Entrevista a Iker Arrue
Por Uriel Hernández
Tomado de http://kihon-dojo.blogspot.com
1. En tu trabajo como artista llevas
elementos del aikido a la danza, ¿cómo surgió este vínculo? ¿Por qué el Aikido
y no otro arte marcial?
Conocí el Aikido de forma más o
menos accidental. Mientras hacíamos una producción en Aarhus, Dinamarca. Me
acerqué con una compañera a un pequeño Dojo que quedaba cerca de la casa donde
nos estábamos quedando. El ambiente de trabajo estaba siendo un tanto pesado, y
queríamos hacer algo que nos sacara por completo de aquel estado negativo que
el director del teatro estaba empeñado en generar... Fue un período en el que
andaba entrando y saliendo del país, y cada vez que tenía oportunidad volvía al
Dojo a practicar. El estilo que allá se practica es el de Nishio Sensei, que es
especialmente amplio en sus desplazamientos y no enfatiza tanto en las
inmovilizaciones como otros estilos, sino que se basa más en los ATEMI y, en
consecuencia, en el trabajo de UKE. Puedo estar completamente equivocado con
esto, pero esa fue mi sensación. Me llamó la atención desde el primer instante
porque era, entre lo que había visto hasta el momento, lo más parecido a una
coreografía de danza.
Era consciente que por mi profesión
podía reproducir las formas de lo que el instructor mostraba con más facilidad
que otros practicantes, pero todo quedaba en eso, en la forma. Sabía que estaba
muy lejos de entender la esencia del trabajo, y más aún de reproducirlo.
Cada vez que regresaba al Dojo después de un tiempo
habiendo estado ausente, sentía que la práctica me gustaba más y más; los
instructores llegaron a ser buenos amigos, vinieron a algunas representaciones
y compartimos puntos de vista, hasta que surgió la idea de montar una pieza basada
en el Aikido con su ayuda. Ese fue el origen de lo que acabaría siendo la pieza
ukeNage, y el inicio de un proceso de búsqueda personal para mí.
Lo primero que me llamó la atención
de la práctica fueron obviamente la estética y forma de lo que veía, pero a
medida que escuchaba a los instructores hablar sobre su filosofía (el respeto
hacia el nivel del otro, hacia los tiempos del otro, hacia las necesidades del
otro, etc) encontraba más y más similitudes con la danza, y eso fue lo que
acabó por convencerme. En la práctica se mezclan diferentes niveles, cosa que
no ocurre en la mayor parte de las disciplinas; esto supone
"trabajar" para el otro, hacer todo lo posible para que la práctica
del otro sea mejor, más fluida y así, entendiendo que el otro trabajará de la
misma forma, el resultado se dispara, crece y dejando de ser dos individuos
para ser uno solo. Es la metáfora del 1+1=3, donde ambos elementos se combinan
para crear algo más grande que ellos mismos; cuando un grupo de bailarines
ejecuta movimientos idénticos, la energía y precisión del grupo supera con
creces la de cada uno de los intérpretes. Pero, me pregunto si no es
precisamente ahí donde radica la paradoja (o según se mire, la clave) del
Aikido (y cualquier trabajo de dúo), la idea de "fluir" con el otro
no siempre se cumple. Es entonces cuando uno se para a pensar “¿hasta qué punto
está en mi mano? ¿Me equivocaría al afirmar que el trabajo de UKE es casi más
importante?” Puede que no, no lo sé, pero esa es mi percepción actual y en consecuencia
la manera como abordamos el trabajo de dúo en el estilo que estamos
desarrollando en danza; si el trabajo de quien es guiado/manipulado no es lo
suficientemente fino, el resultado es muscularmente pesado (además de que
estéticamente pierde gran parte de su atractivo, algo que no podemos obviar en
las artes escénicas) y, en consecuencia, perjudicial para el cuerpo.
Cuando en danza se trabaja en dúo es
muy común que la gente no escuche/respete suficiente, que no trabaje para el
otro, que no recuerde que él mismo en una ocasión fue también aprendiz, que iba
más lento que su compañero; es entonces cuando quien se suponía tendría que
sentirse incentivado ¡se frustra! La danza y el Aikido pueden entenderse como
algo meramente corporal, pero nada más lejos de la realidad.
2. Como bailarín y como aikidoka,
¿cómo es tu relación con tu cuerpo, es parecida en ambas disciplinas?
Cada día más. Desde el 2009, en colaboración con
diferentes artistas y dentro de la iniciativa “Ai Do Project” hemos
desarrollado proyectos en los que el lenguaje coreográfico parte de la unión
entre ambas disciplinas: Dos formas de situarse ante el otro, dos formas de
interpretar el mundo; danza contemporánea y Aikido. A partir de ahí y en función de cada
producción, el lenguaje coreográfico se define de forma más específica en
función de la temática que se abordada, pero siempre desde ese mismo punto de
partida.
En consecuencia, a medida que va
pasando el tiempo y vamos definiendo los códigos de ese lenguaje de manera más
precisa, los límites ente danza y Aikido se van desvaneciendo; o eso creo. Pero
esto no es nada nuevo. En general, en el arte contemporáneo, para bien y para
mal, los límites entre las disciplinas van desapareciendo poco a poco; creo que
es una consecuencia natural dentro del desarrollo/ciclos de su evolución.
3. ¿Consideras que la danza o el
baile pueden ayudar a los practicantes de Aikido a mejorar su práctica o que el
Aikido puede contribuir a mejorar como bailarín?
Sin duda. Cualquier disciplina
corporal aporta un conocimiento y entendimiento extra que siempre será
aplicable en la otra, después es sólo cuestión de estilo y de entender qué
cosas de una son aplicables en la otra, y cuáles no.
Los caminos para llegar a entender un
mismo concepto son infinitos, hay gente que entiende conceptos o sensaciones
con mayor facilidad mediante una u otra disciplina y, una vez se asimilan,
pueden aplicarse en la primera. Pero la realidad es que cada disciplina
requiere muchos años de repetición hasta que uno es capaz de decir "coño,
ahora empiezo a bailar" o "ahora empiezo a practicar de forma
consciente". Esa sensación de "¡ah!, esto era a lo que se refería tal
maestro cuando me decía esto o aquello" es lo más hermoso. ¿No están de acuerdo?
La búsqueda, no el resultado.
La sociedad de hoy en día busca la
inmediatez, no es paciente, ha perdido valores tan importantes como el esfuerzo
y la constancia. ¡Incluso en las escuelas se fuerza a los maestros a buscar
cada día caminos diferentes para que los alumnos no se aburran! Van a
perdonarme pero ¿acaso alguien les contó que una práctica corporal era
sencilla? El trabajo muscular de movimientos específicos repetidos una y otra
vez modifica esa misma estructura muscular haciendo posible encontrar
sensaciones que antes no era posible sentir; y eso sólo se consigue con la
repetición, con la constancia. Más allá del pensamiento o la filosofía detrás
de cada disciplina, hay una transformación a nivel muscular que nadie podrá
jamás pasar por alto, una musculatura larga jamás tendrá la potencia y
explosión de una musculatura corta, y al revés, una musculatura corta nunca
tendrá la elasticidad de una larga. Cada disciplina requiere cosas muy
específicas y ahí radican las posibilidades y limitaciones de cada cuerpo
contra las que, hasta cierto límite, no se puede luchar. Pero lo que puede
llegar a dar de sí un cuerpo a priori desfavorable para una práctica, eso nadie
lo sabe, y el poder de la constancia es, la mayor parte de las veces, superior
a las aptitudes naturales.
Es muy complicado pasar de una
disciplina a otra, sólo los cuerpos privilegiados pueden saltar de una a otra
sin apenas esfuerzo; se necesitan muchos años para reeducar al cuerpo, para ser
capaz de que éste asimile de forma real nuevos lenguajes.
A la hora de jugar a definir un nuevo
lenguaje coreográfico, es evidente que ambas disciplinas son complementarias,
no hay duda que para el trabajo de dúo en danza la práctica del Aikido ofrece a
los bailarines nuevos caminos para entender conceptos comunes: equilibrio y
desequilibrio, relación de ambos centros a través de los cuerpos en contacto,
fluidez, mínimo trabajo muscular. Para saber si realmente lo contrario también
es cierto, habría que preguntar a quien haya pasado por ese proceso, ¡o tentar
a algunos aikidokas con alguna propuesta descabellada!
4. ¿Cómo han percibido tus colegas
artistas el Aikido (visual y/o experiencialmente)?
Ni idea (es broma). Creo que en danza
se traduce más como estilo, ya que intentamos transformar conceptos propios del
Aikido a algo más bailado; nos alejamos de los fundamentos puros e intentamos
llevarlos a nuestro terreno, los transformamos a nuestra conveniencia. El
lenguaje de las manos que se deriva de los agarres o proyecciones aplicado a
algo más formal o estético se entiende como estilo personal desde el punto de
vista de la danza. El volumen y la distancia, tanto delante como detrás, toman
también relevancia a la hora de buscar moviendo: todo se reduce a generar
situaciones de desequilibrio extremas para, de la forma más orgánica posible,
volver a una situación de equilibrio; o más bien diríamos a pasar por una
situación de equilibrio, ya que el objetivo es crear una situación casi
constante de desequilibrio que dé lugar al desplazamiento, con un trabajo
muscular mínimo. A través de ese trabajo muscular lo más económicos posible,
pretendemos generar posiciones extremas orgánicas, que no generen ningún tipo
de estrés muscular ni articular. Así, escrito, puede sonar hasta demasiado
teórico, pero a la hora de la verdad es muy intuitivo, lógico y gustoso. Si
tuviera que resumir en una metáfora el trabajo, utilizaría algo que leí en una
ocasión y que aún sacado de contexto nos sirve: "el desequilibrio es
movimiento, es crecimiento, es vida. El equilibrio es la muerte".
5. ¿Por qué crees que el Aikido sea
un “arte” marcial?
"Arte marcial" como por
definición se entendería como "arte militar" y, en consecuencia,
técnica de lucha; para ser sincero no la entiendo, y menos cuando se aplican
definiciones como "someter o defenderse mediante la fuerza". Hoy en
día, si no me equivoco, no es ese el planteamiento., es más bien una forma de
desarrollo personal y disciplina mental, o así es como yo lo veo al menos. Pero
puestos a reflexionar, cualquier disciplina (artística o no) que requiriera
como años de práctica para empezar a entender sus fundamentos, es para mí un
arte marcial, militar y, en consecuencia, para la lucha; como decía antes, eso
ya no lo creo. Yo no la considero un arte de lucha, ya que precisamente el
Aikido evita la confrontación, pretende hacer entender a quién ataca que ese no
es el camino, que tienes el conocimiento para hacer daño a tu oponente pero lo
invitas a renunciar y marcharse, a que reflexione y entienda.
¿O es "marcial" de marcha
y, en consecuencia, elegancia? Porque elegante, ¡lo es un rato! La
verticalidad, la sencillez de su práctica para quienes han asimilado sus
principios, la limpieza en su ejecución, la tranquilidad a pesar de la tensión
de la situación de un ataque; hacen que desde un punto de vista estético, la
práctica sea extremadamente elegante. Tal y como lo entiendo, la forma en la
que se practica hoy en día, marcando un ATEMI en lugar de efectuar el golpe que
ya daría por terminado el enfrentamiento, la convierte además de en una
práctica fluida, en un arte. Eso sí, ¡muy elegante!
6. ¿En qué se parece el trabajo a dúo
en el Aikido y en la danza?
Además de las ya mencionadas hay algo
que me llama especialmente la atención, y es la distancia entre ambos cuerpos;
lo que en Aikido es distancia para evitar un golpe, en danza es arquitectura.
Me refiero a que al trabajar con dos cuerpos, además de contar con éstos,
existe también el espacio que se genera entre ellos. Cuando en lugar de pensar
en el cuerpo del otro uno piensa en ese espacio que está generando en relación
al otro, la amplitud y volumen total son muchísimo mayores; es algo maravilloso
de observar, de hecho cuando uno se fija como observador en ese espacio ENTRE,
la percepción cambia también; es un bonito ejercicio que merece la pena hacer
de vez en cuando.
Si a esto le añadimos que en danza no
existe peligro de aproximarse al otro cuentas con una gran ventaja; al poder
variar la cercanía/lejanía entre los cuerpos, al poder variar las dimensiones
de ese espacio ENTRE, las posibilidades se multiplican y, en lugar de buscar la
forma de un cuerpo, uno puede jugar a esculpir o diseñar el vacío entre éstos.
Al fin y al cabo, no es más que hacer arquitectura: diseñar un espacio vacío
entre cuerpos sólidos.
Bueno, puede que en lugar de una
respuesta a "en qué se parecen" haya sido más bien una respuesta a
"en qué se diferencian" pero, al fin y al cabo, es lo mismo, ¿no?
Porque ¿qué es lo que nos define, la similitud o la diferencia con respecto al
resto?.
Para ver AI DO PROJECT sigue este link:
http://www.youtube.com/watch?v=N5Z__ooyPXY