miércoles, 22 de diciembre de 2010

El principio fundamental del circulo

El principio fundamental del circulo 
Conferencia pronunciada por Morihei Ueshiba, fundador del Aikido



La técnica del Aikido se organiza alrededor de un movimiento circular puesto que todo conflicto se resuelve a través del espíritu del círculo. Por ello, para la creación de la técnica del Aikido resulta vital la reacción del cuerpo y la mente al principio del círculo.

Un círculo delimita un espacio determinado, y el ki nace de la libertad perfecta del vacío así creado. Los procesos creadores de la vida se unen, por acción del espíritu, al Universo infinito a partir del centro del círculo. El espíritu es el creador, el padre eterno del que nacen todas las cosas.

En virtud de este principio, el proceso creador del espíritu es limitado. Dentro de este círculo, el ki del Universo se implica en el proceso de evolución y protección. El movimiento del Karma se describe en el círculo del equilibro y el Budo del Aikido se inscribe en el de la protección. El círculo del espíritu es el manantial del ki. El principio del círculo une el espíritu a la materia a través del Aikido. Éste contiene y crea innumerables técnicas porque encierra todo el ki del Universo. Sin él no podría existir la gloria, la sabiduría, la integridad ni la posibilidad de unir espíritu y materia. Es más, las funciones de recuperación del organismo dejarían de existir. Esto es el círculo de constante renovación del kokyu.

El círculo del espíritu empieza y acaba en la unidad del Universo. El Budo del Aikido emerge del domino de este espíritu. La esencia de este Budo es abarcar la reacción de causa y efecto así como abordar cada cosa como si uno la tuviese cogida en su mano. Todos tenéis un espíritu y debéis ser conscientes del espíritu que cada ser humano posee. Todo se resuelve a través del principio del círculo. El secreto del círculo es crear una técnica que penetra en el corazón del espacio.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

"Ukemi"

"Ukemi"

Tomado del libro “Los principios del Aikido”,
Editorial Paidotribo, España
Autor: Mitsugi Saotome Sensei

Wee Wao Dumlao Sensei, Gold Coast Aikikai, Foto tomada en Caracas, 2007


"La práctica del aikido requiere la presencia de un compañero. Unos pocos ejercicios pueden hacerse en solitario para afilar nuestra fuerza o nuestras habilidades técnicas, pero la clave para el buen entrenamiento radica en la interacción entre el uke y el tori. Algunas personas simplifican incorrectamente las definiciones de uke y de tori como "atacante" y "defensor". Tal simplificación da lugar a confusiones en cuanto a la verdadera naturaleza e importancia de las funciones del tori y de uke. Más correctamente, tori significa "el que derriba" y uke significa "el que recibe la fuerza". Si pensamos en términos de atacante y de defensor, es probable que consideremos al papel del tori, el que es atacado y el que ejecuta la técnica, como el importante, y al papel de uke como el de meramente proporcionar al tori un cuerpo sobre el que practicar su técnica. Nada puede estar más alejado de la verdad.

Ukemi es el arte de ser uke, y la calidad de la práctica de tori depende de lo bien que el uke haya aprendido este arte. El ukemi supone crear condiciones que hagan apropiada a una determinada técnica, respondiendo correctamente a los movimientos de tori, y sufrir cualquier caída concluye la técnica. En resumen, uke tiene la responsabilidad de crear las condiciones que permitan a tori aprender. Si uke no percibe los efectos de una técnica, ninguna resistencia, ni respuesta a los movimientos de tori, o si teme o no sabe caer, tori no podrá estudiar la técnica con eficiencia.

Al practicar cualquier técnica, los compañeros alternarán la asunción de los papeles de tori y de uke. No debemos considerar el tiempo pasado como uke como meros intermedios en nuestros turnos en que somos tori, sí como una oportunidad para aprender tan importante o mayor que el tiempo que pasamos en el papel de tori. De hecho, quienes destacan en ukemi, lo más probable es que logren también resultados excelentes en técnica, puesto que son capaces de absorber conocimientos mediante sus cuerpos sobre qué sensación produce ejecutar correctamente una técnica, así como de absorber conocimientos mediante sus mentes. El desarrollo de un buen ukemi es el camino más corto para adquirir habilidad en aikido. Son muchos los elementos que componen un buen ukemi. El primero es el musubi. Debemos tener buena comunicación con nuestro tori, tanto física como intuitiva. Si somos insensibles a los movimientos o intenciones de nuestro compañero, estorbaremos la práctica de nuestro compañero y correremos el riesgo de lesionarnos. Un buen uke no prevé los movimientos del compañero, sino que afina su percepción hasta el punto en que las reacciones son instintivas e intuitivas, en lugar de depender solamente de la manipulación física. Aprender ukemi es aprender a defender nuestro cuerpo de las lesiones; debemos permanecer constantemente flexibles y alerta. Debemos poder asumir una caída desde cualquier ángulo en cualquier movimiento inesperado. Dicha habilidad conduce al dominio de técnicas avanzadas. También debemos aprender a asumir el ukemi cuando sostenemos el bokken o el jo. El entrenamiento con armas en aikido incluye algunas técnicas en que un compañero desarma al otro. Muchas de ellas incluyen derribos, y el uke debe estar preparado para esto. Aprender a protegerse mediante el ukemi es también una responsabilidad que tenemos con nuestros compañeros estudiantes.

Mientras que tori debe ser consciente de las limitaciones del uke y evitar ser innecesariamente rudo, nuestros compañeros tienen derecho a esperar un cierto grado de perfección en nuestro ukemi que corresponda con el nivel que hayamos alcanzado. Si nuestra habilidad en ukemi es inferior a nuestra habilidad en técnicas a medida que avanzamos, entorpeceremos la práctica de los compañeros. Es posible también que apoyemos con demasiada fuerza el peso de nuestra seguridad en nuestros compañeros, especialmente al empezar a practicar las técnicas más difíciles. También nuestro entrenamiento se resentirá, porque nunca seremos capaces de practicar las técnicas más difíciles con toda intensidad.

Hacer ukemi no quiere decir hacer el papel de perdedor es un estudio en comunicación y percepción y en autocomprensión. Aún más, es un medio de retener el control sobre uno mismo y sobre nuestras circunstancias. Este aspecto del ukemi  se hace evidente en el entrenamiento avanzado, cuando la práctica va más allá de las técnicas que incluyen un solo ataque seguido por un derribo, pasando a las que incluyen múltiples ataques e inversiones. La sensibilidad y la percepción con respecto a tori que nos permiten ser un buen uke, también nos otorgan la capacidad para ver los puntos débiles en la técnica de tori y reconocer los puntos donde tori está abierto. Si somos un buen uke podemos sacar provecho de estos y hacer una buena recuperación e inversión. Si no hemos aprendido bien el ukemi, no podremos retener suficiente equilibrio o control para ninguna de las dos cosas. Aprender bien el ukemi, por supuesto, requiere tiempo y mucha paciencia. Como principiantes, seremos introducidos en el concepto del ukemi lentamente. Después de ser introducidos en el movimiento irimi y tenkan, comenzaremos a practicar cómo rodar y cómo caer. Esto debe ocurrir antes de empezar a practicar las técnicas básicas. Cuando comencemos a practicar técnicas básicas nuestro estudio se basará en el kata. El kata da a los estudiantes un marco en que estudiar y explorar el funcionamiento de distintos movimientos y perfeccionar su ejecución. Debemos dominar el kata antes de poder hacer un uso más creativo del movimiento aikido y de volvernos más elásticos en nuestro ukemi. El Jiuwaza, donde se espera que respondamos espontáneamente a diferentes ataques y derribos, debe reservarse para estudiantes más avanzados. A medida que nuestro entrenamiento vaya progresando, debemos recordar siempre que la clave para conseguir tener la habilidad de una técnica espontánea y creativa radica en un buen ukemi.

Durante mi época como uchi deshi, fui reprendido por adoptar un ukemi inferior. Los comentarios de O Sensei, tal como los recuerdo, pueden resumirse como siguen:

1. No trates de adivinar lo que va a venir. Una mente excesivamente calculadora oscurecerá las respuestas del cuerpo y hará que se retrase. Esto nos obligará a adoptar un ukemi no natural, que a su vez se reflejará en el entrenamiento de la técnica, perjudicando nuestra mejora.

2. Observa el movimiento de tu compañero y adivina su intención. Esto forma parte del entrenamiento del ukemi.

3. No olvides la importancia del entrenamiento en la vida cotidiana. Todas las personas que se destacan y que consiguen algo de valor en la vida cotidiana han absorbido los principios del ukemi. El viaje a través de la vida se ve obstaculizado por muchas penalidades. El éxito les llega a quienes resuelven sus dificultades con la flexibilidad y la apertura mental del ukemi. Quienes fuerzan su ukemi de un modo no natural en la práctica no obtendrán resultados positivos de su entrenamiento en su vida.

4. Evitar las lesiones y esforzarse por alcanzar el objetivo elegido es simple sentido común, tanto en el dojo como en la vida cotidiana.

5. Una mente abierta y elástica, un cuerpo flexible, la modestia y la sinceridad, éstos son los elementos del arte del ukemi. Sin ellos el entrenamiento en ukemi fracasa. Sin ukemi, el entrenamiento waza nunca da frutos.

Observemos las palabras de O Sensei relativas a la importancia del ukemi en la vida cotidiana. El ukemi nutre nuestra capacidad para percibir lo que viene, para analizar una circunstancia y para responder rápidamente. De la misma manera que aquellos que tratan de prever demasiado en su ukemi en la práctica a menudo no logran entender la dirección de una técnica, quienes son demasiado calculadores en la vida a menudo no observan lo que está sucediendo a su alrededor. No tienen flexibilidad para responder a las dificultades de la vida porque no pueden verlas hasta que están atrapados en ellas. Un buen entrenamiento del ukemi nos permitirá ver de verdad el futuro porque nuestra visión se basará en la observación y en la intuición, en lugar de en una decisión arbitraria hecha antes de que haya una evidencia. El buen ukemi representa la misma sabiduría del pescador que gracias a una larga experiencia puede percibir cómo serán las condiciones meteorológicas.

El entrenamiento del ukemi tiene un gran mérito físico; fortalece el cuerpo e incrementa su flexibilidad. Así mismo, cuanto más cómodos lleguemos a sentirnos con nuestro ukemi, más divertida se volverá nuestra práctica. Recuerdo la alegría de O Sensei en la práctica, su entusiasmo y su humor. Disfrutar de nuestra práctica de aikido no debe necesariamente echar a perder nuestra concentración; podemos relajarnos y sin embargo actuar seriamente. Difícilmente puede sobreestimarse la importancia del entrenamiento del ukemi y su contribución en nuestra práctica y en nuestra vida”.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Traducción del discurso de Steve Jobs “Tienen que encontrar eso que aman”

Traducción del discurso de Steve Jobs
Discurso que Steve Jobs, CEO de Apple Computer y de Pixar Animation Studios, dictó el 12 de Junio de 2005 en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford.


 “Tienen que encontrar eso que aman”

Me siento honrado de estar con ustedes hoy en su ceremonia de graduación en una de las mejores universidades del mundo. Yo nunca me gradué de una universidad. La verdad sea dicha, esto es lo más cerca que he estado de una graduación. Hoy deseo contarles tres historias de mi vida. Eso es. No es gran cosa. Sólo tres historias.

La primera historia se trata de conectar los puntos
Me retiré del Reed College después de los primeros 6 meses y seguí yendo de modo intermitente otros 18 meses o más antes de renunciar de verdad. Entonces ¿por qué me retiré?.
Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era joven, estudiante de universidad graduada, soltera, y decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que apenas naciera fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací, decidieron en el último minuto que en realidad deseaban una niña. De ese modo, mis padres que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche preguntándoles: “Tenemos un niño no deseado; ¿lo quieren?”. Ellos dijeron “Por supuesto”. Posteriormente, mi madre biológica se enteró que mi madre nunca se había graduado de una universidad y que mi padre nunca se había graduado de la enseñanza media. Se negó a firmar los papeles de adopción definitivos. Sólo cambió de parecer unos meses más tarde cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.
Luego a los 17 años fui a la universidad. Sin embargo, ingenuamente elegí una universidad casi tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres de clase obrera fueron gastados en mí matrícula. Después de 6 meses yo no era capaz de apreciar el valor de lo anterior. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y no tenía idea de la manera en que la universidad me iba a ayudar a deducirlo. Y aquí estaba yo, gastando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Así que decidí retirarme y confiar en que todo iba a resultar bien. Fue bastante aterrador en ese momento, pero mirando hacia atrás fue una de las mejores decisiones que tomé. Apenas me retiré, pude dejar de asistir a las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a asistir irregularmente a las que se veían interesantes.
No todo fue romántico. No tenía dormitorio, dormía en el piso de los dormitorios de amigos, llevaba botellas de Coca Cola a los depósitos de 5 centavos para comprar comida y caminaba 11 kilómetros, cruzando la ciudad todos los domingos en la noche para conseguir una buena comida a la semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba. La mayor parte de las cosas con que tropecé siguiendo mi curiosidad e intuición resultaron ser inestimables posteriormente. Les doy un ejemplo: en ese tiempo Reed College ofrecía quizás la mejor instrucción en caligrafía del país. Todos los afiches, todas las etiquetas de todos los cajones estaban bellamente escritos en caligrafía a mano en todo el campus. Debido a que me había retirado y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar una clase de caligrafía para aprender. Aprendí de los tipos serif y san serif, de la variación de la cantidad de espacio entre las distintas combinaciones de letras, de lo que hace que la gran tipografía sea lo que es. Fue hermoso, histórico, artísticamente sutil de una manera en que la ciencia no logra capturar, y lo encontré fascinante.
Nada de esto tenía incluso una esperanza de aplicación práctica en mi vida. No obstante, diez años después, cuando estaba diseñando la primera computadora Macintosh, todo tuvo sentido para mí. Y todo lo diseñamos en la Mac. Fue la primera computadora con una bella tipografía. Si nunca hubiera asistido a ese único curso en la universidad, la Mac nunca habría tenido tipos múltiples o fuentes proporcionalmente espaciadas. Además, puesto que Windows sólo copió la Mac, es probable que ninguna computadora personal la tendría. Si nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y las computadoras personales no tendrían la maravillosa tipografía que tienen. Por supuesto era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin embargo, fue muy, muy claro mirando hacia el pasado diez años después.
Reitero, no pueden conectar los puntos mirando hacia el futuro; solamente pueden conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tienen que confiar en que los puntos de alguna manera se conectarán en su futuro. Tienen que confiar en algo – su instinto, su destino, su vida, su karma, lo que sea. Esta perspectiva nunca me ha decepcionado, y ha hecho la diferencia en mi vida.

La segunda historia es sobre amor y pérdida
Yo fui afortunado – descubrí lo que amaba hacer temprano en la vida. Woz y yo comenzamos Apple en el garage de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en 10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garage, transformándose en una compañía de US$2 mil millones con más de 4.000 empleados. Recién habíamos presentado nuestra más grandiosa creación – la Macintosh – un año antes y yo recién había cumplido los 30. Y luego me despidieron. ¿Cómo te pueden despedir de una compañía que comenzaste? Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que era muy talentoso para dirigir la compañía conmigo, los primeros años las cosas marcharon bien. Sin embargo, nuestras visiones del futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos un tropiezo. Cuando ocurrió, la Junta del Directorio lo respaldó a él. De ese modo a los 30 años estaba afuera. Y muy publicitadamente fuera. Había desaparecido aquello que había sido el centro de toda mi vida adulta, fue devastador.
Por unos cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a la generación anterior de empresarios – que había dejado caer el testimonio cuando me lo estaban pasando. Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme del valle. No obstante, lentamente comencé a entender algo – Yo todavía amaba lo que hacía. El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y así decidí comenzar de nuevo.
En ese entonces no lo entendí, pero sucedió que ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme pasado. La pesadez de ser exitoso fue reemplazada por la liviandad de ser un principiante otra vez, menos seguro de todo. Me liberó para entrar en uno de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, comencé una compañía llamada NeXT, otra compañía llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por computadora, Toy Story, y ahora es el estudio de animación más exitoso a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple. Además, con Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No pierdan la fe. Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tienen que encontrar eso que aman. Y eso es tan válido para su trabajo como para sus amores. Su trabajo va a llenar gran parte de sus vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creen es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen. Si todavía no lo han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del corazón, sabrán cuando lo encuentren. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se detengan.

La tercera historia es sobre la muerte
Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo parecido a “Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto”. A mí me impresionó y desde entonces, durante los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: “Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy?” Y cada vez que la respuesta ha sido “No” por varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo.
Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a decidir las grandes elecciones de mi vida. Porque casi todo – todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso – todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solamente aquello que es realmente importante. Recordar que van a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder. Ya están desnudos. No hay ninguna razón para no seguir a su corazón.
Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un scanner a las 7:30 de la mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. Yo ni sabía lo que era el páncreas. Los doctores me dijeron que era muy probable que fuera un tipo de cáncer incurable y que mis expectativas de vida no superarían los tres a seis meses. Mi doctor me aconsejó irme a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararte para la muerte. Significa intentar decirle a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos 10 años, decirlo en unos pocos meses. Significa asegurarte que todo esté finiquitado de modo que sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte.
Viví con ese diagnóstico todo el día. Luego al atardecer me hicieron una biopsia en que introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través del estómago y mis intestinos, pincharon con una aguja mi páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me contó que cuando examinaron las células en el microscopio, los doctores empezaron a llorar porque descubrieron que era una forma muy rara de cáncer pancreático, curable con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien.
Fue lo más cercano que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas cuantas décadas más. Al haber vivido esa experiencia, puedo contarla con un poco más de certeza que cuando la muerte era un útil pero puramente intelectual concepto:
Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como debe ser porque la Muerte es muy probable que sea la mejor invención de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo, ustedes son lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, gradualmente ustedes serán viejos y serán eliminados. Lamento ser tan trágico, pero es muy cierto.
Su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona. No se dejen atrapar por dogmas – es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitan que el ruido de las opiniones ajenas silencien su propia voz interior. Y más importante todavía, tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una asombrosa publicación llamada The Whole Earth Catalog, que era una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Steward Brand no muy lejos de aquí en Menlo Park, y la creó con un toque poético. Fue a fines de los 60, antes de las computadoras personales y de la edición mediante microcomputadoras, por lo tanto, en su totalidad estaba editada usando máquinas de escribir, tijeras y cámaras polaroid. Era un tipo de Google en formato de edición económica, 35 años antes de que apareciera Google: era idealista y rebosante de hermosas herramientas y grandes conceptos.
Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog, y luego cuando seguía su curso normal, publicaron la última edición. Fue a mediados de los 70 y yo tenía la edad de ustedes. En la tapa trasera de la última edición, había una fotografía de una carretera en el campo temprano en la mañana, similar a una en que estarían haciendo dedo si fueran así de aventureros. Debajo de la foto decía: “Manténganse hambrientos. Manténganse descabellados”. Fue su mensaje de despedida al finalizar. Manténganse hambrientos. Manténganse descabellados. Siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando se gradúan para empezar de nuevo, es lo que deseo para ustedes.
Permanezcan hambrientos. Permanezcan descabellados.

Muchas gracias.


sábado, 6 de noviembre de 2010

BIOGRAFÍA DE HARVEY KONIGSBERG

BIOGRAFÍA DE HARVEY KONIGSBERG

 
Imagen Tomada de la página NY Aikikai

Harvey Konigsberg nació en la ciudad de Nueva York en 1940. Cursó sus estudios en la Universidad de Nueva York y en la Universidad de Miami (Florida). Actualmente vive en Woodstock, Nueva York. Desde muy joven le atrajo el arte y el boxeo y desarrolló un profundo amor por ambos. De adolescente empezó su enseñanza en el arte, y a entrenarse convirtiéndose en alumno del “arte suave” del boxeo. Pero su carrera artística floreció casi desde el principio, con muchas horas de dedicación en su estudio de pintor. El resultado fue que tenía cada vez menos tiempo para el boxeo. Después, en 1965, Harvey asistió a su primera clase de Aikido con Yamada Sensei en el New York Aikikai y desde entonces ha encontrando tiempo para entrenar y dar clases allí. De hecho fue un alumno tan dedicado y talentoso que obtuvo el rango de séptimo Dan en Diciembre de 2000, ingresando al selecto grupo de aproximadamente veinte instructores no japoneses que ostentan este rango. Ha montado numerosas exposiciones de sus cuadros en prestigiosas galerías y museos de los Estados Unidos. Ha impartido seminarios en los campamentos regionales de verano y de invierno de los Estados Unidos patrocinados por la Federación de Aikido de este país (USAF) y ha ejercido como instructor en seminarios en Norte y Suramérica. El vínculo de Harvey con el New York Aikikai y la USAF sigue siendo fuerte y ha sido director de ambas organizaciones. En la década de los ochenta Harvey estableció oficialmente el Woodstock Aikido, donde es Instructor Jefe.


Entrevista a Harvey Konigsberg

Esta entrevista fue realizada por Michelle Feilen y Francisco Manchón (www.aikifeilen.com) para la revista "Cinturón Negro - Budo Internacional", Publicada en el 2001. Con la colaboración de David Smillow, Woodstock Aikido

Traducción al castellano: Javier L. Domínguez, New York Aikikai

 Imagen Tomada de la página http://www.harveykonigsberg.com


1. ¿Cómo fue tu introducción al Aikido?

En 1965, yo tenía un piso en Manhattan, en la ciudad de Nueva York. Un amigo mío que entrenaba Aikido me llevó al New York Aikikai. Yamada Sensei era el Instructor -Jefe y había invitado a Tohei Sensei para enseñar con él. Lo que vi,  me sorprendió e hizo que quisiera empezar a entrena inmediatamente. Otro amigo – un ex-boxeador profesional que nos visitaba de Baltimore – vino también para mirar la clase, y estuvo muy impresionado por lo que vio. Él me dijo que cuando empezara a practicar, debía agarra al instructor tan fuerte como pudiera para luego describirle a mi amigo cómo se sentía la técnica. Yo empecé a entrenar y, cada vez que agarraba al instructor así de fuerte, terminaba en el tatami. No podía entender cómo eso podía pasar una y otra vez. Yo me ponía de pie, diciendo algo como, “No estaba listo. Déjame intentar de nuevo”. Pero terminaba inmediatamente de regreso sobre el tatami.

2. ¿Cuándo te empezó a interesar el arte? Y ¿cuándo decidiste hacer del arte tu profesión?

Para cuando yo tenía tres años, ya había empezado a dibujar, así que estuve interesado en el arte desde el principio. Sin embargo, mi familia me desanimó a seguir el arte como una carrera. Ellos querían que yo me concentrara en algo más práctico, como medicina o leyes. Pero siendo una persona determinada – y clara acerca de lo que me gustaba – hice del arte mi primera prioridad. En la Universidad, estudié con Eugene Massin, quien había regresado justamente de un año sabático en España. El año era 1958. Gene fue la persona con más influencia en mi vida como artista. No es sólo un gran pintor, sino que fue la primera persona en apoyarme 100% en mis esfuerzos de convertirme en un artista de manera profesional. Gene me invitó a ser uno de sus aprendices. Yo lo miraba trabajar día a día y supe que esa era la vida que yo quería para mí.

3. Muchas de tus pinturas muestran movimientos y acción. ¿Cómo ha influenciado el Aikido a tu pintura?

Siempre he estado fascinado por la acción: cuerpos en movimiento. Lo que crea al movimiento, lo que resulta de él, y las tensiones implícitas en él son todos sujetos con los que trato en mi trabajo. Cuando era joven, me atraía el boxeo por la libertad y espontaneidad del movimiento. Me atraía tanto que en esa época yo pensaba convertirme en un boxeador profesional. Entrené muy duro anticipándome a esto, sin embargo los aspectos físicos y comerciales del boxeo no se ajustaban a mi naturaleza. Cuando empecé a entrenar Aikido, unos pocos años después, encontré la misma espontaneidad de movimiento, pero con mucha más libertad. El Aikido, en cambio, ha influenciado mi pintura con el uso de técnicas que emanan del centro, produciendo pinceladas libres y abiertas. Además, la naturaleza dinámica del Aikido ha hecho de sus técnicas poderosos sujetos de mi pintura.

4. ¿Qué intentas transmitir a través de tu arte?

Básicamente, pinto lo que me emociona. La transmisión de esa energía inicial es hacia mí mismo primero: si tiene éxito en conmoverme, entonces tengo confianza que comunicaré esa emoción al observador. Uno de mis requisitos para una pintura es que tenga una vida propia. Una pintura debe respirar, vibrar, brillar. Similarmente, uno de los aspectos interesantes del Aikido es la conexión y comunicación que se crea entre las personas. Como en la pintura – en la que te comunicas contigo mismo al principio – en Aikido, para tener un impacto en tu compañero, debes alinearte contigo mismo primero. Todo en arte y Aikido empieza con este proceso de centralización.

5. ¿Cuál es la modalidad que usas actualmente para vender tus pinturas?

Habiendo tenido más de 20 exhibiciones personales de mi trabajo así como haber sido presentado en muchas galerías, siempre estuve un poco frustrado de cuán limitado era eso. No mucha gente puede ver mis pinturas en un momento dado. Pero ahora, con la Internet, mi arte está disponible para todos, a cualquier momento que ellos quieran verlo. Por ejemplo, una serie de mis trabajos en Aikido es mostrada en http://www.aikidoonline.com/art_gallery.php. Basado en el éxito de este sitio de Internet, estoy explorando en hacer más disponible mi trabajo, en línea (http://www.harveykonigsberg.com ).

6. ¿Qué intentas transmitir a tus estudiantes de Aikido?

Trato de dar a mis estudiantes las mismas enseñanzas que mi maestro – Yamada Sensei – me dio, es decir, desarrollar nuestra propia habilidad personal de manera natural y espontánea a través de la práctica armoniosa y dinámica de las técnicas tradicionales del Aikido.

7. ¿Por qué no enseñas pintura o dibujo?

Básicamente, yo no sigo las reglas tradicionales del arte, así que no estoy interesado en enseñarlas. Para mí, la pintura es una cuestión de sensaciones y sentimientos, y esto es, para mí, muy difícil de comunicar en el ambiente de un salón de clase.

8. ¿Cómo piensas que tu práctica de Aikido ha cambiado con el tiempo? Y
¿Cuán diferente es tu arte ahora?

Cuando empecé a practicar Aikido en 1965, yo tenía 25 años. Ahora tengo 61. Durante este tiempo, mi energía física ha cambiado. No tengo el mismo nivel de fuerza muscular que tenía cuando era joven, sin embargo, a través del refinamiento de la técnica, mi energía es usada mucho más eficientemente. El resultado no es sólo una técnica mucho más poderosa, sino también una práctica más jovial. Ya que el arte es una búsqueda personal, su progresión a través de los años ha sido más sutil. Si tuviese que caracterizar este cambio, yo diría que he llegado a ser más libre en lo que quiero expresar en una pintura.

9. ¿Qué maestro del Aikido te ha influenciado más?

Yamada Sensei. Él fue mi maestro original, y yo todavía entreno bajo él cada semana en el New York Aikikai.

10. En tu opinión, ¿Cuál es el aspecto más importante de una clase con un Shihan? ¿La técnica? ¿El poder? ¿La espiritualidad?

Estos son inseparables. Dar énfasis a uno sobre los otros es una aproximación dual al entrenamiento que crea una experiencia sin balance. La técnica sin espíritu es mecánica y muerta. El poder sin técnica es destructivo. La espiritualidad sin poder es impotente.

11. ¿Cuál consideras tu carrera principal, el arte o el Aikido?

Ambas son importantes en mi vida, el Aikido me ha dado la oportunidad de seguir mi arte en mis propios términos.



miércoles, 20 de octubre de 2010

El Aikido y "los Aikidos"

El Aikido y "los Aikidos"
Nobuyoshi Tamura (Shihan 8º Dan de Aikido)
Tomado de la Revista de la Federación Europea de Aikido No. 07 de 1979 Traducción: Manuel Fernández


Hoy en día cualquiera de nosotros puede ver en el supermercado, en un restaurante o sobre una tumba, e incluso en las iglesias, flores artificiales.
Dichas flores son fabricadas tan delicadamente que a veces podemos confundirlas con las verdaderas flores; son prácticas, no necesitan sol ni agua, son eternas y por largo tiempo una alegría para los ojos.
Sin embargo, no puedo soportar tales flores cerca de mí. Sin duda porque no tienen verdadera vida. Son todas parecidas, ninguna difiere de la otra, ninguna yema que contenga vida, sin brotes, sin perfume y, cuando llega el otoño, no hay semillas, ni hojas amarillentas o rojizas. Estas ni siquiera caen. Es la inmovilidad y, a pesar de la belleza de colores y formas, la impresión que se experimenta es la de un mundo muerto.
Por contra, cerca de las flores verdaderas, frágiles, efímeras, cambiantes, jamás estables, sentimos el flujo de una vida eterna. Flores desaparecidas, hojas caídas en el suelo húmedo del otoño, el silencio inmóvil del invierno, sabemos que ahí, hay una promesa de vida, la vuelta de la primavera.
Las flores artificiales, tan bellas, tan parecidas a las verdaderas, que han requerido para su fabricación tanta imaginación y talento, no serán nunca verdaderas flores. Esas flores llevan consigo la tristeza eterna, el pesar de una vida que no hemos sabido, que no sabemos darles.
El Maestro Ueshiba falleció en 1969, hace diez años. Pero su imagen está siempre presente ante mis ojos. Todavía le veo, sonriente, yendo y viniendo, enseñando.
Diez años es poco tiempo, sin embargo ¿qué es lo que vemos?, ¿qué es lo que oímos?. Cuantos dicen: "mi Aikido es el verdadero Aikido", "mi Aikido es la evolución moderna del Aikido", "Yo enseño Aikido". Surgen escuelas pero... ¿de dónde vienen?.
Confieso que no lo comprendo, que éste fenómeno no me entra en la cabeza.
Sin embargo, el Aikido, todos los Aikidos, provienen de una semilla plantada por O Sensei. Si son tan diferentes es, sin duda, porque no todos crecieron en la misma tierra, porque no han recibido el mismo sol, eso es lo que explicaría su diferente color, su aroma más o menos intensa, pero de todas formas se trata de Aikido nacido de la misma especie, de la misma familia.
Sin embargo, a veces, llamamos Aikido a una flor que no ha surgido de la misma familia de flores. Por ejemplo, en Francia y Bélgica se llama "achicoria" a dos plantas totalmente diferentes. Esto es todavía aceptable, y se explica por el hecho de que los hombres pueden confundir las palabras y dar, así, una falsa denominación sin graves consecuencias.
Pero si alguien dice que un tulipán artificial es de la misma familia que un verdadero tulipán y que, en consecuencia, hay que catalogarlo al lado de éste, esto resulta inaceptable.
Un falsificador que imita el cuadro de un gran maestro comete una falta que no obstante, no es la misma que la de quien quería hacer creer que la flor artificial es una verdadera flor. En la flor real hay vida, por el contrario la otra está sin vida.
Este tipo de falta es un ataque a la divinidad, una blasfemia.
Por otro lado, aquel que pretende aprender Aikido en un libro o con una filiación, o aún más, gracias a su imaginación que le permite inventarse un movimiento, y que después recibe dinero por su enseñanza, éste debe saber que en su Aikido no hay ni rastro de la herencia de O Sensei, no hay la vida que el Maestro ha transmitido. Es un Aikido artificial. Percibir dinero y engañar a la gente en este asunto es, creo, un acto criminal.


jueves, 7 de octubre de 2010

Recuerdo de Tamura Shihan Por Yoshimitsu Yamada Sensei

Recuerdo de Tamura Shihan
Por Yoshimitsu Yamada Sensei


Foto tomada en Buenos Aires (Argentina)
10 de noviembre de 2007


Otra, tal vez la última de las grandes estrellas de la sociedad de Aikido, se ha ido.

El conocimiento del Aikido de Tamura Sensei lo hizo una de las mayores influencias en Europa y el resto del mundo durante los últimos 45 años. Sempai (así lo llamo yo) era muy conocido por ser uke de O’Sensei mientras fue uchideshi, y no es necesario aclarar que fue el otomo de O’Sensei cuando O’Sensei fue a Hawai hace casi cincuenta años. Para los japoneses de aquellos tiempos, era un sueño ir a Hawai así que todos lo envidiamos mucho.

Los movimientos y técnicas de alta calidad de Aikido de Sempai vinieron mayormente de ser el uke de O’Sensei. Nadie lo puede copiar y si lo hacen, simplemente queda gracioso. Sin embargo, yo intenté robarle todo lo que pensé que me podría ser de ayuda.

En marzo último, estuve con él dirigiendo un seminario anual en Madrid y en abril notó un cierto cambio en su condición. En mayo y junio lo fui a visitar un par de veces a su casa. En mi segunda visita quedé muy impresionado por su actitud, tan calma, serena y relajada. Parecía como que se iba a unas largas vacaciones.

Sempai ya era uchideshi cuando yo me hice uchideshi. Pasábamos la mayor parte del tiempo juntos. En las calurosas noches de verano, luchábamos contra los mosquitos y en las frías noches de invierno poníamos nuestros futones uno al lado del otro, pero la verdad es que los mosquitos solo me atacaban a mí y usábamos dos futones superiores separados, en lugar de usar un futón pegado el uno al otro toda la noche, solo por si acaso.

En 1964, dejé Japón hacia Nueva York y en otoño de ese mismo año, Sempai también se fue de Japón, con su esposa, a Francia. Sempai solía decir en broma, “esperé a que te fueras primero para que nos mostraras cómo lo hacías. Ahora que lo lograste, ya me puedo decidir.” Eso no es cierto. No hay nadie con tanta confianza en sí mismo como él. Debido a esa confianza en sí mismo es que no solamente sobrevivió sino que fue un gran éxito en Europa.

Estoy escribiendo este artículo durante el seminario anual del sur de Francia. Hemos hecho este seminario juntos por casi treinta años, así que es muy emotivo para mí. Así es que lo que me viene a la cabeza son los muchos buenos momentos que pasamos juntos durante los seminarios en varios países.

En Niza nadamos rodeados de bellezas en topless, anduvimos en burro bordeando un precipicio en Marruecos; en Marrakesh, Marruecos me enroscaron una serpiente en el cuello para una foto. Volamos cerca del Salto del Ángel en Venezuela en un pequeño avión Cesna. El olor en un gimnasio en Yugoeslavia era tan feo que Sempai se fue del gimnasio diciendo “hazte cargo del resto de la clase”. Viajamos por nuestro país, Japón, junto con miembros. Durante ese viaje fuimos al Karaoke y tuve que cantar a dúo con Sempai quien no tenía sentido musical.

Muchísimas gracias por esos maravillosos recuerdos que tuvimos juntos. Me siento orgulloso de haber sido su compañero.

Él solía decir que conocer tanta gente a través del Aikido era su felicidad. Teniendo presente esa palabra, voy a hacer lo mejor de mi parte para tratar con la gente que pueda conocer en mi vida.

Creí en un milagro, pero no ocurrió. Sin embargo, me hizo feliz saber que estuvo en los brazos de su esposa en los últimos momentos. Siempre estuvo con su amada esposa, casi las 24 horas del día, así que merecía eso. Déjenme decir una vez más que estoy tan feliz por él. Lo envidio tanto como lo envidié cuando lo veía como uke de O’Sensei. Lo envidié por todo lo que hizo en su Aikido.

Por favor, vuelve de tus vacaciones lo antes posible. Tengo un Bordeaux 1995 esperándonos. Bebamos juntos nuevamente.


Yoshimitsu Yamada.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

El entrenamiento de fondo como complemento de la práctica marcial

El entrenamiento de fondo como complemento de la práctica marcial
Por Adriana Llanes


Dicen los conocedores que correr un maratón es una de las disciplinas más exigentes que existe. Personalmente no lo he hecho, pero confieso que la idea de correr 42 Kms y 195 metros me atrae fuertemente.

Por ahora sólo he asumido el reto de los 21 Kms y 94 metros, y reconozco que si bien lo he hecho varias veces, cada experiencia es única. Recordar cada carrera implica volver a la mente todos y cada uno de los kilómetros del recorrido. Cada kilómetro tiene su dificultad y su ingrediente emocional particular.

Entrenar para correr, desde el punto de vista físico indudablemente hace al cuerpo más resistente y el “fondo” que se adquiere es insuperable. Sin embargo, estoy convencida que para un practicante de artes marciales, los mayores beneficios se consiguen a nivel mental.

Efectivamente. Correr es una de las disciplinas más duras que existe. Pero, sin importar que tan bien preparado que se esté físicamente, llega un momento en que seguir y terminar la carrera es cuestión de decisión, disciplina y voluntad. En el periodo de entrenamiento nuestra constancia y disciplina se ponen a prueba (respetar el espacio del entrenamiento y repetir la rutina día a día no es tarea fácil). Durante las carreras largas se sufre un desgaste físico considerable y las tentaciones de abandonar aparecen en cualquier momento. Ahí es donde se prueba nuestra fuerza de voluntad.

Los corredores saben que hay un momento (a mi me ocurre pasado el Km 18, y tengo entendido que para media maratón suele ser lo común) donde te encuentras con algo que llaman "la pared" o "el muro". Llegar ahí es cuestión de entrenamiento y preparación física; pero superarlo y proseguir (y terminar) no tiene que ver con el cuerpo, sino con la mente. Una vez se supera, sabes que puedes llegar a la meta.

Cruzar la meta es toda una experiencia, sobre todo la primera vez, y a partir de ahí cambia tu forma de ver el entrenamiento en tu arte marcial, y tu actitud ante tu disciplina marcial. Si vamos un poco más a fondo, me atrevo a creer que la actitud ante la vida misma cambia. Sabes que eres capaz de conseguir lo que te propongas, y no te olvidarás de ello. No importan las adversidades. En ese instante (o en cualquier otro), podrás sentir que las fuerzas te abandonan, que no tienes motivación ni esperanza de conseguir tu cometido, que tus sentimientos de autocompasión pueden aflorar, pero si tu voluntad de seguir se mantiene firme llegarás a la meta. Es cuestión de alinear la mente, el cuerpo y la emoción en ese instante de tribulación.

Personalmente creo que correr largas distancias, con todo lo que se aprende y se gana, es algo que todo artista marcial comprometido debería hacer por lo menos una vez en su vida. Al final, el tiempo no importa, ni la posición que se consiga. Lo que crea esa emoción del “deber cumplido” es la vivencia del recorrido. Las ayudas y condiciones externas pueden crearte cierta sensación de bienestar (es innegable), pero al final de cuentas, corres con lo único que tienes: tú mismo. Tú parloteo o ruido mental te acompañará kilómetro a kilómetro y tu ansiedad será tu peor enemigo. Aprender a tenerte paciencia, identificar tus fortalezas y debilidades, callar todo ese “ruido” y a dar lo mejor de ti sin importar el resultado hace parte del reto y será tu mayor satisfacción.

No pretendo presentarme como una experta en el tema. Confieso que aún me falta mucho kilometraje y dedicación para serlo, pero creo que el secreto para correr “cómodo” radica en ir ligeros, en estar vacíos. Callar la mente, suprimir el deseo (y por ende, la pretensión y la ansiedad). Es necesario tener la paciencia y la concentración para ir un paso a la vez, y al ritmo de tú propia respiración, acorde con los latidos de tu corazón. Si alteramos nuestro ritmo o perdemos la atención, necesariamente habrá problemas. Llega un momento en que la tensión desaparece y simplemente, nuestro cuerpo se adapta y fluimos con la situación. Creo que correr es otra actividad que te obliga a estar atento y te ubica en tiempo presente. Pensar en los kilómetros que faltan o en los que se recorrieron, es la principal causa de ansiedad. Correr a mi parecer encarna los mismos retos que subir una montaña o iniciar un proceso en una disciplina marcial. Todo, al final de cuentas lleva a lo mismo, pero para descubrirlo debemos trabajar con consciencia y prestar cuidado a los detalles. Si lo hacemos mecánicamente, podremos repetirlo miles de veces sin provecho alguno.

Sé que existen muchas críticas y prevenciones respecto al atletismo y especialmente frente al entrenamiento de fondo. Varios amigos me han advertido del riesgo que existe en perder elasticidad, en hacerse lento y perder velocidad en las técnicas. Por lo que he leído y experimentado, creo que estas ideas son erróneas. Cualquier entrenamiento, si se hace de forma incorrecta, puede perjudicar. Del mismo modo, cualquier entrenamiento convenientemente realizado, tomando las precauciones necesarias, será positivo.

Frente a la velocidad, si entrenas sólo para carreras de fondo es cierto que te puedes hacer un poco más lento por el tipo de masa muscular que se desarrolla (el cuerpo es una máquina perfecta y te da lo que le pidas, sin medicamentos ni aditivos). Pero parto de la base, que el artista marcial que corre no abandonará su entrenamiento regular en el Dojo, así que el mejoramiento de una condición no necesariamente debe llevarnos a la pérdida de otra. En cuanto a la elasticidad, si nos echamos a correr o a entrenar en el Dojo sin una sesión de estiramiento regular, necesariamente se perderá. Abandonar la rutina de estiramiento nos hace blanco fácil de lesiones. Ubicarnos en este punto puede llevarnos a una charla extensa, no obstante, recogiendo mi experiencia al respecto estoy convencida que correr puede aportar a nuestro entrenamiento marcial, además del fortalecimiento físico, el trabajo mental que en el caso de Aikido involucra nociones como “mantenerse”, administrar nuestra energía, escuchar y regular nuestra respiración, estar atentos y libres de emoción durante la ejecución de la técnica, aprender a estar centrados en todo momento, la condición “imperturbable” sin importar las circunstancias ni la dificultad de la práctica, estar relajados a partir de nuestra respiración.

Correr puede ayudarnos a hacer consciencia de muchos aspectos de nuestra práctica marcial y adicionalmente, ofrecernos un reto concreto para alinearnos mental, física y emocionalmente. El entrenamiento diario en el Dojo debería ofrecernos eso, sin embargo, a veces la rutina nos adormece y requerimos de otro tipo de experiencias para volver al trabajo con un foco específico. Al final de cuentas, la práctica de Aikido o de cualquier arte marcial debería trascender y darnos las herramientas necesarias para fluir cómodos y relajados en el recorrido más importante que existe, el de la vida misma.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Consejos de un Viejo Sabio

Consejos de un Viejo Sabio

 

A continuación algunos fragmentos del escrito “Al cumplir ochenta” del gran autor estadounidense Henry Miller:

Páramo LLano 031 "Si a los ochenta años no estás ni tullido ni inválido y gozas de buena salud, si todavía disfrutas una buena caminata y una comida sabrosa (con todo y acompañamientos), si duermes sin pastillas, si las aves y las flores, las montañas y el mar te siguen inspirando, eres de lo más afortunado y deberías arrodillarte en la mañana y en la noche para darle gracias al Señor por mantenerte en forma. En cambio si eres joven pero ya tienes cansado el espíritu y estás a punto de convertirte en autómata, sería bueno que te atrevas a decir de tu jefe -en silencio, claro "¡Al carajo con ese fulano, no es mi dueño!". Si no te has quedado culiatornillado y si te sigue emocionando un buen trasero o un magnífico par de tetas, si todavía puedes enamorarte las veces que sea y si perdonas a tus padres por el delito de haberte traído al mundo, si te hace feliz no llegar a ningún lado y vivir al día, si puedes olvidar y perdonar y evitar volverte amargado, cascarrabias, resentido y cínico, hombre, ya vas de gane.

...Lo que importa son las cosas pequeñas, no la fama ni el éxito o el dinero. La cima es muy estrecha, pero abajo hay muchos como tú que no se estorban ni se molestan. Ni por un instante se te ocurra que los genios viven felices; todo lo contrario, da gracias por ser del montón.

...Al final te quedas solo y ves a tus hijos o a los hijos de tus hijos cometer los mismos errores absurdos, esos errores casi siempre lamentables que cometiste tú a su edad, y ni lo que digas ni nada de lo que hagas podrá evitarlo. Sin duda al observar a los jóvenes se termina por comprender lo idiota que uno mismo fue en su momento (y tal vez lo siga siendo).

...Hay algo que para mí se vuelve cada vez más claro: en lo fundamental la gente no cambia con los años. Salvo raras excepciones la gente no evoluciona ni se transforma: un roble sigue siendo roble, un cerdo cerdo y un zopenco zopenco. Lejos de mejorar, el éxito por lo general acentúa las faltas o fracasos.

...La vida nos obliga a aprender ciertas lecciones pero no necesariamente a crecer.

...En primer lugar, no me interesa el futuro; en cuanto al pasado, bueno o malo, le he sacado el mayor partido; lo que me quede de futuro es producto de mi pasado. El futuro del mundo se lo dejo a los filósofos y visionarios. Lo único que tenemos todos es el presente, pero muy pocos lo vivimos alguna vez a plenitud. No soy pesimista ni optimista; para mí el mundo no es ni esto ni aquello sino todo al mismo tiempo y así será para cada quien en su propia medida.

...Sin importar qué tan limitado pueda volverse mi mundo, no me lo imagino sin mi capacidad de asombro; en cierto sentido creo que puedo definir esta capacidad como mi religión. No me pregunto de qué manera surgió la creación en que nos hallamos sumergidos, sólo la disfruto y la valoro. Rabiando por la condición de la vida y la forma en que la vivimos, ya dejé de creer que yo tengo el remedio. Quizá pueda modificar hasta cierto punto mi propia situación pero nunca la de los demás. Ni veo que nadie, en el pasado o el presente, por grande que fuera, haya podido realmente alterar la condition humaine.

...En mi opinión, después del amor, la amistad es lo más valioso que nos ofrece la vida.

...Tal vez lo más alentador de envejecer con gracia sea la capacidad cada día mayor de no tomar las cosas demasiado en serio.

...Con la edad mis ideales, que por lo general niego tener, se alteran en forma definitiva. La idea es vivir sin ideales, sin principios, sin ismos ni ideologías, quiero sumergirme en el océano de la vida como un pez en el mar. De joven me interesaba enormemente el estado del mundo; hoy, aunque todavía pataleo y me enfurezco, me contento con sólo deplorar el estado de las cosas. Puede sonar petulante hablar así pero en realidad significa que me he vuelto más humilde, más consciente de mis limitaciones y de las de mis semejantes. Ya no intento convertir a la gente a mi propia visión, ni sanarla, ni me siento superior porque no muestra gran inteligencia. Uno puede combatir el mal, pero contra la estupidez no existe arma posible. Creo que la condición ideal de la humanidad sería vivir en un estado de paz en el amor fraterno, pero debo confesar que no conozco forma alguna de producir tal condición. He aceptado el hecho, sumamente difícil, de que los seres humanos se inclinan a portarse de una forma que ruborizaría a los propios animales.

...Aunque sigo siendo lector, cada día me abstengo de más libros. Mientras que en los años mozos buscaba en ellos instrucción y orientación, hoy leo sobre todo por placer. Ya no me tomo tan en serio ni los libros ni a los autores, en especial los libros de "pensadores".

Páramo LLano 138...Aunque suelo sentirme incómodo en compañía de ancianos, me despiertan gran respeto y admiración dos hombres muy viejos que parecen eternamente jóvenes y creativos. Me refiero a Pablo Casals y a Pablo Picasso, ambos hoy de más de noventa años. Esos nonagenarios juveniles ponen en vergüenza a los jóvenes, a hombres y mujeres de mediana edad y clase media, decrépitos en verdad, cadáveres vivientes, por así decirlo, esclavos de sus cómodas rutinas que imaginan que el status quo ha de durar siempre, o que tienen tanto miedo de que sea otro el desenlace que se retiran a sus refugios mentales para esperar el fin.

...Jamás he sido parte de ninguna organización religiosa, política ni de ninguna otra índole. Nunca en mi vida he votado; he sido anarquista filosófico desde mi adolescencia. Soy un exiliado voluntario que tiene hogar en todas partes salvo en su propia casa. De niño tuve muchos ídolos y hoy, a los ochenta, aún tengo algunos: la capacidad para admirar a otros -aunque no necesariamente implique hacer lo mismo que ellos- me parece de suma importancia; pero importa más tener un maestro, el punto es cómo y dónde encontrarlo; casi siempre habita entre nosotros pero no lo reconocemos. Por otro lado he descubierto que tal vez uno pueda aprender más de un niño pequeño que de un maestro acreditado.

...Lo que suele llamarse educación para mí es una tontería absoluta que impide el crecimiento. A pesar de todos los cataclismos sociales y políticos por los que pasamos, los métodos educativos aceptados en todo el mundo civilizado siguen siendo, al menos a mi modo de ver, arcaicos y estúpidos; sólo contribuyen a perpetuar los males que nos hacen inválidos. William Blake dijo: "Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la educación". Yo no aprendí nada de valor en la escuela; dudo que pudiera pasar un examen de primaria en cualquier materia incluso hoy. Aprendí más de los idiotas y de los don nadie que de los profesores de ésto y de aquello. La vida es el maestro, no el Consejo de Educación.

...No creo en la alimentación sana ni en las dietas; lo más seguro es que no haya comido adecuadamente durante toda mi vida y estoy bien. Como para disfrutar mi comida; haga lo que haga, primero ha de ser para disfrutar. No creo en los exámenes médicos: si algo me falla prefiero no saberlo, pues sólo me preocuparía y agravaría mi mal. Con frecuencia la naturaleza se encarga de nuestras dolencias mejor que cualquier médico. No creo que exista receta médica alguna para una larga vida; además, ¿quién quiere vivir cien años?, ¿qué caso tendría? Una vida breve y alegre es mucho mejor que una larga vida sustentada por el miedo, la cautela y la perpetua vigilancia médica. Con todo y el progreso de la medicina aún tenemos todo un santoral de enfermedades incurables; las bacterias y microbios siempre parecen tener la última palabra. Cuando todo falla, el cirujano sale a escena, nos corta en pedazos y nos despoja hasta del último centavo, ¿es eso el progreso?

...Lo que le falta a nuestro mundo actual es grandeza, belleza, amor, compasión y libertad. Se fueron los días de los grandes hombres, los grandes líderes, los grandes pensadores. Para sustituirlos creamos un engendro de monstruos, asesinos, terroristas, que parecen inoculados de violencia, crueldad, hipocresía. Siempre ha existido el bien y el mal, la fealdad y la belleza, lo noble y lo innoble, la esperanza y la desesperación. Parece imposible que los contrarios dejen de coexistir en lo que llamamos mundo civilizado.

...No me gusta terminar con una nota amarga. Como bien lo saben mis lectores, mi lema de toda la vida ha sido "siempre contento y siempre luminoso". Tal vez por eso nunca me canso de citar a Rabelais: "para todos tus males te doy la risa". El hombre que se toma demasiado en serio no tiene salvación.

...En sí, la vida no tiene nada de malo: es el océano en el que nadamos y se trata de adaptarse o hundirse, pero nuestra capacidad como seres humanos radica en no contaminar las aguas de la vida, no destruir el espíritu que nos infunde aliento.

...Lo más difícil para un individuo creativo es evitar el impulso de ver el mundo según su propia conveniencia y aceptar al prójimo por lo que es, malo o bueno o indiferente. Uno tiene que poner todo su esfuerzo aunque nunca resulte suficiente.

 

Páramo LLano 063

Pdt. Las imágenes que acompañan el documento se escogieron por las siguientes razones: La Laguna que ven, es la Laguna de Siecha que se encuentra ubicada en un páramo y es la laguna de donde cuenta la leyenda, salió Bachué (madre del género humano) a poblar el mundo según los Muiscas (etnia indígena que habitó el Altiplano Cundiboyacense en Colombia). Las plantas que se observan (muy bonitas por cierto) con formas redondeadas (tetraedros, geometría sagrada para los Muiscas), parecen lotos pero son frailejones, los cuales capturan la niebla y la transforman en agua (Elemento esencial para la vida). Como se advierte, son de hoja ancha y textura aterciopelada (con pelos). Los páramos son el único ecosistema en el mundo que "produce" agua!!… sólo se encuentran en 5 países del mundo, y es Colombia el país que posee la mayor extensión, con el 50% del total de los páramos existentes. Por cierto y para redondear, esos frailejones florecidos son muchachos de mínimo 80 años (por eso hacen parte del artículo)...

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