cabo de un par de horas, de regreso, volvió a pasar por el dojo, y decidió probar suerte de nuevo y asomarse a la misma ventana. Para su sorpresa, el maestro seguía realizando chudan uke. En ese momento comprendió el secreto del karate de Morio Higaonna Sensei.”

¿Repetir las técnicas fundamentales durante horas? ¿Puede ser éste el secreto de las artes marciales? Pues sí… pero no. Con repetir no basta. Si se llaman fundamentales debe ser porque son el fundamento de algo más ¿no te parece?. Las técnicas de base contienen los principios que rigen el sistema o el estilo. Por eso sobre ellas se asienta el aprendizaje, o lo que podemos llamar “evolución”. Pero esta evolución no se construye simplemente repitiendo, sino que es necesario el estudio, la práctica consciente… Con la ejecución sistemática de series interminables de técnicas, sin reflexión ni análisis, no es suficiente para evolucionar.
Así que parece que es necesario comprender bien las bases, de acuerdo. Pero entonces, una vez se han practicado y estudiado ¿para qué volver a practicarlas y estudiarlas? ¿No sería más productivo emplear el tiempo y esfuerzo en seguir progresando, en vez regresar a algo que ya hemos entendido? Si vemos la evolución marcial como algo lineal, desde luego no tiene mucho sentido volver atrás. Desde esta perspectiva, las bases se practican y se aprenden, y ya no es necesario trabajarlas de nuevo.
Sin embargo, ¿alguien piensa que Sensei Morio Higaonna está aún en una fase de aprendizaje de la técnica básica? Creo que esta hipótesis podemos descartarla ¿verdad? Entonces ¿por qué sigue practicando chudan uke? ¿Es posible que la evolución marcial no sea lineal, sino cíclica? Como hemos señalado, los fundamentos nos sirven de punto de partida para seguir aprendiendo. Pero esta evolución nos permite, a su vez, profundizar en las técnicas básicas y entenderlas mejor. Verlas desde una nueva perspectiva, y tomarlas, de nuevo, como punto de partida para seguir evolucionando. Y así una y otra vez.
Seguramente el maestro Higaonna no estaba simplemente ejecutando repeticiones de chudan uke: estaba estudiándolo. Sí, ya habrá analizado esta defensa muchas veces, pero tal vez sus experiencias y sus conocimientos pueden ayudarle a descubrir nuevos matices, a desarrollar nuevas ideas. Quizás incluso a darle un nuevo sentido a la técnica.

Por eso los maestros nos hacen practicar una y otra vez los fundamentos. Simplemente te están indicando dónde tienes que buscar, en qué tienes que basarte para seguir evolucionando. Te están dando un manual y diciéndote que lo tomes como referencia, como libro de consulta. Que apoyes en él tu aprendizaje, porque encontrarás ahí todo lo importante que necesitas para progresar.
Así que la próxima vez que tu maestro te haga practicar los desplazamientos, las defensas básicas o las caídas, evita expresiones de resignación, los gestos de disconformidad, las caras largas… Y dale las gracias.

domingo, 28 de agosto de 2016

La limpieza

La Limpieza
Por Tamura Nobuyoshi.
Extraído de:
Aikido Etiqueta y Transmisión




Saber desplazar lo que molesta para la limpieza y saber volver a ponerlo en su sitio es un acto sencillo que educa la atención. Decidir lo que se debe tirar y lo que hay que conservar educa el sentido de decisión.

Pasar el paño por el piso constituye un excelente ejercicio para las piernas y caderas. Incluso cuando un sitio parece limpio, basta con pasar un trapo húmedo para convencerse de lo contrario. Renovando el agua, lavando los trapos de limpieza y limpiando el suelo se experimenta la sensación de refrescar el propio espíritu.

No obstante, para meter las manos en el agua helada en las mañanas de invierno hace falta valor: vencer el espíritu del abandono es parte integrante de la práctica.

Cuando los bokuto, jo, sandalias, etc., están en su sitio, el aspecto de las cosas es agradable a la vista y son fáciles de utilizar. No sólo se trata de satisfacer la conciencia estética, sino también de una educación natural que conduce a reconocer la importancia de la preparación. El tiempo consagrado al entrenamiento es limitado. Los breves instantes que le preceden y le siguen son cortos. Por ese motivo es necesario sacarle el mejor partido posible a hacer la limpieza, lo que supone un buen ejercicio en el sentido de previsión y organización. La decisión de empezar por aquí para continuar por allá y terminar más allá es un ejercicio para el juicio y el espíritu de decisión. La limpieza no sólo pretende purificar el exterior. Esto explica que sea necesario limpiar una y otra vez y sin cesar los lugares que parecen limpios.

El enseñante, que se vale de su conocimiento, no debe contentarse con lograr que sus alumnos hagan la limpieza, es deseable que su ejemplo sea un aliciente para ponerlo en práctica. Me gustaría que meditaran ustedes sobre este pensamiento de O Sensei: "El aikido es la limpieza del cuerpo. Hay que eliminar la suciedad y las impurezas del cuerpo y el alma".

Cuando entra usted en un dojo bien limpio y lustroso, de forma inmediata el corazón se encuentra reconfortado. Estoy convencido de que la práctica diaria del cuerpo y el espíritu se manifiesta de esta manera.

Para hacerlo bien, todos deberían limpiar el dojo por su propia iniciativa antes y después del ejercicio. La limpieza permite colocar las cosas en su lugar, clasificarlas y ordenarlas.

Además, la limpieza es una buena práctica tanto mental como física.

Cuando yo era uchi-deshi, nos uníamos a los demás practicantes para limpiar juntos no sólo el dojo sino también la entrada, los pasillos, los lavabos, los vestuarios, el dormitorio de los uchi-deshi y la calle delante del dojo.

La limpieza te enseña mucho.

Tomemos como ejemplo mero hecho de utilizar la escoba: hay que sujetar el mango con ligereza y hacer llegar el ki hasta los pelos del cepillo, utilizarlo con agilidad, ligereza y fuerza. El principio es el mismo que para el sable o el bastón. Es un ejercicio que, barriendo todos los rincones, permite aprender a ver hasta los aspectos ocultos de las cosas.

lunes, 15 de agosto de 2016

Geometría de los ataques en Aikido

Geometría de los ataques en Aikido
Por Alejandro Villanueva. // Tomado de http://www.aikidoenlinea.com




– ¡En la calle nadie te ataca así!
– ¡Se ha tirado!

Es tan común escuchar estas cosas ante una demostración o incluso ante un vídeo de O Sensei (normalmente ya anciano) que el aikidoka poco experimentado queda falto de palabras para responder. Intentemos, poco a poco, dar nuestro punto de vista sobre estos temas.

En la calle nadie te ataca así

Reconozcámoslo. En Aikido empleamos tan solo estos ataques en un keiko tipo: shomen uchi, yokomen uchi y tsuki. Esto en cuando a golpes. Únicamente tres. ¿Qué tipo de sistema serio enseña a defendernos de tres ataques, dos de los cuales normalmente clasificamos como estúpidos (shomen / yokomen uchi) y un tercero (tsuki) brutalmente telegrafiado?.

Bueno. Hay varias respuestas.

Los sistemas japoneses tradicionales, aparte de enseñar defensa ante una gran multiplicidad de agarres, enseñan defensa ante los mismos golpes que el Aikido. Quizá con la inclusión de mae geri (keri komi, etc.) y de ura yokomen uchi (gyaku yokomen uchi, nuki uchi, etc.). Así que no estamos tan desencaminados en este aspecto.

En realidad no hace falta más variedad en los ataques en un entrenamiento serio de kihon. En estos tres ángulos está todo:

Shomen uchi― golpe descendente tipo. Shomen uchi representa cualquier tipo de corte o golpe de arriba a abajo. Con la mano abierta (shuto uchi), con la mano cerrada (tetsui uchi), con el antebrazo (wanto uchi), con un palo, etc. No hace falta practicar ante todos estos casos particulares durante el kihon geiko. Está todo contenido aquí.

Yokomen uchi ― golpe oblicuo tipo de fuera a dentro. De nuevo puede ser con la mano abierta, un bofetón castellano, hostia a rodabrazo o el más común sucker punch. Incluso un gancho cerrado. Yokomen uchi es todo lo que hace falta para estudiar este ángulo de ataque.

Tsuki ― golpe recto tipo. Todo lo que viene derecho a nosotros entra en esta categoría. Lo mismo un oi tsuki que un mae tsuki, jun tsuki, koshi tsuki o gyaku tsuki. Si viene recto, aquí se estudia.

¿Qué pasa con la multitud de otros casos? No pasa nada. Están aquí, ocultos a plena vista.

¿Ura yokomen uchi? Analizando un poco el ataque y sus maneras de neutralizarlo… ¿cuánto se diferencia de shomen uchi? Poco. O nada. En lo fundamental es en realidad lo mismo. ¿Mae geri, gyaku geri? Misma entrada que en tsuki. ¿Mawashi geri? Fundamentalmente igual queyokomen uchi. ¿Furikomi tsuki o cualquier golpe de abajo hacia arriba? Se entra como ante un tsuki.

Por supuesto sería ilusorio pensar que estamos preparados para actuar ante estos ataques tan sólo practicando los tres ataques arquetípicos mencionados. El oyo waza, o técnicas aplicadas, es siempre necesario y aquí es donde cobra protagonismo, pero no debemos obsesionarnos con él. Oyo waza se trabaja naturalmente cuando el kihon waza se encuentra asumido. Sólo de esta manera somos capaces de hacer frente a situaciones para las que el waza fundamental no está diseñado.1

Estudiando estos tres ángulos – descendente, oblicuo y recto – estamos entrenando atributos que nos permitirán aprender todos los demás de manera trivial. La palabra clave es “estudiando”.

jueves, 28 de julio de 2016

La importancia del Seiza



La importancia del Seiza

Tomado de:

 https://aikicallimich.wordpress.com



 
A muchos alumnos les he pedido que pongan más voluntad en desarrollar su habilidad y capacidad, para sentarse correctamente en la posición de Seiza. Es necesario que conozcan todas las ventajas que nos aporta la postura y su importancia en las técnicas de Suwari Waza y Hanmi Handachi Waza.

En el aspecto físico nos ayudan a desarrollar la fuerza y el dominio de las caderas, una postura correcta y recta, nos refuerza y fortalece los músculos de la espalda y piernas, la elasticidad de las articulaciones de rodilla, tobillo y dedos de los pies, desarrolla nuestra habilidad al desplazarnos y nos ayuda a exteriorizar el KI.

Pero su mayor importancia es el aporte que hace para el practicante en cuanto a la comprensión profunda del Arte y de su etiqueta. Respecto a este tema podemos encontrar el siguiente texto, del cual hacemos un extracto. El texto original se puede leer en el libro, “El Espíritu del Aikido”. Por. Kisshomaru Ueshiba.

“….estos ejercicios están basados en el seiza, el estilo tradicional de sentarse. Una vez que esta postura se convierte en un modo natural de sentarse, como se requiere al principio y al final de cada clase de aikido, conduce por sí sola al desarrollo de una adecuada etiqueta. Desde tiempos antiguos ha sido una máxima del budo: «Comienza con la etiqueta y termina con la etiqueta.» La etiqueta que se enseña en aikido -respeto mutuo, consideración por los demás, aseo- no se les impone a los alumnos mediante adoctrinamiento o amenazas, sino que es la consecuencia natural de aprender a sentarse correctamente en seiza y de dominar los fundamentos del Suwari Waza. El cuerpo recto está relacionado con la mente recta, y la clave del asunto radica en el respeto por el alumno individual, el cual deseará, desde su interior y por propia iniciativa, comportarse de acuerdo con las más altas normas de conducta. La etiqueta es un aspecto importante de la práctica para todo alumno de aikido.

La postura seiza de sentarse, una civilizada costumbre ceremonial entre los japoneses desde tiempos antiguos, es la fuente de la etiqueta natural impresa en la mente de la gente. Aunque la costumbre de sentarse en seiza puede estar decayendo en la vida diaria, estoy convencido de que sus raíces éticas y espirituales no desaparecerán fácilmente. Y cuando veo a los niños en el Dojo sentados en seiza, con sus espaldas rectas y las dos manos colocadas sobre sus rodillas dobladas, renuevo otra vez mi convicción de que debe seguir ocupando un lugar central en la práctica del aikido, porque es la fuente de la etiqueta correcta, es básica para muchas técnicas y es esencial para el buen entrenamiento.
Espero que se tenga muy en cuenta esta enseñanza en nuestras próximas clases y que esto contribuya a nuestro desarrollo y disfrute del Aikido.

lunes, 11 de julio de 2016

Importancia de los seminarios. ¿Por qué participar de seminarios?

Importancia de los seminarios. ¿Por qué participar de seminarios?





Participar de un seminario nos da la oportunidad de exponernos, en principio.

En mí opinión uno debería ir vacío a un seminario para obtener de esta manera el máximo de información y experiencia; no obstruyendo con nuestros preconceptos la visión del Sensei que nos brinda el seminario.

Un seminario también nos da la posibilidad de intercambiar nuestra práctica con participantes que ni siquiera conocemos, de los cuales no tenemos idea de su peso, su potencia, ni forma de moverse, permitiéndonos así desarrollar nuestra técnica.  Asistir a un seminario nos permite saber dónde estamos parados en nuestro desarrollo, fomentando también una hermosa camaradería entre los participantes. Mantenerse siempre en un lugar conocido, practicando sólo con quienes conocemos me parece que es estancarse, es temer exponerse, lo que al final de cuentas es un gran obstáculo. El miedo infundado es un obstáculo también en nuestras vidas.

Siempre hay alguien en la práctica del que podemos aprender, tomar la oportunidad de mejorar o avanzar en nuestro conocimiento del arte, siempre hay algún detalle, algún movimiento que no percibíamos que se nos aclara o simplemente desconocíamos.

La intensidad del seminario nos lleva a elevar nuestra capacidad de resistencia. Generalmente los seminarios se llevan a cabo los fines de semana, esto es bien sabido por quienes practican, iniciando el viernes con una clase nocturna habitualmente de dos horas de duración; el sábado una por la mañana y una por la tarde, en algunas ocasiones suelen tomarse exámenes al término de ésta, y para finalizar, el domingo por la mañana la última clase. La sensación de tranquilidad y relajación una vez cumplido el seminario es impagable.

Otro de los aspectos positivos de un seminario es tener acceso a varios Sensei con mucha trayectoria dentro del aikido por un costo ínfimo, comparado con tener que viajar al exterior. Internet ha mejorado el acceso a tener conocimiento de distintos maestros, pero ello es incomparable con el contacto directo;  la sensación de cercanía y el nivel de detalle  de estar con quienes son parte de la historia del aikido, desde Doshu Kisshomaru Ueshiba quienes tuvieron la oportunidad, su Hijo, el nuevo Doshu Moriteru Ueshiba, los alumnos directos de O’sensei o algunos shihanes alumnos de estos.


Al fin de cuentas son innumerables los aspectos positivos de participar de un seminario como ya dije, mejorar nuestra actitud, mejorar nuestra técnica, tener una nueva perspectiva de las mismas, desarrolla nuestra resistencia física, permite tener contacto con distintos practicantes y un largo etcétera… en fin una oportunidad de crecer. 

sábado, 25 de junio de 2016

Entrevista a Sensei Tomita (por Rev. Cinturón Negro)

Entrevista a Sensei Tomita ( por Revista Cinturón Negro )
Tomado de la revista Cinturón Negro, 2010



Inexorablemente, nuevas voces pueblan el panorama del Aikido a nivel mundial. El recambio generacional es un hecho; pese a las buenas palabras de unos y otros, diferentes corrientes surcan las aguas revueltas del intempestivo estuario del arte de Ueshiba en los albores del siglo XXI. En esta labor de traeros a los más destacados personajes del Aikido internacional hoy os presentamos al Maestro Tomita Seiji.
Tomita tiene no sólo un gran interés como maestro, sino también como persona; pude percibir en él una gran sensibilidad hacia lo abstracto, un sexto sentido enfocado siempre en lo intangible, un espacio interior vivo en el que la descripción de sus percepciones personales del mundo se superpone continuamente a la comprensión de la realidad. Indudablemente está interesado en las formas pero para él, éstas únicamente tienen valor en función de una experiencia y de unos contenidos que sólo responden a sus propias pautas en la manera de afrontar el hecho de la vida y la evolución propias.
Espero que esta presentación no resulte demasiado abstracta pero, creedme! Tomita me contagia con su forma de ser. Es difícil describir a una persona que vive enfocada en lo intangible. Al tratar de visualizarla te encuentras ante esa bruma en la que habita. De Morihei Ueshiba se decía lo mismo. El mismo Tomita nos habla de ello, si bien él lo achaca al cambio generacional y educativo.
Tomita es un guerrero, en el sentido de aquel que busca batirse consigo mismo. Viene a Europa para instalarse en Bruselas y crea la sede europea del Aikikai de Osaka, organización de la que formó parte en Japón. Y lo hace para ponerse en situación de encontrarse a sí mismo. Aparentemente contradictorio y evasivo en persona, se abre sorprendentemente claro y sincero al responder a nuestras preguntas.
Gran interés especialmente para aquellos interesados en el Aikido como una vía de auto encuentro y desarrollo personal. Es sin duda un hombre peculiar, de esos que no se prodigan en los medios, pero también es ese tipo de individuos que ha vivido mucho y con mucha intensidad. ¡Estos!, ¡estos son los hombres de los que se puede aprender a aprender! Por eso hoy os lo traemos a éstas que son vuestras páginas.
Tomita Seiji Shihan, nació cerca de Kyoto en 1938. A la edad de 6 años comenzó a practicar Sumo, Kendo, Judo, Karate y, más tarde, se inició en el laido y en el Aikido. Su profesor fue el maestro Tanaka Bansen. O Sensei Morihei Ueshiba, originario de la zona, visitaba frecuentemente su Dojo en Osaka para impartir sus enseñanzas. Tomita Shihan recibió el grado de Shodan en 1957, y continuó la práctica intensiva con el maestro Tanaka Bansen.
En 1969 crea la Fundación del Aikikai de Osaka y más tarde el Aikikai de Taiwán. En 1988 se instala en Bélgica y abre en Bruselas la BAN SEN JUKU, la escuela de las corrientes infinitas, como sede central en Europa del Aikikai de Osaka. Está sumamente interesado en el principio único fundamental, común a todas las Artes Marciales. Cuando enseña Aikido, Tomita Shihan hace un amplio uso de armas y también combina la práctica diaria del Aikido con el Iai (el arte de desenvainarla espada).
Cinturón Negro: ¿Por qué practica diferentes Artes Marciales como el IAIDO?
Tomita Seiji Shihan: Para mí es completamente imposible explicar Aikido sin el sable real. Todos los movimientos del Aikido surgieron básicamente bajo el sable. El lai es, por consiguiente, la entrada. Sin el sable como arma fundamental, las Artes Marciales tradicionales japonesas no existen. El lai es representativo, es el Arte Marcial tradicional básico. No me refiero al laido moderno, principalmente con formas superfluas y moviéndose a lo largo de líneas rectas, en el que la idea tradicional del Taisabaki está casi perdida y olvidada. Algunos dicen que no es más que una actuación con sable.
Pero como concepto básico, el lai todavía nos transmite la forma de manejar el sable como una técnica tradicional e incluye todos los elementos del Arte Marcial con sable, como la cortesía e incluso la fuente de la respiración. Un sable real puede herirnos, es necesario concentrarse, tener cuidado. Antes de desenvainar, debemos de tener en cuenta las circunstancias que nos rodean. Hoy, el uso del Ken en Aikido casi ha llegado a ser egoísta. Para el entrenamiento básico tememos que guardar la esencia, mantener la línea de corte para poder hacer un marcado Taisabaki hacia la línea de ataque y, en el mismo sentido, también la idea del Atemi.
C.N.: ¿Cómo aprendió laido?
T.S.S.: Mientras estaba practicando Aikido en Japón, tuve la suerte de que el Gran Maestro Oomori Masao, de la Muso Jikiden Hasegawa Eishin Ryu y Hooki Ryu Ogura Sinpu, fundador de la Shin Shin Ryu, KENBU y SHIGIN (danza con sable y recitación de poesía china) asistiera a nuestras clases de Aikido. Al acabar, me daba clases particulares.
C.N.: ¿Qué sentido tiene hoy la práctica del Budo?
T.S.S.: Podemos escoger cómo ver la vida, cómo dirigirla, pero inevitablemente surgirán complicaciones, dentro de nosotros y con los demás. La vida diaria es como un campo de batalla. Nuestro mayor desafío es mantener nuestra mente libre y vivir apaciblemente a lo largo de nuestra existencia.
La valiosa experiencia guerrera del SAMURAI con la espada, fue reducida a su esencia por el sencillo carácter japonés y así se creó el espíritu del BUDO, que nos enseña a vivir.
Actualmente, la vida es bastante pacífica, apenas necesitamos las Artes Marciales para la defensa propia. Pero los logros del Budo nos ofrecen la oportunidad de entrenar nuestra mente para actuar con cuidado, para desarrollar la perspicacia, la concentración y salud, y para mantener nuestra mente en calma mientras estamos ocupados.
El BUDO nos da el valor necesario para enfrentarnos con dificultades, nos enseña a resolver problemas fríamente y sin miedo.
C.N.: ¿Qué importancia tienen las técnicas?
T.S.S.: Debemos sobrevivir todos y no solamente los especialistas en Artes Marciales. Cada uno de nosotros es, en esencia, un artista marcial, tenemos técnicas naturales de supervivencia. Somos guerreros desde la misma concepción: hay muchos competidores entre los espermatozoides. Todos debemos ser profesionales de la vida, no aficionados.
Cómo vivir es un sincero problema del BUDO. Vivir y morir es una sola cosa, una única oportunidad. Queremos asimilar la mayor cantidad posible de técnicas. Pero cuando tenemos que utilizarlas, sólo necesitamos una. Debemos, por así decirlo, "cortarnos la cabeza y simplemente actuar". En este sentido, la técnica se puede fundir con nuestras acciones. Éste es un aspecto del BUDO, cómo manejar nuestro Kl en sí mismo, como vida.
C.N.: Entonces ¿debemos olvidarnos de las técnicas?
T.S.S.: Así es. Siguiendo la mentalidad del BUDO, si empezamos a pensar en qué técnica usar, perdemos la oportunidad. Es necesario actuar: sólo lo suficiente, inmediatamente, espontáneamente, simultáneamente.
C.N.: ¿Es el principio único común a todas las Artes Marciales?
T.S.S.: Al final, no hay Arte Marcial. ¿Cómo vivir mejor? Si se comprende el Aikido no hay necesidad de darle el nombre de "Aikido". Después de haber pescado el pez hay que olvidarse de la red, pero hasta ese momento es necesario tejer una red sólida y fuerte. Existen muchos estilos de Artes Marciales. Pero el principio es uno: MUSHIN, cómo vivir con todas tus fuerzas, de acuerdo con las condiciones actuales. Sólo la apariencia es diferente.
C.N.: ¿Cuál es el papel del equilibrio?
T.S.S.: Cuando se llevaban armaduras era muy difícil hacer un corte o golpear con éxito. Entonces lo más importante era cómo mantenerse en una situación favorable. Por otro lado, si se controla el equilibrio del adversario y se lleva a su peor situación, no se necesita ninguna técnica específica. Es la idea de YAWARA, la suave flexibilidad del bambú o un muelle. Sea cual sea la técnica, y en cualquier circunstancia, la práctica debe hacernos aprender la forma de mantener bien el equilibrio en todo el momento. Para lograrlo, es necesario moverse desde el HARÁ como el centro del propio equilibrio y desarrollar el verdadero significado de HARÁ: el sentimiento de no tener brazos, ni piernas, el saber que nunca se pierde el equilibrio incluso al rodar. No debemos movernos por medio de las manos y de las piernas, sino por medio del punto de equilibrio, y todo nuestro cuerpo seguirá las órdenes del comandante. Hay que moverse, pero sin moverse, sin perder el equilibrio. Entonces podremos absorber el Kl de nuestro adversario dentro de nuestro equilibrio, dejándolo así impotente. Si logramos hacerlo de esta forma, podremos actuar todo el tiempo libremente, sólo como nosotros mismos. Entonces no necesitaremos ninguna otra técnica.
Estar en equilibrio significa cooperar con los principios del universo, significa estar en equilibrio con la gravedad de la tierra y a través de ello con el universo entero. En ese sentido, estando en equilibrio perfecto, somos parte del universo, somos el propio universo, como dijo el fundador del Aikido.
C.N.: ¿Qué nos puede decir sobre el Ki?
T.S.S.: La forma de hacer surgir y mejorar el poder natural del Kl es la especialidad del AIKI como BUDO. Debemos confiar en el poder vital que todos tenemos como energía potencial, Kl o poder de la mente. Entonces podremos manejarnos totalmente, no sólo con la fuerza muscular.
Todos podemos usarlo, todos tenemos igual Kl, grandes y pequeños, hombres y mujeres, jóvenes y viejos. La corriente de Kl, como un arroyo de agua, es mucho más importante que las formas o técnicas. Es la señal de estar vivo, es nuestra propia vida. Nuestra vida existe con la corriente, desde el HARÁ con la respiración abdominal como una corriente de aire, que estalla por medio de las técnicas como Kl a presión. De esa manera podemos envolver a nuestro adversario en un torbellino de Kl. Los movimientos que surgen espontáneamente de ese torrente son las técnicas reales. Entonces podemos actuar de una manera libre, exactamente como el propio Kl espontáneo. Ése es el significado de TAKE MUSU AIKI, o el nacimiento fresco de técnicas según las circunstancias. El propósito principal del AIKIDO es alcanzar este punto.
C.N.: ¿Cómo conoció a OSensei?
T.S.S.: Gracias a mi maestro Tanaka Bansen, a través de cursos. Ueshiba visitaba con frecuencia el Dojo de Osaka.
C.N.: ¿Tuvo oportunidad de beneficiarse de las enseñanzas esotéricas de OSensei?
T.S.S.: La manera que OSensei describía sus técnicas era casi una explicación sintoísta. Era muy complicado, más allá del entendimiento, incluso sin la barrera del idioma. Él utilizaba conceptos SHINTO que los jóvenes no podían comprender.
Después de la guerra, la educación cambió mucho. Además, era muy desconcertante para nosotros, su movimiento era cada vez diferente, no mostraba dos veces la misma forma y realmente detestaba sólo transmitir formas. Con la idea de entender a OSensei, intenté pasar por la misma experiencia que él tuvo, hice purificación MISOGI y aprendí de tres diferentes maestros que casi dieron una nueva traducción a sus explicaciones. Tanaka Bansen estaba muy cerca de sus conceptos religiosos y de su vivido interés en el Kotodama. Otro gran traductor fue Koichi Tohei (Ki no Kenkyukai), quién explicaba el Aiki desde un punto de vista del Kl, y también Morihiro Saito (Iwama), que insistía obstinadamente en la dura práctica básica y armas en las que OSensei siempre hacía hincapié.
C.N.: ¿Por qué abandonó Japón?
T.S.S.: Yo vine a Occidente para comprender la cultura oriental desde la distancia, desde el exterior, viviendo en Bruselas, la capital de la UE. Dicen que hay que irse al extranjero para tener noticias de casa. Quedándome en Japón, elegiría la comodidad de la evidencia y allí no pensaría mucho en ello.
C.N.: ¿Qué sentido tiene una escuela en los tiempos de las grandes organizaciones de Aikido?
T.S.S.: El número de alumnos a los que puede llegar la enseñanza es limitado. OSensei enseñaba a pequeños grupos en privado, una tradición del Budo. En un hipermercado se pueden encontrar muchos artículos, pero si se quieren encontrar realmente productos de calidad hay que ir a una tienda especializada. Cada uno es libre de elegir. Debes de encontrar un maestro con el que congenies, si no lamentarás el tiempo que has perdido. Todavía hay algunos maestros adecuados.
C.N.: ¿Qué diferencia existe entre profesor y alumno?
T.S.S.: La actitud es importante para ambos, como el filo del sable. Un buen sable necesita una buena piedra de afilar. El maestro debe tener buenos alumnos y estos un buen maestro. Enseñar es aprender.
C.N.: ¿Cómo ve Vd. la evolución del Aikido en estos momentos?
T.S.S.: Existen muchos puntos de vista, algunos más psicológicos y otros solamente físicos. En el peor caso, se llega a convertir en una danza irreal, solamente idealista. El Aikido se desarrolla por diferentes caminos. Pero, como en la historia de los ciegos y el elefante, lo que necesitamos es atrapar la esencia, una visión global, en directa intuición. La corriente principal del Aikido se basa en el segundo Doshu, KISHOMARU SENSEI, que lo tradujo para las nuevas generaciones y popularizó el Aikido. Pero parece que el sabor de la época de OSensei se está perdiendo cada vez más. ¿La política?, el Aikido es más "armonizar", sin embargo otros piensan en "controlar". Las asociaciones deben favorecer las condiciones para un buen entrenamiento, no para la política.

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Los seis ciegos y el elefante ( cuento popular)

Nuestra verdad es solo la porción de realidad que percibimos.-



En la Antigüedad, vivían seis hombres ciegos que pasaban las horas compitiendo entre ellos para ver quién era el más sabio. Exponían sus saberes y luego decidían entre todos quién era el más convincente.

Un día, discutiendo acerca de la forma exacta de un elefante, no conseguían ponerse de acuerdo. Como ninguno de ellos había tocado nunca uno, decidieron salir al día siguiente a la busca de un ejemplar, y así salir de dudas.

Puestos en fila, con las manos en los hombros de quien les precedía, emprendieron la marcha enfilando la senda que se adentraba en la selva. Pronto se dieron cuenta que estaban al lado de un gran elefante. Llenos de alegría, los seis sabios ciegos se felicitaron por su suerte. Finalmente podrían resolver el dilema.

El más decidido, se abalanzó sobre el elefante con gran ilusión por tocarlo. Sin embargo, las prisas hicieron tropezar y caer de bruces contra el costado del animal. “El elefante  –exclamó– es como una pared de barro secada al sol”.

El segundo avanzó con más precaución. Con las manos extendidas fue a dar con los colmillos. “¡Sin duda la forma de este animal es como la de una lanza!”.

Entonces avanzó el tercer ciego justo cuando el elefante se giró hacía él. El ciego agarró la trompa y la resiguió de arriba a abajo, notando su forma y movimiento. “Escuchad, este elefante es como una larga serpiente”.

Era el turno del cuarto sabio, que se acercó por detrás y recibió un suave golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a los insectos. El sabio agarró la cola y la resiguió con las manos. No tuvo dudas, “Es igual a una vieja cuerda” exclamo.

El quinto de los sabios se encontró con la oreja y dijo: “Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano”.

El sexto sabio que era el más viejo, se encaminó hacia el animal con lentitud, encorvado, apoyándose en un bastón. De tan doblado que estaba por la edad, pasó por debajo de la barriga del elefante y tropezó con una de sus gruesas patas. “¡Escuchad! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera”.


Satisfecha así su curiosidad, volvieron a darse las manos y tomaron otra vez la senda que les conducía a su casa. Sentados de nuevo bajo la palmera que les ofrecía sombra retomaron la discusión sobre la verdadera forma del elefante. Todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera y creían que los demás estaban equivocados.


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