viernes, 27 de diciembre de 2013

Entrevista con Sugano Sensei

Entrevista con Sugano Sensei

Seiichi Sugano, 8º Dan, Shihan



Sensei, usted ha dicho que el Aikido está hecho de círculos, cuadrados y triángulos. ¿Podría usted explicar?

Estas son figuras simbólicas que se relacionan directamente con los aspectos técnicos de Aikido. Los triángulos generalmente representan la postura o posición de hanmi. Un cuadrado es perfecto porque cada esquina debe ser de 90 grados. Los cuadrados representan la precisión, debes tener exactitud para hacer un cuadrado. En cualquier técnica, la meta que buscas es tener exactitud y precisión. El círculo representa el movimiento. Estos tres elementos abarcan cada técnica de Aikido.

¿Hasta ukemi?

Sí. Ukemi es parte de Aikido.

Sensei, su estilo de Aikido crea mucha energía. ¿Eso es algo deliberado?

Sí. El sistema de Aikido está basado en interactuar con otros. Si no estás interactuando con la energía de la otra persona, no existe ningún sistema. El sistema existe para crear energía. Cuando yo enseño, estoy respondiendo a las respuestas de los alumnos.

¿Su enseñanza ha cambiado mucho?


Bueno, mi entendimiento de Aikido es tan diferente. Por otro lado, algunos podrían decir que iriminage es iriminage, pero internamente son muy diferentes. Es lo mismo con los alumnos, ellos están evolucionando constantemente. Es verdad que ikkyo es ikkyo, pero la comprensión interna es diferente. Es difícil de precisar. Cuando yo regresé a Bélgica, ellos me ven y dicen que me estoy moviendo más velozmente. Quizás consciente o inconscientemente, mi forma de usar mi cuerpo está cambiando y se está convirtiendo en algo más preciso técnicamente. Más exacto, más eficiente.

Sus clases son muy vigorosas. ¿Usted planifica que esto suceda?

El Aikido debe crear energía. Si solamente te enfocas en lo que ves en la forma física, tiendes a convertirte en algo estático. Nunca tengo algún plan para enseñar. Lo que sale es el resultado de mi experiencia, y mi conocimiento. No hay ninguna intención de guiar a alguien a cualquier dirección. Quiero que llegue espontáneamente.

¿Qué busca en su entrenamiento?

En el sentido tradicional, el entrenamiento en sí ya es un propósito. No tiene orientación hacia algún objetivo, es simplemente entrenamiento diario. Para mí, quizás, es más interno que lo meramente físico.

Estoy en búsqueda de algo, de alguna manera de comunicar mi experiencia a través del Aikido. O-Sensei tenía Omotokyo como su idioma para describir su proceso. Yo estudié Zazen intensivamente por tres años, pero en verdad lo utilicé como un método para aprender sobre la meditación. No quisiera mezclar Aikido y Zazen, no creo que sea lo apropiado. También estudié acupuntura, pero nunca fue mi intención tratar a las personas en realidad. Sin ciertos conocimientos intelectuales, no se puede describir el asunto.

¿Se considera un maestro? 

Bueno, las personas me siguen, así que supongo que soy un maestro, o un instructor.

Si no estuviese enseñando Aikido, ¿qué piensa que estaría haciendo?

Yo quería ser un periodista. Estaba interesado en involucrarme con los asuntos de la actualidad. Me gustaba la idea de moverme mucho por todas partes.

¿Echa de menos poder practicar?
En realidad no. Cuando voy a Japón siempre practico. Eso ayuda puramente al acondicionamiento físico.

¿Estaba en sus planes convertirse en un instructor de Aikido?

No, de ninguna manera. Algunos de nosotros nos encontramos en una situación única. En realidad no estábamos destinados a convertirnos en instructores de Aikido, solo que nos encontramos en esta posición o situación. No es como la gente que entrena por años y años y luego abren sus propios dojos. A nosotros fue por casualidad que estábamos en el lugar correcto en el momento correcto.

¿Le gusta su trabajo?

Todavía lo encuentro fascinante. Es por eso que continúo haciéndolo.

¿Le agradan sus alumnos?

Prefiero no utilizar el término “alumnos”. Prefiero ver a estas personas como personas, no como alumnos. Ver a una persona en el tatami como mi alumno tiene una sensación de posesión. Quiero evitar sentir ese tipo de sensación.

Usted ha dicho que considera el Aikido más como un desarrollo personal que un arte marcial.

Yo prefiero no describir el Aikido en la categoría de un arte marcial. Cuando O-Sensei creó el Aikido, rompió con todo concepto tradicional de artes marciales. Es así como se desarrolló el Aikido. Aikido no es para luchar sino para la armonía y el amor. Si observas las artes marciales desde un punto de vista occidental, son artes para luchar. En Japón, el Budo se conoce vagamente por involucrar aspectos mentales y espirituales. Pero aquí, las personas no lo ven así. O-Sensei creó el Aikido para romper y atravesar el concepto tradicional de artes marciales. Era algo sencillo, su idea, armonía con el universo. Se entrena técnicamente para ser eficiente y preciso. La precisión involucra sincronía y ritmo. Así que si entiendes que la sincronía y el ritmo crean un balance, entonces comenzarás a entender que es así como nosotros estamos perfectamente parados en la tierra. La Tierra tiene dos fuerzas perfectamente balanceadas: la rotación y la gravedad. Si entiendes ese balance o ese ritmo, entonces podrás comenzar a entender que somos parte del universo. Si sólo observas el Aikido como si fuese un arte marcial, para propósitos de ataque y defensa, nuestro entrenamiento estará limitado a estos propósitos.

Las artes marciales tradicionales siempre fueron transmitidas a través de un método estático, la forma de kata se transmitía sin cambios. O-Sensei rompió esa forma. Él se movía espontáneamente. El Aikido, la forma en que lo desarrolló O-Sensei, es más como los mejores aspectos de deportes. Los entrenadores enseñan la repetición de la técnica y de esa manera, el Aikido es como deporte. A la gente le gusta hacer una diferenciación entre deporte y arte marcial, como si el arte marcial fuese superior al deporte. Yo no lo veo así. Yo practico esgrima y lo veo como algo muy positivo, una gran manera de fomentar el desarrollo personal. En muchas maneras, los deportes están más abiertos que las artes marciales. Los logros técnicos en deportes son más exactos. Muchos deportes involucran el entrenamiento mental también, igual que en el Aikido. Los resultados son buenos. Obviamente sin embargo, el deporte tiene el aspecto de competencia y el Aikido no, y esa es la gran diferencia entre los dos.

¿Por qué ya no se habla del aspecto espiritual de Aikido?

El entrenamiento general no incluye eso. Puedes llegar a eso a través de la forma física. Entonces podrás ahondar tu búsqueda si estás interesado en hacerlo.

¿Qué consejo daría usted a las personas que estudian Aikido?


Cuando las personas llegan al Aikido, deben estar claras con la razón por la cual están viniendo a entrenar.


sábado, 30 de noviembre de 2013

El Arte del Aikido


EL ARTE DEL AIKIDO

 

Tomado de http://eb-entrevista.blogspot.com/2009/11/el-arte-del-aikido.html

 

 


 

Licenciado por la Universidad de Waseda en Tokio y doctor por la Universidad Complutense de Madrid, Kitaura es un historiador del Arte con especial atracción por la vida y obra de El Greco. El haber sido discípulo directo de Morihei Ueshiba y de su hijo Kisshomaru le convierte en uno de los maestros con más historia y carisma dentro del mundo del Aikido actual y fiel representante y guardian del Aikikai en España donde viene impartiendo su idea de un Budo basado en el Ki y la unificación desde el año 1967. Su visita a Gran Canaria nos ha permitido entrevistarlo.

E.B .Aunque se comprende la dificultad de buscar una definición corta de un Arte Marcial como el Aikido, ¿podría explicarnos en qué consiste su práctica?.

Y.K. El Aikido se debe interpretar como una acción corporal generada por la respiración no corporal del ki. Dos cuerpos nunca pueden ocupar el mismo espacio. Si un sólido pretende ocupar el mismo lugar de otro se entra en conflicto y en este sentido no puede existir la unificación ni la armonía. Para evitar este enfrentamiento uno de los dos debe generar un vacío para que el otro, que empuja, lo ocupe. Este hecho nos crea una contradicción: si cogemos un objeto con nuestra mano entramos en una dualidad, podríamos decir “esto nos pertenece”, aún sabiendo que no forma parte de nosotros. En la medida en que apretamos reafirmamos esa separación, tomamos consciencia de que lo que tenemos en nuestro interior es diferente a nosotros.

Nuestra mente reacciona con este mismo criterio ya que nos reafirmamos en la misma medida que reconocemos nuestra diferencia. Podemos unirnos a los demás en el plano emocional o ideológico, dos amantes o dos jugadores del mismo equipo que se abrazan después del triunfo, pero esta relación sigue siendo irreal, ambos continúan siendo dos personas con un sentimiento de unión. Esto es aún más drástico en el plano visual donde sí percibimos una evidente separación con lo que nos rodea así como la distancia que nos aleja. Para vencer esta dualidad el Aikido emplea el Ki como elemento de unificación. Yo soy Ki y tu eres Ki y en este sentido sí formamos parte del mismo todo rompiendo las barreras físicas. Conseguimos entonces una “respiración de Ki unificado” que podemos trabajar de una forma muy precisa. Gracias a este concepto podemos superar la distancia física que nos separa de nuestro entorno. Sin duda estamos hablando del concepto de integración con todo el universo proclamado por Ueshiba y de trabajar el Aikido con esta intención.

Hoy día compartimos un mundo mucho más complejo y extenso del vivido por Ueshiba, nuestra vida se ha complicado y hablar en esta época de unificación con el universo es muy difícil. Aún así esta idea sigue vigente y a través del Aikido debemos continuar buscando la unión entre el Hara, como centro del ser, y el Ki. Si te cogen la mano no debes establecer simplemente un contacto físico y dual sino una comunicación en ambas direcciones, cualquier ataque o acción, cualquier técnica, hay que elaborarla en este sentido, dirigiendo y conectando ambos centros. Las sensaciones que solemos experimentar en nuestra práctica son difíciles de entender fuera de ella, en nuestra vida y relaciones cotidianas. Tenemos que aceptar plenamente al otro y no culminar una técnica sin antes haber unificado nuestro centro con el del compañero, si no partimos de esta base sólo estaremos subrayando el yo. Hay que distinguir claramente entre potenciar el Hara o potenciar el yo. En definitiva, creo que debemos heredar esos valores dejados por el fundador del Aikido.

“Debemos huir del peligro de intelectualizar el arte y así olvidarnos de su verdadero contenido”

E.B. Lejos de heredar esos valores, ¿no se está convirtiendo el Aikido en una coreografía donde la importancia de la forma y la obsesión por la perfección de la técnica restan tiempo y dedicación en el dojo a la práctica de principios fundamentales de este arte?

Y.K. Los detalles aislados son difícilmente inteligibles por eso la práctica tiene realmente sentido sólo cuando entendemos su principio, su verdadero significado. No se trata de repetir hasta la saciedad una serie de clichés y en determinado momento sentirte ya un gran maestro. La obsesión por acumular experiencias y conocimientos a base de repetición puede llevarnos a la creación de hábitos y muchas veces a una concepción errónea imposible de superar. Desde luego que es importante la práctica pero manteniéndose alerta para no generar hábitos. Cualquier acto humano debe ir encaminado a entender lo que se hace, evitando así caer en actitudes pedantes centradas en la forma y no en el fondo. Debemos huir del peligro de intelectualizar el arte olvidándonos de su verdadero contenido. Creo que la discreción y una actitud básica de modestia deben acompañarnos en cualquier actividad.

“Hay que distinguir entre potenciar el hara y potenciar el ego”

E.B. Posiblemente sea esta el Arte Marcial con más escisiones y enfrentamientos. Todos los días parecen surgir en todo el mundo nuevas asociaciones, federaciones o grupos que se arrogan la representación real de las ideas defendidas por Ueshiba o maestros que gracias a unos ukes maravillosos consiguen, con cada movimiento, retar la ley de la gravedad. En definitiva, la exaltación del ego se ha convertido en un mal habitual de muchos de los actuales instructores de este Budo. ¿Qué consecuencias puede tener esta constante diversificación en una actividad que nace y se basa en criterios de armonía y unificación?.

Y.K. Antiguamente el alumno abandonaba la pretensión de entender y comenzaba su labor desde la humildad, limpiando el suelo o haciendo labores para el dojo para al cabo de muchos años comenzar a asimilar el verdadero conocimiento de esa forma se lograba conectar con los auténticos principios del Aikido, dejando a un lado cualquier tentación de alimentar el ego. Hoy día el proceso de aprendizaje no sigue estas pautas y el abandono de la modestia y la humildad en la práctica puede traer consecuencias.

El nombre del Aikido abarca toda esta diversidad al igual que un campo lleno de flores diferentes que florecen en distintos momentos cada una a su manera, pero ¿Dónde está el verdadero Aikido?. Para que el arte se mantenga con vida en el futuro este estado no debe eternizarse, muchos valores que hoy alimentan las ilusiones de los aikidokas probablemente no tengan nada que ver con el origen de esta disciplina tal y como puede ser la necesidad de practicar formas de control sobre otras personas. Ese instinto primitivo de dominio que experimentamos a través de técnicas como sankyo o nikyo, de alguna forma satisface sólo a nuestro ego por lo que pensar únicamente en ello reduce al mínimo los valores reales del Aikido. Hay que tener especial cuidado con esta forma de enaltecer el ego. Las sensaciones que solemos experimentar en nuestra práctica son difíciles de entender fuera de ella, en nuestra vida y relaciones cotidianas.

Por otro lado, aunque este hecho separador se pueda entender como algo negativo, si funciona bien puede llegar a valorarse positivamente. Esa diversidad o ese egocentrismo es, como en el mundo del arte, una manifestación donde cada individuo puede expresarse a través de la creación. Gracias a este proceso diversificador la forma ya no es simplemente una copia o cliché de la de nuestro maestro sino que se va enriqueciendo cada vez más con la transmisión del conocimiento. Lo que sucede es que a veces las variaciones son mínimas y, lo que es peor, a veces nos dedicamos a transmitir y acrecentar errores aprendidos haciendo que el camino se transforme de nuevo en una gran exaltación del ego debilitando los verdaderos principios de este budo y convirtiéndolo finalmente en una especie de chapuza fantástica.

No nos olvidemos que la experiencia acumulada, cuando es errónea, crea un hábito muy difícil de erradicar. Hay que dejar madurar al Aikido y que de esta forma llegue a expresar su propia personalidad, su propio estilo. Entendido de forma correcta y positiva, este arte debe ser la manifestación de la persona, integrada en una raíz común y originada en el mensaje de Ueshiba. Para que esto sea así, cada enseñanza, cada maestro, cada alumno debe incidir en aquello que les une, que les comunica. Una indagación constante que no deja de estar en manos de cada practicante.

martes, 12 de noviembre de 2013

Entrevista a Yoshimitsu Yamada, El Hombre Libre


YOSHIMITSU YAMADA

 EL HOMBRE LIBRE

 
Traducción de Nando Por Leo Tamaki (www.leotamaki.com)

Todos los derechos reservados usafaikidonews.com –

 USAF United States Aikido Federation


 

Yamada Yoshimitsu es uno de los últimos discípulos directos de Morihei Ueshiba, el creador de Aikido. Además de ser el fundador de New York Aikikai, Yamada Sensei es también director técnico de numerosas asociaciones de Aikido alrededor del mundo. Un hombre jovial, él nunca duda al involucrarse y defender la causa del Aikido y de sus practicantes contra intereses individuales. Conozcan a un amante del Aikido y la libertad.
 

Leo Tamaki: Hola Sensei, ¿podría decirnos como comenzó ud. Aikido?

Yamada Yoshimitsu: (Risas) Ok no hay problema.


Leo Tamaki: Yo sé que le han preguntado esto muchas veces...

Yamada Yoshimitsu: (Risas) sí, sí. Me han hecho esa pregunta cerca de un millón de veces, pero yo comprendo. En mi caso es muy simple, mi tío fue Tadashi Abe, pionero de Aikido en Francia y Europa. Yo había estado al tanto del Aikido desde mi niñez y a pesar que nadie nunca me forzó a practicarlo, pensé que sería algo que podría intentar más adelante. Una vez que termine la escuela secundaria fui a la enseñanza terciaria, pero al corto tiempo después me convertí en uchi-deshi, tenía dieciocho años de edad. Fui muy afortunado porque tuve un comienzo realmente único. En efecto, fue en mi primer día como uchi-deshi que también tome mi primera clase!.


Leo Tamaki: ¿Recuerda ud. su primer encuentro con O Sensei?

Yamada Yoshimitsu: Si, por supuesto. Lo conocí cuando yo tenía nueve años de edad. El padre de mi tío, quien era inmensamente rico, lo había invitado. Él tenía un gran respeto por O Sensei y Nakamura Tempu, quienes él consideraba como gigantes, y él era uno de sus patrocinadores. Todas las escuelas funcionaban de esa manera, apoyadas por grandes compañías y benefactores.

Fue durante una recepción corporativa y, como yo era un niño, los espiaba. Ueshiba Sensei hizo una demostración, y a pesar que sería parte del entretenimiento, fue presentada en una manera muy digna y respetuosa. Ahí fue la primera vez que lo vi. Obviamente yo no sabía quién era él en ese entonces, pero más adelante supe sobre él a través de mi tío. Él era como un tornado negro, me pareció muy impresionante.
 

Leo Tamaki: ¿Empezó Ud. Aikido para volverse fuerte?

Yamada Yoshimitsu: Por supuesto, yo era joven y esa era mi meta. Pero pronto me desilusioné, a tal punto que hasta paré de entrenar por un tiempo. Yo pensé, “Esta basura es para cobardes” (risas). Era un adolescente, me gustaba el boxeo y pensé, “Yo puedo ganarle a cualquiera de estos tipos sin problema, Aikido no funciona”. Entonces, después de un año, paré por cerca de un mes, pero luego empecé a ver Aikido desde otro ángulo. Empecé a considerar Aikido como una expresión de belleza en movimiento, y eso me trajo de nuevo a él. Y desde ese punto en adelante, jamás he parado de practicar.


Leo Tamaki: ¿No es importante buscar eficacia?

Yamada Yoshimitsu: Para mí, aquellos que creen que Aikido es para pelear lo están malinterpretando. Yo miro Aikido desde otra perspectiva, como un arte, una búsqueda de belleza en movimiento.


Leo Tamaki: ¿Quien enseñó la primera clase que Ud. tomó?

Yamada Yoshimitsu: Pienso que fue Okumura Sensei. Okumura fue uno de los “mayores”, un estudiante de O Sensei de la pre-guerra. Él era una persona bastante única con un Aikido único, un japonés de los viejos tiempos con una mente tradicional. Okumura Sensei fue tomado prisionero por los rusos en Manchuria y sufrió mucho durante la guerra. Él era un hombre muy agradable.


Leo Tamaki: En esa época, ¿estaba ud. ya considerando convertirse en un maestro de Aikido?

Yamada Yoshimitsu: No tenía esa intención. En esa época, Tamura y Noro ya estaban ahí, pero ninguno de nosotros podía imaginar ganarse la vida de esto o convertirse en maestro (risas). Estábamos solamente felices de tener la suerte de hacer lo que nos gustaba. Y yo, personalmente, era muy afortunado porque mi familia me apoyaba.


Leo Tamaki: Parece como que todos los uchi-deshi habían abandonado sus estudios...

Yamada Yoshimitsu: Pienso que Noro continuó por un tiempo pero no terminó. A pesar que se suponía que él tenía que ir a la universidad, él se quedaba mayormente en el dojo. Tamura no fue para nada. Yo dejé la universidad, yo nunca fui al terciario y me pasaba mis días en el dojo.
 

Leo Tamaki: ¿Nadie en ese tiempo podía imaginar ganarse la vida de Aikido?

Yamada Yoshimitsu: Nadie podía vivir de Aikido excepto la familia Ueshiba y quizás Tohei Koichi, quien en esa época ya viajaba al exterior. Como uchi-deshi, a nosotros obviamente no nos pagaban, pero no nos quejábamos. Era el viejo Japón, nadie tenía dinero, el Aikikai era pobre y nosotros no esperábamos nada.
 

Leo Tamaki: Eso es muy diferente a la manera en que el Aikikai opera actualmente.

Yamada Yoshimitsu: Esto es completamente diferente! Ya no hay más espíritu. Hoy, por lo que a mí respecta, ellos parecen como empleados. Me entristece decir esto pero es verdad. Esto es desafortunado y me apenan, pero no puedo hacer nada acerca de eso. La sociedad está cambiando y hoy, nadie quiere dedicarse de esa manera.
 

Leo Tamaki: Tamura Sensei dijo que no había ni dinero ni comida.

Yamada Yoshimitsu: No había comida. No sé por qué pero pienso que la familia Ueshiba alimentaba a Tamura Sensei, pero él era el único deshi en esa situación. No era cocina refinada, y hoy en día, esa comida sería considerada como terrible! La situación era increíble bajo los estándares de hoy en día.

Yo tenía permitido usar la cocina solamente después que la esposa de Doshu había terminado, entonces yo solía preparar mi desayuno luego de la clase de la mañana. Me gustaba comer carne en la mañana pero muchas veces, tan pronto como había terminado de cocinar, justo antes de comer, Tamura me llamaba “Yamada, hay una llamada telefónica para ti!” y como yo era el más joven, tenía que apurarme a atender. Y por supuesto cuando regresaba, toda mi comida había sido comida (risas)! No era siempre, por supuesto, pero sucedía con frecuencia.

Hoy cuando llego a la oficina del Aikikai, hay tanta comida y regalos de los miembros, no era así en nuestro tiempo. Si alguien dejaba algo, no hubiera quedado nada a su regreso (risas). El primero en llegar, era el primero en servirse! Pero los tiempos han cambiado. Para mi esos son buenos recuerdos, experiencias que yo les desearía a las nuevas generaciones, cosas irreemplazables que el dinero no puede comprar.


Leo Tamaki: ¿Era la vida dura para O Sensei también?

Yamada Yoshimitsu: O Sensei no comía mucha carne y tenía una granja en Iwama, por lo que no sufrió hambre. Sus estudiantes nunca lo hubieran dejado en una situación difícil de todas formas.
 

Leo Tamaki: ¿Vivía O Sensei en Iwama en ese tiempo?

Yamada Yoshimitsu: Él iba y venía.
 

Leo Tamaki: Muchos estudiantes de esa época dicen que no les gustaba ir a Iwama porque era un lugar pequeño y remoto y no les atraía tanto como Tokio. ¿Tuvo Ud. que ir también?

Yamada Yoshimitsu: Yo? De ninguna manera! (risas) Yo soy un muchacho de ciudad. Pero a veces tenía que acompañarlo a la estación Ueno y asegurarme que estuviera en el tren correcto. Yo tenía un buen truco. A O Sensei le gustaba hablar con mujeres jóvenes, entonces yo solía mirar dentro del vagón, en busca de un asiento libre al lado de una mujer. Para él, una mujer de unos cincuenta años era joven por lo que no era muy difícil. Luego lo saludaba, le deseaba un buen viaje, y lo dejaba con su conversadora.


Leo Tamaki: ¿O Sensei enseñaba en Iwama y en Tokio?

Yamada Yoshimitsu: No regularmente. Él enseñaba cuando le daba la gana. Era muy lindo. Durante la primera clase de la mañana, él solía espiar. En esa época, para ir a los baños, tenías que pasar por la entrada del dojo, entonces él solía ir y venir hasta que Doshu le preguntaba si él quería tomar el resto de la clase. Él era adorable, radiante. Él decía “Ya que insistes...” pero luego todo el mundo se arrepentía porque una vez sobre el tatami, él se pasaba la mayor parte del tiempo hablando!.

Era muy duro en invierno el sentarse con todas las ventanas abiertas a escuchar cosas que no entiendes. Pero esos son buenos recuerdos. Me hubiera encantado haber sido suficientemente maduro para entender lo que decía.
 

Leo Tamaki: ¿Sus palabras regresan a Ud. hoy en día? ¿Las entiende ahora?

Yamada Yoshimitsu: Si, a veces pasa. Yo probablemente todavía no comprendo el cien por ciento de lo que dijo, pero poco a poco va teniendo sentido. En aquel momento yo estaba pensando “Vamos, termina con esto, ¡déjanos volver a la acción!”.


Leo Tamaki: Mientras O Sensei vivía, aparte de él, había otros que enseñaban, ¿había ya marcadas diferencias con su propia práctica?

Yamada Yoshimitsu: Si, por supuesto. Había cinco clases diarias en el Aikikai. La primera con Doshu, la segunda, si mal no recuerdo, con Osawa Senior, y por la tarde una con Tada y Yamaguchi. Recuerdo que Tomiki todavía venía a enseñar clases por un tiempo. También estaba Arikawa y Tamura en ocasiones. Y eso era todo.
 

Leo Tamaki: O Sensei debía haber sabido sobre estas diferencias, ¿él se quejaba acerca de esto?

Yamada Yoshimitsu: Yo pienso que él estaba muy por encima de este aspecto. En ese sentido no hay mucho que él hubiera podido hacer acerca de aquello porque cada quien era diferente. Todos los estudiantes eran únicos y él lo sabía. Tohei, Shirata, Hikitsuchi, Saito, cada uno era único. Si él hubiera querido darles un formato, se hubiera vuelto loco!

Él estaba más allá de ese tipo de preocupaciones y es por eso que él era un gran hombre. Para sus ojos, probablemente no había diferencia en realidad. Yo espero llegar a ese tipo de estado mental algún día, donde nada más me toque (risas).


Leo Tamaki: Aunque parece como que él tenía su carácter ...

Yamada Yoshimitsu: Si, paradójicamente él era proclive al enojo. Nosotros que vivíamos con él y su familia sabíamos eso, y a pesar que él no lo mostraba en público por supuesto, él era, realmente, de temperamento fuerte (risas).
 

Leo Tamaki: ¿Quienes fueron los maestros que más lo influenciaron a ud. después de O Sensei?

Yamada Yoshimitsu: Hubo tres maestros quienes me influenciaron, cada uno por razones diferentes. Estos fueron Ueshiba Kisshomaru, Tohei Koichi, y Osawa Sensei, a pesar de que todos eran completamente diferentes. Los movimientos de Tohei eran terribles pero él tenía un extraordinario manejo del cuerpo. De él, también aprendí como manejarme con los occidentales, como evitar su fuerza física, como “hacer trampa” de alguna manera. Yo robé de Doshu sus movimientos hermosos y circulares. De Osawa Sensei, trate de tomar la gracia. Aunque yo no siempre estuve de acuerdo con todo lo que hacían, me concentraba en lo bueno que había en ellos. Lo peor no debe ser copiado, y de alguna forma, ellos también me enseñaron que es lo que no hay que hacer (risas).

También tomé mucho del maestro Tamura. No al principio, pero a medida que pasó el tiempo, cuando todos empezamos a enseñar, yo he tomado mucho. También he tomado de mis estudiantes en ocasiones! Si es algo bueno, lo tomo.
 

Leo Tamaki: ¿Qué tan importantes son las armas en sus enseñanzas?

Yamada Yoshimitsu: Yo no me enfoco en este trabajo pero las herramientas están ahí. Hay armas en el dojo para los estudiantes que quieran trabajar en este aspecto. Cuando yo era uchi-deshi, O Sensei solía enojarse cuando nos veía practicando armas. El solía decir “¿por qué creen que invente Aikido para Uds.?”.

Para mí eso era una contradicción ya que pensaba “¿Por qué está diciendo esto, siendo él mismo un maestro de la espada?” Pero él parecía considerar que había desarrollado Aikido para que nosotros no “perdiéramos nuestro tiempo”.

Debido a que conozco el movimiento de Aikido, no tengo dificultades trabajando con la espada. Yo pienso que debería ser así para todos nosotros.
 

Leo Tamaki: ¿Ha notado Ud. una evolución en el trabajo de O Sensei?

Yamada Yoshimitsu: Muchos estudiantes mayores han reportado una evolución en su trabajo a través del tiempo. Cuando lo conocí, él era bastante viejo y personalmente no sentí ningún cambio mayor en su práctica durante los años que pase con él.
 

Leo Tamaki: ¿Ud. siente que su propia técnica está cambiando a través del tiempo?

Yamada Yoshimitsu: (Risas) no está en mi decirlo, sino en mis estudiantes. Hoy en día, cuando enseño, usualmente digo bromeando que a medida que me estoy volviendo más viejo, también me vuelvo más sabio. Cuando era joven desperdiciaba mi energía pero ahora tengo una forma más racional de trabajar. Esto es algo que he aprendido a lo largo del tiempo, sobre todo de Tamura Sensei, quien solía hacer irimi tan fácilmente, tan naturalmente. Recién ahora empiezo a entenderlo, y pienso que estoy empezando a ser capaz de practicar así. Pero fundamentalmente, no creo haber cambiado mucho.

Amo Aikido cuando es expresado con movimientos dinámicos, agraciados y hermosos. No disfruto de movimientos perezosos y negligentes, y cualquiera sea la técnica, tus acciones deben ser razonables y convincentes.
 

Leo Tamaki: El Aikido de Tamura Sensei no era muy circular sin embargo.

Yamada Yoshimitsu: Verdad, en cierto sentido, él estaba tomando varios atajos (risas). Yo pienso que en mi caso, tuve que lidiar con americanos altos con extremidades largas, incluso comparado con los europeos, esa es una de las cosas que hizo de mi Aikido lo que es.


Leo Tamaki: Durante sus clases Ud. insiste en la práctica física y habla muy poco. ¿Ud. cree que Aikido debería ser enseñado usando el mínimo de explicaciones?

Yamada Yoshimitsu: Depende del instructor. Primero que nada, me temo que yo no tengo mucho para decir (risas). Pero es verdad que yo creo que no deberíamos aprender de la palabra sino del cuerpo. Por supuesto yo también doy algunas explicaciones, pero no doy demasiados consejos a un principiante por ejemplo porque es inútil. Tal como un ciego quien trata de aprender a llegar a su destino sin incidentes, él debe experimentar, ir y volver, y sentir a través de su cuerpo. Yo creo que la técnica debe ser aprendida de esa forma.

Habiendo dicho eso, por alguna razón, a medida que me voy poniendo más viejo, tiendo a expresarme más. Cuando era más joven, probablemente yo era demasiado tímido para decir lo que pensaba, y también sabía que no era suficientemente maduro. Ahora ya no titubeo al hablar pero de todas formas prefiero no hablar demasiado.

Además, no olviden que mucha gente viene a mí para hacer una actividad física. Después de un día largo y estresante, ellos quieren dejar salir su exceso de energía y relajarse, tal como otros que irían a jugar bowling o pinball. Aikido debería permitirles relajarse y volver a casa felices. Debemos reconocer el hecho que esa gente no viene a escuchar discursos filosóficos.

El problema es que todo el mundo tiene diferentes metas, y por lo tanto es imposible cumplir con las expectativas de todos. Pero debemos intentarlo; es nuestro deber como instructores.


Leo Tamaki: ¿Cree Ud. que es necesario saber sobre la cultura japonesa para poder entender Aikido?

Yamada Yoshimitsu: Pienso que no, pero es esencialmente una decisión personal. Por supuesto que podría ser algo bueno, pero muy frecuentemente, lleva a confusión. Frecuentemente veo gente intentando actuar demasiado como japoneses. Yo no puedo ser francés, no es mi forma de pensar, y es imposible. Los franceses tienen buen espíritu, los japoneses tienen buen espíritu y los americanos tienen buen espíritu. Yo siempre digo “No traten de ser japoneses, Uds. son americanos”. Los japoneses han aprendido a jugar baseball, una tradición americana, pero no tenemos que ser americanos para hacerlo o disfrutarlo. Quizás estoy equivocado pero es la forma en que veo las cosas.
 

Leo Tamaki: ¿Donde marca Ud. los límites de lo qué es Aikido?

Yamada Yoshimitsu: Hmm…Esto es algo muy difícil. ¿Qué es correcto? ¿Qué está mal? Tomen el ejemplo del Judo, la técnica ippon seoi nage, es realizada básicamente de la misma forma, no importa quien la haga. Pero miren irimi nage en Aikido, todo el mundo lo hace a su manera. Es por eso que es muy difícil. Tu contextura, tu personalidad, todo entra en juego. Esta es una de las razones por las que no podemos limitar Aikido y decir: “Esto es Aikido. Eso no lo es”. Nadie tiene el derecho de juzgar a alguien y decirle que lo que hace no es Aikido. En cierto sentido, podemos considerar que aparte del fundador, nadie sabe, y que solo estamos haciendo nuestra propia imitación, traducción de lo que él hacía. Hasta donde yo sé, él hubiera sido el único con derecho a juzgar, pero a él no le importaba definir fronteras. Él no era de juzgar.

Uno puede tener reservas acerca del nivel de alguien, o no apreciar su trabajo. Uno puede decir, “No me gusta este estilo”, o “Yo prefiero hacerlo diferente”. Todo el mundo tiene esta libertad. Pero no podemos decir “eso no es Aikido”.

Un problema es que muchos instructores dicen a sus estudiantes “no vayan aquí”, “no vayan allí”, “quédense aquí”, “quédense conmigo si quieren aprender el verdadero Aikido”. Esto está muy mal. En cambio, deberíamos dejar libre a los estudiantes. Si alguien no está interesado en tu trabajo es inútil tratar de encerrarlo.

Habiendo dicho eso, y a pesar que yo pienso que Aikido tiene expresiones que son muy personales, individuales, hay bases en común. Todos tienen su personalidad y limitaciones, y basado en eso, expresaran Aikido en su propia manera. Pero si un estudiante traspasa ciertos límites, es mi deber hablar con él. Mi trabajo es similar a un director de orquesta, y una clase es como una pieza musical; Yo no debo permitir a nadie desentonar. Es mi trabajo y mi responsabilidad.


Leo Tamaki: Estoy impresionado por el número de estudiantes desde hace mucho tiempo que siguen leales a Ud.

Yamada Yoshimitsu: Estoy muy orgulloso de ellos. Pienso que en promedio, tengo más alumnos que se quedan conmigo que la mayoría de otros dojos. No sé la razón exacta, probablemente tenga que ver con mi personalidad.

No me gusta cuando mis alumnos me copian, de hecho lo odio. Uno no debería intentar convertir a los alumnos en clones de uno mismo. Por supuesto ellos han aprendido las bases conmigo, pero a partir de ahí es su responsabilidad expresarse ellos mismos. Yo pienso que mi secreto es dejar que la gente sea libre, y aparte esa es la mentalidad de Nueva York!. Es lo que amo de Nueva York.


Leo Tamaki: Muchos de ellos también enseñan, aquí o en otros lugares.

Yamada Yoshimitsu: Sí. Son todos diferentes y no me molesta. Durante las clases quiero que todo el mundo practique con todo el mundo, y sin importar la graduación, el que está enseñando es el jefe.

Tengo un alumno bastante antiguo, Harvey Konisberg, tiene setenta y dos años. Él tiene su propia clase pero también practica en la clase de otras personas. Es el ejemplo perfecto. Los otros practicantes lo ven hacer eso y naturalmente tienden a hacer lo mismo. Entonces yo no les digo a los alumnos lo que deberían hacer porque soy suficientemente afortunado de tener muy buenos modelos a seguir.


Leo Tamaki: Desde la partida de los maestros Tamura y Sugano, parece que Ud. ha estado bastante ocupado.

Yamada Yoshimitsu: He estado ocupado en efecto. Yo estaba concentrándome en el continente americano pero recientemente he tenido que hacer visitas más frecuentes a Europa, no solo para enseñar, sino que también por razones políticas desafortunadamente. Estas son responsabilidades adicionales que no necesitaba, particularmente en Francia donde todo es tan complicado (risas)!

Acepté ayudar por la memoria de los maestros Sugano y Tamura, pero no tengo ningún interés personal en el asunto. Yo no voy a Europa a apoyar ninguna organización en particular; las luchas entre los grupos no me interesan. Además, las quejas sobre estos temas no son bienvenidas, pero esto es exactamente lo que pasa. No aprecio que me digan qué debería hacer y qué no, porque soy libre!.
 

Leo Tamaki: ¿Cuando vino por primera vez a EE.UU.?

Yamada Yoshimitsu: Deje Japón en el mismo año que Tamura, en 1964.


Leo Tamaki: ¿Cual era la situación de la época?

Yamada Yoshimitsu: En la costa Este no había una organización real. En el lado Oeste era un poquito diferente porque Tohei Sensei había estado en Hawái. Practicantes de Judo y Karate solían juntarse para estudiar Aikido y algunos ya había estado en Japón. Yo quería ir a Nueva York pero en esa época, nadie tenía dinero. Tuve que engañar a mi padre diciéndole que quería ir a la Universidad de Columbia. Él acepto pagar y fue así como vine.

Inmediatamente, varias federaciones se me acercaron. Fue tentador porque tenía hambre, pero al mismo tiempo era independiente. Eventualmente les dije que prefería ser pobre pero independiente. Creo que tome una buena decisión para mis alumnos.
 

Leo Tamaki: ¿El Aikikai no lo envió?

Yamada Yoshimitsu: Todo el mundo dice “Yo fui enviado por O Sensei” pero esto es incorrecto (risas) . Por supuesto que pedimos permiso, porque en esa época empezamos a recibir un salario, por lo que estábamos comprometidos con el Aikikai. No hubiera sido correcto simplemente decir adiós pero la verdad es que todos queríamos irnos al exterior!
 

Leo Tamaki: ¿Cúal fue la cosa más difícil para Ud. cuando llegó a EE.UU.?

Yamada Yoshimitsu: Técnicamente, fue enseñarle al uke a cooperar durante el aprendizaje! Fue muy difícil a pesar de que no me sorprendía esta mentalidad porque ya había conocido muchos militares americanos en bases donde yo enseñaba en Japón.

Estuvo también el hecho que era una nueva disciplina. La gente había leído acerca de ella, tenía toda una mitología alrededor de las hazañas de O Sensei y en cierto sentido, hizo las cosas más difíciles porque tenían expectativas muy específicas. Ellos habían forjado su propia imagen de lo que era Aikido.
 

Leo Tamaki: Ud. tiene uchi-deshi en New York Aikikai, ¿cómo funciona eso allí?

Yamada Yoshimitsu: Yo soy muy simple, mi puerta está abierta sin restricciones, no hay graduación mínima y pueden quedarse todo lo que deseen. En promedio son seis o siete y la duración de sus estadías varían. Los extranjeros generalmente tienen visas por tres o seis meses. A menos que cometan un crimen terrible, yo soy bastante relajado; es por eso que les gusta quedarse aquí (risas). Ha habido probablemente más de mil personas que se han quedado aquí como uchi-deshi.
 

Leo Tamaki: ¿Cuando empezó este sistema?

Yamada Yoshimitsu: Tan pronto abrí el dojo. Cuando llegue no tenía donde quedarme, por lo que dormía en el vestuario del dojo pero incluso en esa época, ya había un joven que vivía conmigo.


Leo Tamaki: ¿Qué opina sobre el sistema shu ra ri?

Yamada Yoshimitsu: La primera persona a quien escuche hablar acerca de eso fue Okumura Sensei. Es un buen sistema; no tiene nada de malo. Cada periodo toma diferente tiempo para diferentes personas; depende de la capacidad e inversión de cada uno.


Leo Tamaki: ¿Cuáles son, para Ud., las diferencias entre budo, bujutsu y kakutogi?

Yamada Yoshimitsu: A veces me pregunto en qué categoría cae Aikido hoy en día. Recientemente hubo un evento llamado Combat Games. Yo me siento fuertemente en contra de la participación de la International Aikido Federation (IAF) en este evento. Para mí no debería haber ni siquiera un tema de discusión al respecto porque es obvio que no es lo que O Sensei hubiera querido. Esto no es lo que nos transmitió.

Yo amo Judo, respeto su compromiso físico, pero no estamos en la misma categoría. Además por supuesto podemos justificarlo diciendo que no hay competencia en Aikido, y solo demostraciones. Para mi es incluso peor porque cambia el enfoque a ser espectacular. Algunas de estas personas están haciendo demostraciones con los ojos vendados! ¿Hasta dónde vamos a llegar en ese deseo de impresionar a otros? ¿Hasta proyecciones sin contacto? En realidad, esta gente ya está compitiendo entre ellos. Y lo peor de todo es que lo hacen de una manera cobarde, quieren saber quién es el mejor sin correr el riesgo del combate.

Si realmente quieren hacer demostraciones, organicen un evento dedicado a eso pero ¿por qué asociarse a una agrupación de deportes de combate? Le hace daño a la disciplina y el público ve a los practicantes de Aikido como cobardes. Aikido es un camino de desarrollo personal y no está hecho para presumir.
 

Leo Tamaki: ¿Es, la más o menos abiertamente admitida introducción a la competición, un tema que le preocupe?

Yamada Yoshimitsu: Sí, me preocupa por el futuro. Inicialmente, la gente que permitió el desarrollo de Aikido venia de Judo, Karate. Estaban cansados de los juegos competitivos y es el aspecto no competitivo de las cosas lo que los atrajo hacia Aikido. Era una novedad y que tuvo gran influencia. Hoy en día los recién llegados no siempre tienen esa mentalidad de esos pioneros…

Hay también otro problema. En algunos países, el gobierno apoya financieramente Aikido. ¿Qué pasaría si empiezan a requerir que se establezca un equipo nacional como en el fútbol? ¿Qué pasaría cuando regresen de un evento como los Combat Games y les pregunten “¿Ganaron? ¿Donde están los trofeos?? Si no regresan como ganadores la próxima vez no les daremos más subsidios”.
 

Leo Tamaki: A través del tiempo, mientras sus discípulos directos nos van dejando, hay cada vez menos voces que hacen eco de O Sensei.

Yamada Yoshimitsu: Esta es una razón por la que desafortunadamente no preveo un futuro brillante para Aikido, y estoy apenado al respecto. Es muy posible que crezca cuantitativamente, pero el espíritu puede cambiar dramáticamente.

La dificultad está en que no podemos decir claramente “Esto es Aikido”, tanto técnica como espiritualmente. Esta libertad es tanto una fortaleza como una debilidad de Aikido.
 

Leo Tamaki: ¿Podría Ud. hablarnos acerca de los grados o graduaciones?

Yamada Yoshimitsu: Los grados son otro problema de Aikido. En lo que a mí se refiere, no deberían haber sido incluidos en nuestra disciplina. Esta era también la mentalidad de O Sensei pero por razones financieras, el sistema fue instalado. El cinturón negro, por qué no, dado que otorga un sentido de logro, pero no números. Un cinturón negro es un cinturón negro. Para lo demás, dejen que los estudiantes juzguen. Quizás yo esté equivocado pero no me gustan estas historias de números, ellas también arrastran competiciones a escondidas consigo.

Todo el mundo sabe que hay una contradicción entre un sistema de grados y Aikido. Aparte, es muy difícil hacer una evaluación de Aikido. La evaluación del mismo individuo, dependiendo de tu juicio y el mío, no va a ser el mismo; tendremos diferentes puntos de vista. Una brecha ya existe y no podemos hacer nada al respecto. Nuevamente, esto es debido a la naturaleza de Aikido, tanto buena como mala. Aikido es un budo único, por esta razón, no puede funcionar como otro budo, especialmente en términos de graduaciones, sin mencionar que en Aikido la gente gradúa demasiado rápido. Pienso que uno debería sufrir un poquito más (risas).
 

Leo Tamaki: ¿Qué es el título de Shihan?

Yamada Yoshimitsu: Es un sistema estúpido. En Japón, uno le dice shihan a su maestro, sin importar su graduación. Shihan es una ocupación, un trabajo, no es una distinción. La gente malinterpreta su significado. No es un título! Es simplemente una manera más formal de llamar a un Sensei. Por ejemplo, cuando uno está completando un formulario oficial, uno no escribe como trabajo “Aikido Sensei”, uno escribe shihan. No es nada más que eso. Los japoneses están incómodos por el sistema que implantaron y que ellos saben que cometieron un error. Les causa muchos dolores de cabeza, y a mí también! (risas)

Hoy, todo el mundo busca ese estatus como si fuera un título. Pero al igual que para los grados, todos se presentan un poco diferente para obtener este reconocimiento porque no hay estándares. Hoy nos encontramos con frecuencia en situaciones donde este tipo de quejas llegan: “¿Por qué ese tipo es shihan y yo no? Yo tengo el mismo grado y he practicado por la misma cantidad de años”. Estos son conflictos estúpidos que pasan por culpa del sistema. ¿Por qué lo necesitan? Si la gente me llama Sensei ya está bien, no me importa ser llamado shihan.
 

Leo Tamaki: Pero los japoneses obtienen el título de shihan automáticamente, ¿no es cierto?

Yamada Yoshimitsu: Esto es algo que a mí no me gusta. Es por esto que en realidad empecé a otorgar títulos de shihan a extranjeros, porque ellos se preguntaban por qué era reservado para los japoneses. Hacen muchas cosas tontas en el Aikikai, inventan títulos regularmente. Para la gente joven, inventaron el título de shidobu shihan. Yo pienso que Tamura Sensei y yo teníamos un título un poquito diferente (risas). Estas cosas son ridículas.

El año pasado un grupo [de Francia] me dio una lista de cerca de 20 personas, pero el Aikikai eligió solo a tres de ellas. Entonces yo dije “Yo no puedo volver y explicarles que solo tres de ellos van a recibir este título. Olvídenlo y devuélvanme la lista”. Volví, explique la situación, y les dije que lo negociaran ellos mismos, que yo estaba fuera del asunto. ¿Cómo fue que el Aikikai eligió esas tres personas que no conocían? ¿Basados en qué criterio? El único que los conocía era su maestro. Más aún, algunos de los practicantes más antiguos del grupo no fueron incluidos en esos veinte nombres porque tenían una mala relación con sus funcionarios. Este no es mi problema, pero no era justo. Y cuando conseguí el titulo para uno de esos antiguos practicantes, el grupo se enojó conmigo. Yo dije “¿Pero por qué no estaba su nombre en la lista? No es justo, y por lo que yo sé, es uno de los más antiguos entre Uds.”. Toda esta política, es terrible.

Yo le dije a ese anciano: “Ud. sabe que no es bienvenido en esa federación y Ud. frecuentemente se queja acerca de ellos. ¿Por qué no se va?” La gente me habla acerca de seguros y cosas como esa pero son excusas. Yo no quiero que me involucren en esas historias, pero mucha gente deja las federaciones.

Yo quiero ayudar a los grupos en la memoria de Tamura y Sugano Sensei pero por otro lado, yo también tengo muchos amigos que no pertenecen a ese grupo. ¿Qué debería hacer? La semana que viene tengo que ver a otro grupo que se queja porque alguien fue ascendido, pero no fui yo quien lo ascendió (risas)! Estos son problemas internos en los que yo no quiero ser envuelto.
 

Leo Tamaki: Parece que Tamura Sensei no quiso arreglar esto antes de fallecer.

Yamada Yoshimitsu: Es complicado. Yo pienso que él no estaba interesado en eso. Él era mi mejor amigo y mi mejor senpai. Pero todo el mundo es humano. Él nunca quiso involucrarse tanto como yo lo hice con mi propio grupo. Yo he presenciado escenas donde él se negó a involucrarse. Yo le pregunté por qué no resolvió la discusión, y él me dijo que no le importaba porque no importaba lo que dijera igual iba a terminar en peleas, así que para qué molestarse. Me encantó eso, un gran principio (risas), tan claro.
 

Leo Tamaki: ¿Qué es lo que piensa del sistema del Aikikai y su futuro?

Yamada Yoshimitsu: (Susurrando) no me pregunte eso...

Los problemas son inevitables cuando una organización crece pero todavía hay muchas cuestiones sin resolver. El Aikikai está tratando de gobernar todo en base a reportes, rumores, que no siempre emanan de la gente correcta. Por ejemplo, mis alumnos están felices aquí y no contactan al Aikikai para quejarse o pedir cosas. La gente que los contacta son generalmente aquellos quienes quieren obtener algo, o a veces expresar resentimiento. Decisiones basadas en información parcial no pueden ser buenas. Pero como pueden ellos saber de los problemas afuera mientras estén en Japón? Hay demasiadas contradicciones, inconsistencias e injusticias. La forma en que los grados son otorgados, el sistema de shihan, los reconocimientos del Aikikai, todas estas cosas no están bien y crean muchos problemas.

Tome por ejemplo el sistema de reconocimiento por el Aikikai. Al final, en general aquellos quienes lo obtienen son los que crean problemas porque ellos creen que sólo ellos tienen el derecho de practicar Aikido.

Yo lucho contra estas cosas pero siempre enfrento dilemas debido a mi posición tanto como representante del Aikikai como director de la federación americana, pero siempre intento hacer las cosas en beneficio de los practicantes. Estoy dividido en medio de todo eso.
 

Leo Tamaki: ¿Piensa Ud. que las organizaciones son necesarias?

Yamada Yoshimitsu: Los grupos son necesarios, por supuesto. Pero, ¿esos que existen están siendo adecuadamente manejados? ¿Es la gente correcta quienes los dirigen? Estas son las preguntas.

De todos los grupos con los que trate en Francia, EE.UU., o donde sea, sólo veo unos pocos que en realidad funcionan adecuadamente. Los problemas no vienen de los miembros, sino de los líderes quienes heredan a los practicantes sus propios conflictos e intereses. Muchos líderes son ambiciosos, hambrientos de poder y usualmente son gente muy infeliz en sus vidas privadas. Necesitan Aikido para halagar su ego. Les falta confianza y lo compensan usando Aikido. Desafortunadamente muchos de aquellos que se presentan como maestros son también así. Este es un verdadero problema. Muchos podrían beneficiarse de tener un estado mental más positivo.


Leo Tamaki: ¿Cómo definiría el término Aiki?

Yamada Yoshimitsu: Para mi Aiki no es algo visible; Lo veo como una unión. Cuando alcanzas un estado de vacío tal como el buscado en Zen, te conviertes en uno con la naturaleza y el universo.

Yo pienso que no soy suficientemente maduro todavía pero al menos lo intento (risas). Estoy tratando de lograr el mismo estado mental que tenía O Sensei, una unión con lo infinitamente grande, un punto donde las pequeñas cosas no nos afectan más. Espero eventualmente alcanzar este estado mental.
 

Leo Tamaki: ¿Qué es el ki para ud.?

Yamada Yoshimitsu: Para mi ki no es solamente algo que ocurre en el tatami, ki está presente en cada momento de la vida cotidiana. Es una energía invisible pero una en la que yo creo, algo que nos permite actuar, pensar, e interactuar positivamente con otra gente y la sociedad.

Esto no es algo reservado para los artistas marciales. A veces se dice acerca de alguien que tiene mucho ki o un ki fuerte. Esto es algo que percibimos alrededor de gente que es exitosa, una especie de aura positiva. Es una condición permanente, no importa lo que hagas, en cualquier momento de tu vida.

En el comienzo, Aikido era extremadamente popular entre los ‘hippies’ quienes solo querían escuchar acerca del poder del ki. Solían venir aquí pero no resulto! Un día, yo estaba haciendo kokyu dosa y uno de los estudiantes estaba inmóvil, en una especie de concentración intensa. Después de un rato le di unas palmadas en el hombro y le pregunte qué es lo que estaba haciendo, y me respondió “Sensei, no me moleste, estoy extendiendo mi ki”. Ese era el tipo de mentalidad de la época; sólo tomaron una parte del ki. Yo solía decirles, tal como Tohei Sensei decía, “un ki fuerte necesita un cuerpo fuerte”.

Lamento no ser capaz de decir más, no soy un hombre muy espiritual. Debí haber seguido las lecciones de Nakamura Sensei, probablemente yo sería más profundo. No soy una persona misteriosa, trato de practicar y transmitir algo que es bueno para el cuerpo y la mente, pero algo arraigado a la vida cotidiana, la vida real.

La meditación Zen es buena. Puede ser realizada en las profundidades de las montañas, donde nada nos moleste, pero el mejor lugar para meditar es en una calle ocupada, ahí es donde lo necesitas. Un día, estaba en un templo y durante una discusión, les dije que era fácil meditar cuando uno estaba solo en el mundo, pero que era una historia diferente en el corazón de una calle transitada en New York. La gente se enojó pero es en este tipo de lugares donde la relajación y el desprendimiento son más necesarios (risas). Siempre anclo las cosas con la realidad así tienen un efecto positivo en las vidas diarias.


Leo Tamaki: ¿Cómo definiría musubi?

Yamada Yoshimitsu: Es un término muy rico que puede ser entendido en muchos niveles diferentes. La dificultad cuando uno intenta explicar palabras japonesas es que muchas palabras tienen un significado amplio. Uno tiene la sensación del contenido completo de la palabra pero cuando la traduces, solo se transmite una fracción de la idea general. Es simplemente difícil traducir ciertos conceptos, usamos circunlocuciones y se requieren diez palabras para explicar solo una. Esto es especialmente cierto dado que O Sensei era muy religioso y si no compartías el mismo conocimiento teológico que él, era difícil saber si se le atribuía el mismo significado a las palabras que él les daba.

Musubi se relaciona con Zen. El término significa “ligado”, también introduce un sentido de unidad. Aikido es para mí la noción de tener el cuerpo y la mente unidos. El termino musubi es a veces explicado por una acción física pero para mí, musubi no es nada más que un apretón de manos. Con mucha frecuencia la gente piensa las cosas de una manera demasiado gráfica, dramática, como en una caricatura. Pero todas estas nociones de la filosofía japonesa se relacionan con lo invisible.


Leo Tamaki: ¿Tiene algo que agregar Sensei?

Yamada Yoshimitsu: Hemos hablado de muchas cosas negativas pero en el fondo yo todavía considero Aikido como un arte maravilloso. Espero que los practicantes sean más positivos, y que Aikido les ayude a ser más libres y fuertes.


Leo Tamaki: Gracias Sensei.

 

 

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