miércoles, 20 de marzo de 2013

Aikido en Bogotá


Aikido en Bogotá

Por Hiroyasu Yamamoto

Bogotá D.C., 15 de marzo de 2013 (*)

 
Cortesía Andrey y Mike Orekhov
 
(*) Esta es una traducción tomada de la nota original escrita por el Sr. Yamamoto como despedida del Dojo Bogotá Aikido.

Comencé Aikido en Bogotá hace tres años. El sr. Yamada me relacionó con el dojo de Adriana. Cuando vine a su dojo la primera vez pocos miembros [estudiantes] practicaban Aikido vigorosamente. Yo disfruté muchísimo [practicar] con ellos Aikido.

Adriana me dio oportunidades y les enseñé Aikido. Fui muy afortunado por tener la oportunidad porque pude pensar más acerca de las técnicas de Aikido. Los practicantes [estudiantes] eran tan entusiastas, ellos observaban los movimientos y las técnicas minuciosamente.

Los practicantes eran muy alegres y amables. Pienso que la atmósfera agradable del dojo viene del líder del dojo. Adriana es muy amable y alegre entonces el ambiente también es estupendo.

Yo fui feliz. El número de practicantes ha aumentado, y sus técnicas han progresado. Ellos toman en consideración los consejos del profesor, y piensan adecuadamente [sanamente] acerca de Aikido.

Espero que ellos continúen [practicando] Aikido por mucho tiempo. [En] Aikido tiene valor mantenerse practicando por un largo periodo [de tiempo]. Aunque tengo que regresar a Japón, espero poder volver acá y practicar Aikido con ellos otra vez.

También deseo que ellos vengan a Japón y practiquemos Aikido juntos en el Honbu Dojo.

Disfruté mucho del Aikido acá y mejoré [mi] Aikido gracias al dojo.

Continuaré practicando Aikido hasta el fin de mi vida, quiero hacer las técnicas mucho mejor y hacer uso de la filosofía del Aikido en mi vida cotidiana.

Mi vida acá en Colombia fue muy feliz gracias a los practicantes de Aikido.

Muchísimas gracias.

Hiroyasu Yamamoto

 

…..

Documento original

Aikido in Bogota

 
I started Aikido here in Bogota three years ago. Mr.Yamada introduce me Adriana's dojo. When I went to her dojo for the first time, some members practiced Aikido actively. I enjoyed Aikido with them very much.
 

Adriana gave me the chances I taught Aikido for them. I was very lucky to have the opportunity because I was able to think more about the techniques of Aikido. The members were so enthusiastic they watched the movements and techniques very carefully.
 

The members were very brightly and kind. I think the nice atmosphere of dojo came from the leader of dojo. Adriana is so kind and brightly so the atmosphere is also fantastic.
 

I was happy The numbers of members has increased, and their techniques has made progress. They are submitting to the teacher's advice and think well about Aikido.
 

I hope they will continue Aikido for a long time. Aikido has valuable to keep practice for a long period. Although I have to return to Japan, I wish I will come back here and practice Aikido with them again.
 

I also wish they will come to Japan and practice Aikido together at Honbu dojo.


I enjoyed Aikido so much here and improved Aikido thanks to the dojo.

 
I will keep practicing Aikido at the end of my life, I want to make the techniques much better and make use of the philosophy of Aikido in daily life.
 

My life here in Colombia was very happy thanks to the members of Aikido.
 

Thank you very much.

 
Hiroyasu Yamamoto

Bogotá D.C., 15 de marzo de 2013

 

Cortesía Andrey y Mike Orekhov

viernes, 8 de marzo de 2013

Los autos más valiosos


LOS AUTOS MÁS VALIOSOS

Por Gonzalo Gallo González 
 
Buenos Aires, Argentina
 
El filósofo griego Diógenes es uno de esos personajes que dejó una huella imborrable. Lo que sabemos es que vivía en una tinaja con total desapego y del modo más natural posible. Se cuenta que recorría a veces las calles con un farol, lo acercaba a la cara de los atenienses y decía: “busco un hombre”. En otras palabras, busco alguien transparente, sin ego, sin ataduras materiales, sin doblez ni ambición. Dicen que un día Alejandro Magno se puso frente a su tinaja y le dijo: “pídeme lo que quieras”. “Solo te pido que te apartes un poco porque me tapas el sol”, le respondió Diógenes sin inmutarse. Vivía con lo mínimo y de diversas formas se burlaba del estilo de vida centrado en poseer y aparentar. Murió en el 323 a.C., y enseñó que el sabio debe liberarse de sus deseos, silenciar su ambición, y tener autoconocimiento y autocontrol. Esos son los autos más valiosos y los que dan felicidad.
 
¿Qué es felicidad? Es amarse y amar, es un estado de armonía y coherencia, es conciencia amorosa, es la paz interior que nace de actuar con un buen corazón. Felicidad no es ausencia de obstáculos ni un edén sin espinas, ya que la vida no es un cuento de hadas. Hay pruebas para todos, pero con el poder de la fe y la magia del amor eres feliz a pesar de la adversidad. El dolor es parte de la vida y, cuando se acepta con amor, no se sufre y no hay desespero. En efecto, el sufrimiento solo acosa a la mente que no acepta las penas y se hunde con ellas. El sabio es feliz porque no tiene apegos y acepta los vaivenes del destino sin renegar. Felicidad es asombrarse con las maravillas, gozar con lo mínimo y sonreír con lo básico. Sé feliz con el vuelo de una mariposa, una gota de rocío, un trino y la compañía de los que te aman. Para ser feliz necesitas ese autoconocimiento y autocontrol que cultivas con inteligencia emocional.

Vive alerta con tres enemigos de la felicidad y la paz interior: el orgullo, el odio y la rabia. Aprende a ser humilde porque el orgullo aleja a los seres humanos y la sencillez los une. No te creas más que nadie, destierra la soberbia y nunca pongas el poder por encima de tu salud y tu paz. Ten sumo cuidado con el cáncer del ego y el odio, véncelos con un perdón profundo y generoso. El odio te pasa factura, te ancla en un ayer amargo y te pone mal mientras tu ofensor acaso es feliz. El odio y la rabia enferman y, te amas de verdad si aprendes a relajarte y a ser flexible para alejar la ira. Muchas rabias nacen de no amarte, de querer controlar a otros y de no aceptar la realidad. Tu reto es estar vigilante, como lo enseñaron Diógenes y tantos sabios. Hoy, como hace siglos, conserva toda su vigencia una máxima que se puede enunciar así: “conócete y contrólate a tí mismo”. De eso también habló Lao Tse cuando afirmó: “poderoso es el que conquista a los demás, sabio es el que se conquista a sí mismo”. ¿Cuántas personas encontraría hoy Diógenes en las calles con autocontrol?.

 

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