lunes, 21 de marzo de 2016

Entrevista con Okamoto Yoko Shihan - Enseñar la esencia del Aikido

ENTREVISTA CON OKAMOTO YOKO SHIHAN - ENSEÑAR LA ESENCIA DEL AIKIDO

Escrito por Guillaume Erard




Tomado de http://www.guillaumeerard.info/es/entrevistas/136-entrevista-con-okamoto-yoko-shihan-ensenar-a-la-esencia-del-aikido

El entrevistador recientemente viajó a la ciudad imperial antigua de Kyoto a fin de filmar un documental de Okamoto Yoko Shihan en su dojo, Aikido Kyoto. A pesar de la lista apretada de Shihan Okamoto, sólo teníamos una mañana para hacer todo, pero al final, el documental ha sido muy bien acogido. Debido a que Shihan Okamoto y yo habíamos decidido guardar la película corta y al punto, tuvimos que excluir mucho material del cual habíamos hablado durante aquel día. Nosotros volvimos sobre ello a lo largo del verano y me alegro de ser capaz de presentar la transcripción de longitud llena de la conversación que teníamos durante aquel día. Okamoto Sensei cubre los aspectos esenciales de su concepción de Aikido y como ella piensa que debería ser instruido. Espero que esta entrevista ampliada ayude a practicantes curiosos a entender su trabajo y quizás, convencerlos de viajar a Kansai a fin de estudiar en Aikido Kyoto.

Documental del cual proviene esta entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=579u-aFg5N4
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Guillaume Erard: ¿Cuándo empezó a practicar Aikido?
Okamoto Yoko: Empecé a practicar Aikido en abril de 1978.

Guillaume Erard: ¿Por qué eligió Aikido?
Okamoto Yoko: Me preguntan a menudo esto. Me interesaban las artes marciales y quería practicar algo como Kendo o Judo, pero un día, por pura casualidad, una amiga mía que ya estaba practicando Aikido me invito a mirar una clase .Esa es la única razón por la cual empecé a practicar Aikido.

Guillaume Erard: ¿Qué edad tenía en ese entonces?
Okamoto Yoko: Tenía 22 años.

Guillaume Erard: ¿Era estudiante en esa época?
Okamoto Yoko: Si, era estudiante en una escuela técnica.

Guillaume Erard: Ud. Ha vivido muchos años en el extranjero, ¿cuándo y porque se fue de Japón?
Okamoto Yoko: Empecé a practicar en el Hombu Dojo de Aikikai y entrené ahí durante un año y medio aproximadamente. Después me mudé a Francia en 1979 para estudiar francés y completar mis estudios. Viví ahí hasta 1981.

Guillaume Erard: También ha practicado Aikido mientras vivía en Francia, ¿fue difícil encontrar un dojo ahí?
Okamoto Yoko: Antes de irme de Japón ya sabía que quería practicar mientras estuviera en Francia, así que les pedí consejos a mis amigos en Hombu Dojo sobre donde practicar en Paris. Todos me recomendaron que fuera con Christian Tissier Sensei así que cuando llegué a Paris no tuve necesidad de buscar un dojo.

Guillaume Erard: ¿Estudio con Tamura Sensei también cuando vivía en Francia?
Okamoto Yoko: No en ese momento. Mientras vivía en Francia solo entrené con Tissier Sensei . Tomé varias clases con Tamura Sensei pero fueron durante sus visitas a Japón o USA.

Guillaume Erard: ¿Encontró diferencias considerables entre el Aikido practicado en Francia y el que Ud. había experimentado en Hombu Dojo ?
Okamoto Yoko: No me pareció tan diferente .En ese momento yo era una principiante todavía ,4 o 3 Kyu con cinturón blanco creo . Para un principiante ,el periodo entre 3 y 1 Kyu es el más importante . Me dieron la oportunidad de tomar mi examen de Shodan en Francia pero Christian Tissier Sensei me dijo que, ya que pensaba volverme a Japón, seria mejor que lo tomara allí.

Guillaume Erard: ¿Porque regresó a Japón ?
Okamoto Yoko: En esa época , Tissier Sensei estaba alentando a sus alumnos a que fueran a estudiar Aikido en Japón por lo que varios de mis amigos hicieron el viaje .Yo también me decidí en concentrarme en Aikido y "partí hacia Japón " con varias de estas personas .Ese fue el momento en que decidí dedicar mi vida al Aikido .Inicialmente tenía planeado quedarme en Francia por un año más para completar mis estudios académicos pero volví a Tokio en setiembre de 1981 y retomé mi entrenamiento en Hombu Dojo.

Guillaume Erard: ¿Cómo fue el regreso después de haber estado con Tissier Sensei, pudo readaptarse fácilmente?
Okamoto Yoko: Tal cual me había aconsejado, tome mi examen de Shodan en Hombu Dojo. No había tanta diferencia entre lo que había hecho en Francia y lo que se estaba haciendo en Hombu. Puse lo mejor de mí para seguir las instrucciones de los maestros.

Guillaume Erard: Luego se mudó a Estados Unidos ¿cuál fue la razón?
Okamoto Yoko: Mi esposo es americano, nos conocimos en Hombu Dojo. Nos casamos y tuvimos hijos en Japón, pero en un momento dado, mi marido sintió que quería volver a los Estados Unidos así que mudamos a toda la familia a Portland, Oregón. Eso fue en 1989.

Guillaume Erard: ¿A qué se dedicaba en Portland? ¿Cómo o porque empezó a enseñar?
Okamoto Yoko: Cuando nos mudamos a EEUU, ya había un grupo de Aikido en actividad en la ciudad pero era relativamente pequeño y hacían cosas bastante diferentes de lo que nosotros queríamos hacer. Los dos éramos Sandan o Yondan en esa época y nos dimos cuenta que si queríamos formar un grupo que trabajara en la línea que a nosotros nos interesaba, íbamos a tener que formarlos nosotros mismos así que decidimos de empezar nuestra propia práctica. Nunca había pensado en convertirme en una profesora de Aikido cuando nos mudamos a EEUU, pensé que solo me iba a ocupar de mis hijos.

Guillaume Erard: ¿Cuando fue formalmente establecido Portland Aikikai?
Okamoto Yoko: Fundamos el club 1991 y Portland Aikikai fue establecido en 1992. Al principio enseñaba a tiempo parcial y trabajaba como escritora, pero después de algunos años empecé a dedicarme al Dojo a tiempo completo.

Guillaume Erard: ¿Estaban afiliados a alguna organización o Sensei en particular?
Okamoto Yoko: El primer grupo con el que practicamos en Portland estaba afiliado a la United States Aikido Federation (USAF), que a su vez era dirigida por Yamada Sensei, por lo que permanecimos dentro de USAF. Yamada Sensei estaba en New York City, pero fue muy generoso y nos dio la bienvenida a su organización como recién llegados a EEUU. Sin embargo, habían otros Shihan japoneses que vivían en la costa oeste como Shibata Sensei y Chiba Sensei por lo tanto, también aprendimos mucho de ellos así como de otros maestros de Hombu que visitaban la región.

Guillaume Erard: Con respecto a Chris Mulligan, su esposo, ¿cuál es su currículo en el Aikido?
Okamoto Yoko: Mi esposo empezó Aikido en Syracuse, New York, para luego estudiar con Frank Doran Sensei en Stanford, California. Después de eso vino a Japón en 1978, y estudió principalmente en Hombu Dojo durante 11 años.

Guillaume Erard: ¿Que la trajo de vuelta a Japón?
Okamoto Yoko: Extrañaba mucho y quería volverme a casa. De todas maneras ya estábamos planeando mudarnos a Japón tarde o temprano.

Guillaume Erard: ¿Cuándo fundo Aikido Kyoto?
Okamoto Yoko: Establecí Aikido Kyoto hace 10 años aproximadamente, este año es nuestro 11 aniversario. He estado enseñando aquí en Nishijin Dojo desde hace 6 años..

Guillaume Erard: Como mujer, ¿encontró alguna dificultad en particular en su vida dentro del Aikido o al establecer su propio Dojo?
Okamoto Yoko: No creo haber encontrado dificultades en particular realmente. Sin embargo, antes de hablar de Aikido, puedo decir que sì encontré obstáculos por el hecho de que soy japonesa y mujer. Aunque más que dificultades, diría que eran prejuicios sociales. Dentro del Aikido puntualmente, no he tenido ningún problema en particular. Diría que el Aikido como arte en sí, es muy igualitario y creo que, siendo mujer, hay más ventajas que dificultades.
Un ejemplo de esto es la diferencia de fuerza física. Este es uno de los problemas reales que debemos enfrentar y que provocan una sensación de "miedo". Afortunadamente, las mujeres deben afrontar ese problema desde las primeras etapas de su entrenamiento y como resultado deben estudiar y practicar de tal manera que las ayude a superar ese miedo. Reconocer nuestros límites y las cosas que no podemos hacer nos ayuda a encontrar que es lo que sí podemos hacer y así desarrollar nuestras habilidades. Obviamente el trabajo debe ser hecho bajo condiciones de Tanren-keiko que es, "el trabajo diario y consistente que nos permite forjar y templar el cuerpo". Es más, la "fuerza física" no es simplemente una pared, puede guiar a un profundo engaño, creo.

Guillaume Erard: ¿Hay técnicas de Aikido diferentes para hombres y mujeres?
Okamoto Yoko: En lo que yo enseño, las técnicas básicamente son las mismas. Habiendo dicho eso, hay diferencias en el sentido de que algunas personas son altas, bajas, grandes, pequeñas, hay niños, adultos, etc. Por eso creo que la forma no es algo que se deba usar para encuadrar algo en una figura específica, pero debería haber cierto grado de flexibilidad al forjar la forma.
Hay elementos de una técnica que deben ser cambiados y otros deben permanecer constantes. Si nuestro compañero realiza un cambio entonces nosotros, por consiguiente, deberíamos cambiar también. Los principios permanecen inalterables pero la forma debería ser adaptable.

Guillaume Erard: Hay muchos extranjeros en su Dojo, y estos tienen tendencia a confiar en métodos de enseñanza más explícitos mientras que en Japón el entendimiento viene de la práctica misma. ¿Hace alguna distinción o esfuerzo en particular en un caso u otro?
Okamoto Yoko: Básicamente, enseño a todos de la misma manera. A veces doy algunas explicaciones que faciliten el entrenamiento pero en otras ocasiones solo nos concentramos en movernos para así poder vaciar la mente.

Guillaume Erard: ¿Que síntesis hace de todas las diferentes formas de Aikido que ha podido estudiar con maestros en Japón, Francia, y EEUU?
Okamoto Yoko: Es muy difícil ... Básicamente procese todo lo que aprendí de varios maestros y decidí pasar /transformar el producto de ese trabajo a otras personas.

Guillaume Erard: ¿Es consciente de influencias específicas en los aspectos internos o externos de su técnica?
Okamoto Yoko: No sé, nace naturalmente. Algunas personas me dicen que ven similitudes en mi técnica con tal o cual maestro pero desde mi punto de vista, no es una acción consciente. Existe una forma en las bases del Aikido pero después de un tiempo hay que dejar las formas atrás.
Mis mayores influencias son Yamaguchi Sensei, Tissier Sensei, y Shibata Sensei. A veces cuando me encuentro confundida con lo que estoy haciendo o cuando tengo algún problema vuelvo a lo que ellos hacían. Sin embargo, en mi Aikido, también hay influencias de otros maestros con los cuales estudie en Hombu Dojo. Por ejemplo, aprendí a tomar ukemi con Ueshiba Kisshomaru Doshu. No cree mi propio estilo, surgió naturalmente basado en lo que aprendí de esos maestros.

Guillaume Erard: Invirtiendo la pregunta, ¿ve aspectos propios en las técnicas de sus alumnos?
Okamoto Yoko: A veces sucede sí pero no quiero que mis alumnos copien sin pensar lo que yo hago. Mi manera de expresar este arte, digamos "la forma" si debemos usar esa palabra, proviene de mis experiencias pasadas, mi sensibilidad y de mis limitaciones. A veces veo a algún hombre de gran tamaño intentando replicar lo que yo hago pero no tiene sentido alguno. , entonces, les digo "por favor, no ". Es muy extraño si un hombre de gran tamaño intenta moverse como una mujer pequeña o si una mujer japonesa pequeña intenta imitar a un hombre grande. No intento copiar la forma de ningún maestro en particular, lo que intento hacer es internalizarlo para mí misma. Me concentro más en la funcionalidad que en la forma.

Guillaume Erard: Ha logrado hacer una síntesis coherente de todas sus influencias. Sin embargo, a veces vemos generaciones enteras de clones de un Sensei en particular. ¿Cómo puede un alumno evitar copiar la forma de un Sensei?
Okamoto Yoko: Antes de llegar a Sandan o Yondan, los estudiantes deben experimentar de que se trata el Aikido. Convertirse en lo que es su maestro no debería ser el objetivo. Primeramente, uno debe aceptar lo que es el arte en sí. A nivel de Shodan/ Nidan, dedicarse solamente a disfrutar de la practica puede estar bien pero eventualmente uno realmente debería empezar a pensar en esas cosas. Si estas atado a una forma en particular, nunca eres libre. La estructura de la técnica crea la forma. Para lograr llegar a la esencia de esta forma, eventualmente debes trabajar para liberarte de la forma. Dependiendo del tipo de keiko que hagas, tu percepción aumentara y eso a su vez modificará la manera en la que entrenas.
Algunos solo ven la forma porque no han sido educados correctamente, por consiguiente, lo único que saben es copiar. Evidentemente, a veces aprender implica copiar hasta cierto punto, pero lo importante es desarrollar la habilidad de mirar más allá de la forma visible. Entrenar es aprender a ver aquello que no es visible y el rol del instructor es guiar al alumno en ese proceso. El Aikido es un Budo que ayuda a desarrollar ese tipo de percepción. Creo que nuestra responsabilidad es impartir la esencia del Aikido.

Guillaume Erard: Enseñar es una responsabilidad, no una meta. . .
Okamoto Yoko: Exactamente. En mi caso, nunca había pensado en convertirme en una profesora de Aikido, fui un poco arrastrada a esa situación y la acepte.

Guillaume Erard: ¿Ud. alienta a sus alumnos a que vayan y entrenen con otros maestros?
Okamoto Yoko: Sí, lo hago. Pero lo importante es primero construir una base sólida en tu Dojo y después salir, caso contrario puedes encontrarte perdido. Mi maestro me decía a menudo: "no hagas de tu Aikido un collage. No te comportes como que hoy te gusta esto pero mañana tomaras algo de allí y pasado de allá ..."
Aikido es Budo y el Budo es una línea vertical, un Sutra. Deberías elegir a un Sensei que sea de una buena línea. El primer maestro es el más importante por lo que debes elegir de manera inteligente. Afortunadamente, hay muchos maestros buenos.

Guillaume Erard: En medio de las diferentes líneas de Aikido, ¿considera que hay varios caminos para llegar a la cima de la montaña o que hay muchas montañas?
Okamoto Yoko: Depende como lo pienses. Asumiendo que estamos en el mismo camino, el creado por O Sensei, estamos todos yendo hacia la misma cima, pero con enfoques diferentes. Durante mi época en el Hombu, estaban Yamaguchi Sensei, Osawa Kisaburo Sensei, Okumura Sensei, Tada Sensei, Arikawa Sensei, Endo Sensei, Yasuno Sensei, Shibata Sensei, Seki Sensei, Masuda Sensei, Watanabe Sensei, Ichihashi Sensei y obviamente K. Ueshiba Doshu. Cada clase era presentada de manera diferente.
Hoy en día voy a las clases de Yasuno sensei, Miyamoto Sensei, Endo sensei, Osawa Hayato Sensei, Tissier Sensei, Shibata Sensei, y varios Sensei mas. Las clases son muy diferentes, sin embargo son iguales.

Guillaume Erard: Anteriormente habló de "ser libre "¿ a qué se refería con eso?
Okamoto Yoko: Significa que debemos adquirir Shizentai [elevación del cuerpo humano hacia su postura natural]. Sigo estudiado Aikido porque no soy libre. Ser libre no es hacer lo que nos venga en ganas, ser libre es eliminar el miedo en todos sus sentidos.

Guillaume Erard: Como alumnos, la mayor cantidad de feedback la recibimos de nuestro maestro pero, ¿cómo saber que lo que estamos haciendo es lo que él realmente espera que hagamos? ¿Cómo encontramos lo que Ud. llamo "función" dentro de esa compleja mezcla de forma, esencia y mímicas que el maestro muestra?
Okamoto Yoko: Antes que nada, tu objetivo no debería ser dejar contento a tu maestro ni intentar convertirte en él, si no, no llegaras lejos en este arte. Algunas personas practican Aikido por la sensación de ser "especial", otros solo buscan hacer amigos. Seguramente harás muchos amigos en Aikido, pero esto es un producto derivado del Keiko.

Guillaume Erard: Hablando de dejar contento al maestro, a menudo hay una suerte de reforzamiento positivo que aumenta la participación de Uke más allá de lo necesario. Este comportamiento hace que la persona sea llamada como Uke más seguido y es esta misma docilidad que termina produciendo a un maestro execivamente confiado de su propia tecnica.
Okamoto Yoko: Bueno, ese comportamiento es representativo de un mal maestro. Ud. menciono que Uke debía participar, pero personalmente no me gusta esa palabra. El Aikido no es que Uke ayude a Tori a realizar sus deseos, por el contrario, es una cooperación mutua entre los dos en un momento dado. Muchas veces, Uke tiende a realizar su propio trabajo. Cuando los dos trabajan con un "timing" perfecto, deberían tener Kokyu y belleza; no sabemos que es lo que va a ocurrir.

Guillaume Erard: ¿No sabemos o pretendemos no saber?
Okamoto Yoko: No diría "pretender" sino "borrar nuestras experiencias pasadas " para así lograr tener otro momento. Es difícil. La mayoría de las veces, inclusive para mí, es una ilusión, por lo tanto, intentamos una y otra vez hasta llegar a ese momento real.

Guillaume Erard: En Aikido, vemos un enrome abanico de niveles y habilidades, inclusive entre los más graduados. ¿A qué se debe eso?
Okamoto Yoko: El Aikido no tiene competencias ni sistema de puntajes, no hay resultados. En una competencia, el feedback es inmediato por lo que tenemos que aceptar la razón de nuestra derrota. En Aikido, como no tenemos que enfrentar la derrota ni analizar sus razones, podemos fácilmente pensar que ya llegamos "ahí" y que entendimos su esencia. Esta es la parte difícil del arte y varias personas caen en esa trampa, pero no es así como deberíamos intentar desarrollarnos. Tendríamos que recordarnos a nosotros mismos, continuamente, de ponernos al borde del abismo, aun a riesgo de caernos.

Guillaume Erard: No teniendo competencias ni enfrentamientos, ¿ cómo puede uno, un maestro particularmente hablando, conseguir ese feedback que otros logran después de una derrota? ¿Cómo saber que lo que se está haciendo está bien?
Okamoto Yoko: Hay que ser inteligente, el Aikido no es coreografía.

Guillaume Erard: En Karate, inclusive a alto nivel, los maestros corrigen posiciones y técnicas de manera muy rigurosa.
Okamoto Yoko: Es verdad, porque funciona. En Aikido, desde el primer día, puedes hacer lo que quieras. Tengo amigos Judokas que cuando ven las caídas sin sentido que se hacen en Aikido, no pueden dejar de pensar lo peligroso que sería en una competición. Algunas personas caen por el simple hecho de ser Uke. Este tipo de enfoque sin sentido debería ser corregido por los instructores, el problema es que a veces ni siquiera ellos mismos pueden darse cuenta de eso. Sin embargo, después de todo, si las personas están contentas luego de una práctica así y si mejora sus vidas en algún sentido, supongo que también está bien.

Guillaume Erard: A propósito de los grados, hoy en día parece que todos llegan a altas graduaciones, sin importar las habilidades técnicas ni el nivel de compromiso durante la práctica.
Okamoto Yoko: ¿Está diciendo que los grados no significan nada? ¡Estoy de acuerdo con Ud. ! (Risas)

Guillaume Erard: si los grados no son importantes, ¿cómo diferencia y atiende diferentes niveles de compromiso/habilidad en sus alumnos?
Okamoto Yoko: Tenemos un programa de Kenshusei en Aikido Kyoto. Este programa es para aquellos que realmente se comprometen con el arte y quieren enseñarlo, ya sea de manera profesional o semi profesional. En mi opinión, una persona con ese nivel de dedicación debe recibir instrucciones específicas de maneras diferentes a la práctica común. La razón es que si entrenas solamente por placer, esto no afectara la vida de otras personas de la misma manera que si fueras un instructor. Por lo tanto, necesitas un entrenamiento específico.
El programa de Kenshusei, es para personas que quieren compartir el entrenamiento de Aikido. Consume mucho tiempo y es exigente a nivel físico por lo que algunas personas terminan renunciando. El curso tiene que ser tomado por un período no menor a tres años, pero muchas veces, las personas se terminan dando cuenta de que no es suficiente y no van a poder hacer mucho en esos tres años.

Guillaume Erard: ¿Tiene alumnos que hayan formado sus propios Dojos?
Okamoto Yoko: Dos ex-Kenshusei han empezado a enseñar por su cuenta en clubs pequeños

Guillaume Erard: ¿Tiene Kenshusei extranjeros?
Okamoto Yoko: En este momento tenemos cinco Kenshusei, tres de los cuales son extranjeros. Uno de ellos fue enviado por otro maestro. Es una norteamericana y tiene Yondan ;su estadía aquí es de uno a dos años aproximadamente.

Guillaume Erard: Entiendo que se toma muy en serio su salud, ¿tiene alguna rutina en particular?
Okamoto Yoko: Si, la tengo. Para cualquier atleta profesional, ya sea en golf, sumo baseball, etc. ..., la competición o juego representa una porción muy pequeña de su carrera, es la rutina diaria lo que ocupa la mayor cantidad de tiempo.
Soy una profesional y necesito estar en el tatami todos los días, por lo tanto, tengo que mantener una rutina estricta para poder conservar mis condiciones. , En lo que se refiere a ejercicios, hago estiramientos principalmente y a veces un poco de Suburi. Intento tener una alimentación sana y balanceada, cuido de mi cuerpo e intento no desperdiciar energía.

Guillaume Erard: ¿Practica ejercicios de manera individual como ser Tanren o Aiki-taiso?
Okamoto Yoko: A veces hago ejercicios de Tai-sabaki. Nuestras clases duran solo una hora y media y en ese tiempo considero que es mejor trabajar con un compañero a hacerlo solo. Sì recomiendo a mis alumnos que hagan su práctica individual, pero durante la clase, tienen que trabajar con un compañero.

Guillaume Erard: ¿Practican armas en Aikido Kyoto?
Okamoto Yoko: Tenemos dos clases de armas a la semana. Nociones de como sostener un bokken o como hacer Suburi son esenciales para un arte corporal como el Aikido. Sin embargo, personalmente, no me considero una Kenjutsu-ka, no intento convertirme en una experta en Kenjutsu, lo hago solamente para mejorar mi aikido a través de conceptos importantes dentro de la práctica con armas, como ser el Maai y el timing.

Guillaume Erard: ¿En su periodo en Hombu Dojo no había Buki-geiko verdad?
Okamoto Yoko: En la época en que empecé, Masuda Sensei enseñaba Tanto-dori a veces. Ademas, tomaba clases especiales dos veces a la semana con Shibata Sensei y ahí estudiaba, Aiki-ken y Aiki-jo. Cuando vivía en Estados Unidos también estudiaba en el Birankai con Chiba Sensei.

Guillaume Erard: Al visitar su Dojo, no podemos evitar sorprendernos de la variedad de personas que toman sus clases, ya sea por su edad, género o nacionalidad. ¿Cómo hace para que todas esas personas se interesen en el Aikido?
Okamoto Yoko: En Japón, los Dojos de Budo suelen tener una imagen un poco anticuada . Sin embargo, si queremos sobrevivir, tenemos que apelar a las generaciones nuevas. La ceremonia del té y el Kabuki por ejemplo, intentan hacer lo mismo. Tenemos que lograr llegar a las generaciones nuevas sin perder los aspectos importantes de nuestro arte.
Personalmente, quiero actualizar esa imagen de anticuado pero sin perder la esencia. Debe seguir siendo un Budo, lo que implica que debe retener la disciplina y una dedicación intensa al entrenamiento.

Guillaume Erard: Cada vez más personas extranjeras visitan Aikido Kyoto por periodos que van de unos pocos días a varios meses, que desea que estas visitas se lleven a sus casas después de su estadía en Kyoto?
Okamoto Yoko: Quiero que disfruten y encuentren placer en estar en el tatami mientras estudien aquí. Luego, cuando regresen a sus hogares, podrán reflexionar sobre qué fue lo que los hizo disfrutar. Obviamente, no puedo enseñarles nada técnico en tan solo unos días o un mes, pero de todas formas, intento tocar algunos puntos sobre la esencia del Aikido.

Guillaume Erard: Actualmente está viajando mucho a Europa para enseñar en seminarios. ¿Que intenta transmitir durante esos cursos?
Okamoto Yoko: En términos de aprendizaje, es probable que yo reciba más de ellos que lo que ellos puedan recibir de mí. Pero si pienso solo en mi parte, intento reproducir mi experiencia en Aikido durante la o las clases que me toque dirigir. ¿Que me gustaría transmitir? Quizás mi vida o mi manera de vivir.

Guillaume Erard: ¿Cuáles son sus planes a futuro en relación a Aikido Kyoto?
Okamoto Yoko: Sería fantástico ver a Aikido Kyoto crecer junto a su comunidad. Sería muy bueno el poder compartir el poder del Aikido, el poder de despertar las mentes de todo tipo de personas en el planeta.

Guillaume Erard: Okamoto Sensei, muchas gracias por su tiempo y por responder a estas preguntas.


jueves, 10 de marzo de 2016

Cuando me amé de verdad

Cuando me amé de verdad
Texto atribuido a Charles Chaplin
Tomado de http://www.amarseaunomismo.com/






Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.

Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.

Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé que eso es… simplicidad.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!

No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.


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