martes, 30 de mayo de 2017

Métodos de entrenamiento


Capítulo 1 – Métodos de Entrenamiento

Por Mitsunari Kanai, 8vo dan (Q.E.P.D.)

 


 

Nota del Editor: Lo que sigue es un extracto del libro a publicarse de Kanai Sensei.  La versión en video ha sido publicada y se consigue en Aikido Online.

Uno de los problemas más básicos, crónicos y quizás inevitables en la práctica de AIKIDO, es que el entrenamiento de AIKIDO pueda reducirse a un ejercicio despreocupado basado sobre un acuerdo excesivo entre los compañeros practicantes (NAGE y UKE). Este problema surge porque los practicantes de AIKIDO suelen basar su práctica sobre filosofías y teorías sinceras pero mal-fundadas. Los ejemplos de muchas interpretaciones incorrectas del AIKIDO aplicado a la práctica incluye la de enfatizar la idea de un ambiente de “estilo de AIKIDO”, expresando una “ideología” de AIKIDO, y malinterpretando el concepto de “armonía”.

Debido a la importancia de comprender correctamente el significado de la armonía en el contexto específico del AIKIDO, daré una explicación breve. Tenga presente que cubriré solamente una mínima fracción de los significados y aspectos de la armonía de AIKIDO.

Primero, es importante saber que la armonía es un componente central del AIKIDO. Muy fundamentalmente, significa armonía con el universo entero, con la existencia toda. En términos de mente y cuerpo, armonía significa simplemente que uno debe enfatizar tanto la mente y el cuerpo de forma equilibrada, en vez de enfocarse solamente en uno o en el otro. Pero en términos físicos, la armonía tiene un significado técnico que se refiere a una manera particular de usar el cuerpo entero en cada movimiento. Aplicado a una situación confrontacional (incluyendo el entrenamiento), es este significado técnico de la armonía que se debe realizar en uno mismo y con el oponente, y así crear una situación que conduce al oponente hacia la armonía con uno mismo.

La armonía no significa llevarse bien con la gente en base al denominador común más bajo, o creando un acuerdo sin tener en cuenta las reglas sólo para evitar la confrontación y así mantener un ambiente despreocupado o exageradamente confortable. La armonía tal como se usa en el AIKIDO, no involucra ceder, disminuir o diluir cosas opuestas y sus esencias individuales. Tal forma de acercamiento diluye todo, sacrifica la esencia de las cosas, erosiona los estándares de comportamiento y actitud; y por ende disminuye a cada individuo. Al contrario, la armonía del AIKIDO une a elementos diferentes – hasta opuestos – y los intensifica de una manera en la cual impulsa todo hacia un nivel más alto.

Se suele recalcar que el AIKIDO permite hombres y mujeres, adultos, niños y niñas, gente mayor y jóvenes practicar juntos. Esto es verdad. También es verdad, pero no tan frecuentemente recalcado, que dentro del  AIKIDO también hay espacio para practicar de otras maneras, por ejemplo, de usar una práctica muy dura para desarrollar técnicas marciales. La amplitud y sentido incluyente del AIKIDO no significa que su práctica sea fácil, o que sus practicantes que se enfocan en desarrollar técnicas fuertes de combate sean menos importantes o menos legítimos, que aquellos interesados en otros aspectos del arte.

Yo sospecho que el resultado de estos errores trae como consecuencia el primer problema mayor en el entrenamiento de AIKIDO, y es que muchos practicantes de AIKIDO no han podido establecer un método de entrenamiento basado en la comprensión más fundamental de cómo usar el cuerpo para producir, aplicar y recibir el poder.

Lo que sigue es una teoría y explicación de cómo usar correctamente el cuerpo. Me parece necesario articular de forma detallada esta lógica del AIKIDO. La intención es que esta articulación de los principios físicos del AIKIDO deberá reemplazar las explicaciones abstractas propuestas típicamente por muchos practicantes de AIKIDO y otras artes marciales.

El practicante de AIKIDO debe comprender cómo la fisiología del cuerpo, la misma estructura del cuerpo, ocasiona las reglas o principios de cómo ha de funcionar el cuerpo entero de la forma más eficiente y óptima. La forma correcta de un movimiento corporal se juzga únicamente por este criterio: si el movimiento, visto desde la fisiología humana, utiliza con economía total todas las partes del cuerpo organizadas en la forma más eficiente posible. Comprender tal teoría fundamental de la utilización del cuerpo debe preceder las explicaciones de técnicas específicas de AIKIDO.

Cualquier sistema de movimiento corporal debe estar basado sobre la fisiología humana. Las artes marciales en general tienen reglas que definen aún más las implicaciones de la estructura física del ser humano bajo el contexto de situaciones de combate. El AIKIDO, cuya meta es el acercamiento más amplio hacia las artes marciales, debería tener un conjunto de principios aún más preciso.

Una técnica específica basada sobre estos principios utilizará cada parte del cuerpo de forma organizada y secuenciada, a fin de optimizar la generación del poder. Si esto se hace, la técnica será la correcta y va a “funcionar”. La falta de comprensión y aplicación de esto harán que las técnicas sean inefectivas.

Uno debe comprender que el entrenamiento de AIKIDO debe basarse únicamente sobre este principio intransigente de eficiencia máxima que surge de la fisiología humana. Armado con este conocimiento, el practicante puede determinar fácilmente si las técnicas que pudiesen verse fluidas y correctas están basadas en los principios verdaderos del entrenamiento de AIKIDO. Las técnicas incorrectas son muy comunes debido a la falta de comprensión de este principio.

La falta de entendimiento de este principio de movimiento corporal eficiente también tiene otras implicaciones, por ejemplo, que los grupos primordiales de las técnicas que son propiamente del AIKIDO (proyecciones, controles, golpes y empujes) carecen de una consistencia teórica y por ende, parecen desmedidamente distintos uno del otro.

Se debe entender que no estoy proponiendo restringir el AIKIDO en un molde rígido sino al contrario, estoy sugiriendo que es necesario romper el molde rígido ya existente, un molde creado de malos hábitos formalizados. Los resultados de estos malos hábitos se observan fácilmente en mucho de lo que hoy en día se llama “práctica de AIKIDO”.

Hay un segundo problema mayor en el entrenamiento de AIKIDO, uno que resulta de la relación entre NAGE y UKE.

Muchas veces el entrenamiento se conduce a una especie de modalidad confrontacional falsa, sin un combate verdadero o un entrenamiento serio. Debido a esto, el practicante típicamente no se da cuenta de su creciente dependencia hacia la cooperación del oponente. Este modo poco saludable y exagerado de cooperación corrompe la relación entre NAGE y UKE, asimismo, mientras esto pueda crear resultados que parecieran ser dramáticos, en realidad arruina la oportunidad para uno desarrollar sus técnicas o su capacidad de visión óptica.

Debido a que los principios fundamentales del entrenamiento de AIKIDO no se han establecido de forma clara, los NAGE suelen no aplicar técnicas buenas ni correctas que claramente proyectan o derriban al UKE; sin embargo, pareciera que UKE lo estuviesen proyectando, lanzando o derribando. En estos casos, el UKE se ha puesto de acuerdo de forma implícita para actuar como si la técnica funcionara sin importar su efectividad real (la efectividad se determina primordialmente si el cuerpo se utiliza correctamente para generar poder). Debido a esto, el asunto de que si la técnica funciona o no ha sido reducido a una total irrelevancia.

Aunque debería ser obvio que una relación corrompida entre UKE y NAGE tiene unas implicaciones profundas y negativas para un arte marcial, este tipo de entrenamiento es muy común. Todo el mundo debería entender claramente que mientras las personas se enganchen en lo que en realidad es una práctica falsa, en la cual no hacen más que jugar alegremente a ser artistas marciales, el verdadero AIKIDO nunca va a ser aprendido ni comprendido.

La totalidad de la relación entre NAGE y UKE se llama SOTAI KANKEI, y se centra sobre el principio básico de reconocer que esta relación es fundamentalmente confrontacional. Cada individuo de la pareja de entrenamiento debe abandonar los pensamientos de independencia separado del otro, y debe aceptar que el punto fundamental es como utilizar el conocimiento de AIKIDO y de cómo relacionarse con UKE a través del uso de técnicas efectivas y correctas, basadas en los principios de AIKIDO.

Es absolutamente imperativo que cada técnica utilizada sea real, es decir, que cada técnica para manipular el oponente utilice la estructura corporal de el propio cuerpo de uno (y cada una de las cinco partes principales del cuerpo) en una forma dinámica y óptimamente eficiente.

Si las personas entendieran estos puntos, y pudiesen utilizarlos como la base de su práctica de AIKIDO, se abrirían las puertas del conocimiento. Es por estas puertas que el practicante debe cruzar a fin de aprender cómo ejecutar el verdadero AIKIDO en una manera racional, tomando en cuenta todos los aspectos de los principios del cuerpo y SOTAI KANKEI. Sin esto, el practicante estará perdido, remendando y juntando pedazos de técnicas improvisadas e incorrectas.

lunes, 15 de mayo de 2017

Los principios del Aikido


Los principios del Aikido

 Introducción del libro "Los Principios del Aikido", escrito por Mitsugi Saotome Sensei.
 

Me preocupan los conflictos que veo surgir entre los diferentes estilos y escuelas de aikido. La gente se pelea para decidir qué escuela es la verdadera, cuál representa realmente las enseñanzas de O Sensei. Algunas de estas escuelas parecen estar interesados en apropiarse del nombre de aikido como si fuera en nombre de una marca. A mí me parece del todo innecesario. Nadie puede ser una réplica exacta de O Sensei. Tampoco, las últimas generaciones de estudiantes de aikido pueden ser copias exactas de sus maestros. Si todos los aspirantes a ser maestros de aikido intentan proclamarse como únicos conocedores de sus secretos basándose en diferencias superficiales de estilo, ¿Qué conseguiremos? ¿Miles de escuelas enfrentadas, insistiendo todas ellas por separado en ser las únicas poseedoras de la auténtica verdad del aikido? ¿Dónde están la unidad y la armonía en todo esto?.

El aikido sólo tiene un principio: la realidad universal de la vida. Por su propia naturaleza como seres humanos vivientes, todos poseemos los secretos básicos del aikido. El propósito del aikido es mejorar la vida de las personas, hacer florecer sus espíritus y fortalecerlos, y al hacer mejores a las personas mejorar el mundo. El aikido existe en este principio y con este propósito, no en el estilo del movimiento ni en los detalles técnicos a través de los que se enseña el aikido. Si el principio y el propósito están presentes, cualquier técnica puede ser aikido. Si están ausentes, también está ausente el aikido.

Se han publicado muchos libros por un gran número de instructores de aikido sobre la técnica del mismo. Algunos de ellos ofrecen de kata ken (espada) Jo (bastón corto); algunos dan detalles de cómo debe hacerse el kata de la mano vacía. Especialmente en el kata con armas, los estudiantes pueden descubrir la presencia de conjuntos muy diversos de movimientos bajo el mismo nombre en libros diferentes. Estos estudiantes pueden llegar a confundirse. ¿Qué maestro tiene la razón? ¿Cuál es el modo correcto de hacer el kata? Creo que todos los sistemas están bien, y al mismo tiempo ninguno es el correcto.

Voy a presentar muchas técnicas específicas tanto para mano vacía como para armas. Pero mi intención al incluirlas no es dar ejemplos definitivos de kata; hay muchas formas correctas de ejecutar el kata. He elegido técnicas que creo que ilustran puntos importantes sobre el aikido. A fin de cuentas, no estamos estudiando para convertirnos en expertos en Jo o combate cuerpo a cuerpo. No estamos estudiando para convertirnos en espadachines. Estamos estudiando aikido.

En mi época de uchi deshi con O Sensei, viajé con él a muchos seminarios y conferencias. En aquellas ocasiones y durante el período en que fui su estudiante, recibí mucho ukemi de él. Cuando tenía el privilegio de observar su enseñanza, casi nunca enseñó una forma concreta. Le preocupaba el estudio del budo y el sentido espiritual del aikido, no los detalles de la forma. No hacía distinción entre la técnica de mano vacía y con armas, sino que pasaba de una a otras con total libertad. Deseaba mostrar los principios que había detrás de las técnicas y del vínculo esencial que los unía a todos. La forma era meramente una herramienta para dilucidar las grandes verdades que eran lo único que verdaderamente le preocupaba. Yo he tratado de conservar ese enfoque. El lector observará que muchas de las técnicas de mano vacía van emparejadas con técnicas con armas que son comparables y que muestran el mismo principio. No deseo definir una técnica. Lo que deseo es compartir con mis lectores lo que entiendo que es el aikido.

O Sensei tuvo muchos uchi deshi que estudiaron con él. Experimentaron su entrenamiento en distintas épocas de la vida de O Sensei, en diferentes fases de su entrenamiento, en distintos lugares, y durante períodos de tiempo de distinta duración. Cada uno de los uchi deshi de O Sensei aportaron su propia personalidad y visión a su entrenamiento; cada uno tiene sus propios y distintos recuerdos sobre la enseñanza de O Sensei. Cuando estos mismos uchi deshi se convirtieron en maestros, asimilaron, preservaron y transmitieron los elementos de las enseñanzas de O Sensei que más le habían impresionado en sus recuerdos. Muchos de los estudiantes de O Sensei complementaron su entrenamiento de aikido con entrenamientos en otras artes y disciplinas, y usaron este conocimiento adicional para enriquecer sus habilidades en aikido. Sus personalidades, su interpretación, sus recuerdos de la enseñanza de O Sensei se combinaron para crear sus propios estilos individuales de la práctica del aikido y sus propios métodos de enseñanza.

Pero ningún estilo - ningún conjunto particular de formas - es, en sí y de por sí aikido. Podemos considerar al aikido como un idioma. Como tal tiene su gramática y sus normas, pero esa gramática es muy amplia y adaptable. Como las lenguas, tiene espacio para una infinita variedad de usos creativos de sus elementos y una gran elasticidad de estructura. El sueño de O Sensei al crear el aikido, tal como yo lo veo, era un sueño de la creación de la paz en el mundo, de disciplinar la agresividad humana, y de enseñar a las personas a ser mejores seres humanos. No veo en esto nada que impida la coexistencia de diferentes estilos de aikido sino que, de hecho, se estimulan entre sí en la consecución del sueño de O Sensei. Ruego para que este libro sirva a la gente para entender mejor la intención de O Sensei al crear el aikido, y que facilite una mayor unidad, en lugar de una mayor división en la comunidad del aikido. Me gustaría ver a todos los que practican el aikido, reafirmar que todos siguen el mismo camino en la búsqueda de un objetivo común.

En mi corazón siento que O Sensei no ha muerto. Los recuerdos que tengo de él están impresos en todos mis sentidos. Su voz y las palabras que pronunció todavía suenan en mi mente. Su sueño de paz y amor por toda la humanidad han enraizado en mi alma. Ofrezco este libro con el espíritu de ese amor a la familia del aikido de todo el mundo, esperando que el sueño de paz de O Sensei siga vivo y crezca en ellos.

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