Los
principios del Aikido
Me preocupan los
conflictos que veo surgir entre los diferentes estilos y escuelas de aikido. La
gente se pelea para decidir qué escuela es la verdadera, cuál representa
realmente las enseñanzas de O Sensei. Algunas de estas escuelas parecen estar
interesados en apropiarse del nombre de aikido como si fuera en nombre de una
marca. A mí me parece del todo innecesario. Nadie puede ser una réplica exacta
de O Sensei. Tampoco, las últimas generaciones de estudiantes de aikido pueden
ser copias exactas de sus maestros. Si todos los aspirantes a ser maestros de
aikido intentan proclamarse como únicos conocedores de sus secretos basándose
en diferencias superficiales de estilo, ¿Qué conseguiremos? ¿Miles de escuelas
enfrentadas, insistiendo todas ellas por separado en ser las únicas poseedoras
de la auténtica verdad del aikido? ¿Dónde están la unidad y la armonía en todo
esto?.
El aikido sólo tiene un
principio: la realidad universal de la vida. Por su propia naturaleza como
seres humanos vivientes, todos poseemos los secretos básicos del aikido. El
propósito del aikido es mejorar la vida de las personas, hacer florecer sus
espíritus y fortalecerlos, y al hacer mejores a las personas mejorar el mundo.
El aikido existe en este principio y con este propósito, no en el estilo del
movimiento ni en los detalles técnicos a través de los que se enseña el aikido.
Si el principio y el propósito están presentes, cualquier técnica puede ser
aikido. Si están ausentes, también está ausente el aikido.
Se han publicado muchos
libros por un gran número de instructores de aikido sobre la técnica del mismo.
Algunos de ellos ofrecen de kata ken (espada) Jo (bastón corto); algunos dan
detalles de cómo debe hacerse el kata de la mano vacía. Especialmente en el kata
con armas, los estudiantes pueden descubrir la presencia de conjuntos muy
diversos de movimientos bajo el mismo nombre en libros diferentes. Estos
estudiantes pueden llegar a confundirse. ¿Qué maestro tiene la razón? ¿Cuál es
el modo correcto de hacer el kata? Creo que todos los sistemas están bien, y al
mismo tiempo ninguno es el correcto.
Voy a presentar muchas
técnicas específicas tanto para mano vacía como para armas. Pero mi intención
al incluirlas no es dar ejemplos definitivos de kata; hay muchas formas
correctas de ejecutar el kata. He elegido técnicas que creo que ilustran puntos
importantes sobre el aikido. A fin de cuentas, no estamos estudiando para
convertirnos en expertos en Jo o combate cuerpo a cuerpo. No estamos estudiando
para convertirnos en espadachines. Estamos estudiando aikido.
En mi época de uchi
deshi con O Sensei, viajé con él a muchos seminarios y conferencias. En
aquellas ocasiones y durante el período en que fui su estudiante, recibí mucho
ukemi de él. Cuando tenía el privilegio de observar su enseñanza, casi nunca
enseñó una forma concreta. Le preocupaba el estudio del budo y el sentido
espiritual del aikido, no los detalles de la forma. No hacía distinción entre
la técnica de mano vacía y con armas, sino que pasaba de una a otras con total
libertad. Deseaba mostrar los principios que había detrás de las técnicas y del
vínculo esencial que los unía a todos. La forma era meramente una herramienta
para dilucidar las grandes verdades que eran lo único que verdaderamente le preocupaba.
Yo he tratado de conservar ese enfoque. El lector observará que muchas de las
técnicas de mano vacía van emparejadas con técnicas con armas que son
comparables y que muestran el mismo principio. No deseo definir una técnica. Lo
que deseo es compartir con mis lectores lo que entiendo que es el aikido.
O Sensei tuvo muchos
uchi deshi que estudiaron con él. Experimentaron su entrenamiento en distintas
épocas de la vida de O Sensei, en diferentes fases de su entrenamiento, en
distintos lugares, y durante períodos de tiempo de distinta duración. Cada uno
de los uchi deshi de O Sensei aportaron su propia personalidad y visión a su
entrenamiento; cada uno tiene sus propios y distintos recuerdos sobre la
enseñanza de O Sensei. Cuando estos mismos uchi deshi se convirtieron en
maestros, asimilaron, preservaron y transmitieron los elementos de las
enseñanzas de O Sensei que más le habían impresionado en sus recuerdos. Muchos
de los estudiantes de O Sensei complementaron su entrenamiento de aikido con
entrenamientos en otras artes y disciplinas, y usaron este conocimiento
adicional para enriquecer sus habilidades en aikido. Sus personalidades, su
interpretación, sus recuerdos de la enseñanza de O Sensei se combinaron para
crear sus propios estilos individuales de la práctica del aikido y sus propios
métodos de enseñanza.
Pero ningún estilo -
ningún conjunto particular de formas - es, en sí y de por sí aikido. Podemos
considerar al aikido como un idioma. Como tal tiene su gramática y sus normas,
pero esa gramática es muy amplia y adaptable. Como las lenguas, tiene espacio
para una infinita variedad de usos creativos de sus elementos y una gran
elasticidad de estructura. El sueño de O Sensei al crear el aikido, tal como yo
lo veo, era un sueño de la creación de la paz en el mundo, de disciplinar la
agresividad humana, y de enseñar a las personas a ser mejores seres humanos. No
veo en esto nada que impida la coexistencia de diferentes estilos de aikido
sino que, de hecho, se estimulan entre sí en la consecución del sueño de O Sensei.
Ruego para que este libro sirva a la gente para entender mejor la intención de
O Sensei al crear el aikido, y que facilite una mayor unidad, en lugar de una
mayor división en la comunidad del aikido. Me gustaría ver a todos los que
practican el aikido, reafirmar que todos siguen el mismo camino en la búsqueda
de un objetivo común.
En mi corazón siento
que O Sensei no ha muerto. Los recuerdos que tengo de él están impresos en
todos mis sentidos. Su voz y las palabras que pronunció todavía suenan en mi
mente. Su sueño de paz y amor por toda la humanidad han enraizado en mi alma.
Ofrezco este libro con el espíritu de ese amor a la familia del aikido de todo
el mundo, esperando que el sueño de paz de O Sensei siga vivo y crezca en
ellos.
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