YOSHIMITSU
YAMADA
EL
HOMBRE LIBRE
Todos los derechos reservados usafaikidonews.com
–
USAF
United States Aikido Federation
Yamada Yoshimitsu es uno de los últimos discípulos directos de Morihei
Ueshiba, el creador de Aikido. Además de ser el fundador
de New York Aikikai, Yamada Sensei es también director técnico de numerosas
asociaciones de Aikido alrededor del mundo. Un hombre jovial, él nunca duda al
involucrarse y defender la causa del Aikido y de sus practicantes contra
intereses individuales. Conozcan a un amante del Aikido y la libertad.
Leo Tamaki:
Hola Sensei, ¿podría decirnos como comenzó ud. Aikido?
Yamada
Yoshimitsu: (Risas) Ok no hay problema.
Leo Tamaki: Yo
sé que le han preguntado esto muchas veces...
Yamada
Yoshimitsu: (Risas) sí, sí. Me han hecho esa pregunta cerca de un millón de
veces, pero yo comprendo. En mi caso es muy simple, mi tío fue Tadashi Abe,
pionero de Aikido en Francia y Europa. Yo había estado al tanto del Aikido
desde mi niñez y a pesar que nadie nunca me forzó a practicarlo, pensé que
sería algo que podría intentar más adelante. Una vez que termine la escuela
secundaria fui a la enseñanza terciaria, pero al corto tiempo después me
convertí en uchi-deshi, tenía dieciocho años de edad. Fui muy afortunado porque
tuve un comienzo realmente único. En efecto, fue en mi primer día como
uchi-deshi que también tome mi primera clase!.
Leo Tamaki:
¿Recuerda ud. su primer encuentro con O Sensei?
Yamada
Yoshimitsu: Si, por supuesto. Lo conocí cuando yo tenía nueve años de edad. El
padre de mi tío, quien era inmensamente rico, lo había invitado. Él tenía un
gran respeto por O Sensei y Nakamura Tempu, quienes él consideraba como
gigantes, y él era uno de sus patrocinadores. Todas las escuelas funcionaban de
esa manera, apoyadas por grandes compañías y benefactores.
Fue durante
una recepción corporativa y, como yo era un niño, los espiaba. Ueshiba Sensei
hizo una demostración, y a pesar que sería parte del entretenimiento, fue
presentada en una manera muy digna y respetuosa. Ahí fue la primera vez que lo
vi. Obviamente yo no sabía quién era él en ese entonces, pero más adelante supe
sobre él a través de mi tío. Él era como un tornado negro, me pareció muy
impresionante.
Leo Tamaki: ¿Empezó
Ud. Aikido para volverse fuerte?
Yamada
Yoshimitsu: Por supuesto, yo era joven y esa era mi meta. Pero pronto me
desilusioné, a tal punto que hasta paré de entrenar por un tiempo. Yo pensé,
“Esta basura es para cobardes” (risas). Era un adolescente, me gustaba el boxeo
y pensé, “Yo puedo ganarle a cualquiera de estos tipos sin problema, Aikido no
funciona”. Entonces, después de un año, paré por cerca de un mes, pero luego
empecé a ver Aikido desde otro ángulo. Empecé a considerar Aikido como una
expresión de belleza en movimiento, y eso me trajo de nuevo a él. Y desde ese
punto en adelante, jamás he parado de practicar.
Leo Tamaki: ¿No
es importante buscar eficacia?
Yamada
Yoshimitsu: Para mí, aquellos que creen que Aikido es para pelear lo están
malinterpretando. Yo miro Aikido desde otra perspectiva, como un arte, una
búsqueda de belleza en movimiento.
Leo Tamaki: ¿Quien
enseñó la primera clase que Ud. tomó?
Yamada
Yoshimitsu: Pienso que fue Okumura Sensei. Okumura fue uno de los “mayores”, un
estudiante de O Sensei de la pre-guerra. Él era una persona bastante única con
un Aikido único, un japonés de los viejos tiempos con una mente tradicional.
Okumura Sensei fue tomado prisionero por los rusos en Manchuria y sufrió mucho
durante la guerra. Él era un hombre muy agradable.
Leo Tamaki: En
esa época, ¿estaba ud. ya considerando convertirse en un maestro de Aikido?
Yamada
Yoshimitsu: No tenía esa intención. En esa época, Tamura y Noro ya estaban ahí,
pero ninguno de nosotros podía imaginar ganarse la vida de esto o convertirse
en maestro (risas). Estábamos solamente felices de tener la suerte de hacer lo
que nos gustaba. Y yo, personalmente, era muy afortunado porque mi familia me
apoyaba.
Leo Tamaki: Parece
como que todos los uchi-deshi habían abandonado sus estudios...
Yamada
Yoshimitsu: Pienso que Noro continuó por un tiempo pero no terminó. A pesar que
se suponía que él tenía que ir a la universidad, él se quedaba mayormente en el
dojo. Tamura no fue para nada. Yo dejé la universidad, yo nunca fui al
terciario y me pasaba mis días en el dojo.
Leo Tamaki: ¿Nadie
en ese tiempo podía imaginar ganarse la vida de Aikido?
Yamada
Yoshimitsu: Nadie podía vivir de Aikido excepto la familia Ueshiba y quizás
Tohei Koichi, quien en esa época ya viajaba al exterior. Como uchi-deshi, a
nosotros obviamente no nos pagaban, pero no nos quejábamos. Era el viejo Japón,
nadie tenía dinero, el Aikikai era pobre y nosotros no esperábamos nada.
Leo Tamaki: Eso
es muy diferente a la manera en que el Aikikai opera actualmente.
Yamada
Yoshimitsu: Esto es completamente diferente! Ya no hay más espíritu. Hoy, por
lo que a mí respecta, ellos parecen como empleados. Me entristece decir esto
pero es verdad. Esto es desafortunado y me apenan, pero no puedo hacer nada
acerca de eso. La sociedad está cambiando y hoy, nadie quiere dedicarse de esa
manera.
Leo Tamaki: Tamura
Sensei dijo que no había ni dinero ni comida.
Yamada
Yoshimitsu: No había comida. No sé por qué pero pienso que la familia Ueshiba
alimentaba a Tamura Sensei, pero él era el único deshi en esa situación. No era
cocina refinada, y hoy en día, esa comida sería considerada como terrible! La
situación era increíble bajo los estándares de hoy en día.
Yo tenía
permitido usar la cocina solamente después que la esposa de Doshu había
terminado, entonces yo solía preparar mi desayuno luego de la clase de la
mañana. Me gustaba comer carne en la mañana pero muchas veces, tan pronto como
había terminado de cocinar, justo antes de comer, Tamura me llamaba “Yamada,
hay una llamada telefónica para ti!” y como yo era el más joven, tenía que
apurarme a atender. Y por supuesto cuando regresaba, toda mi comida había sido
comida (risas)! No era siempre, por supuesto, pero sucedía con frecuencia.
Hoy cuando
llego a la oficina del Aikikai, hay tanta comida y regalos de los miembros, no
era así en nuestro tiempo. Si alguien dejaba algo, no hubiera quedado nada a su
regreso (risas). El primero en llegar, era el primero en servirse! Pero los
tiempos han cambiado. Para mi esos son buenos recuerdos, experiencias que yo
les desearía a las nuevas generaciones, cosas irreemplazables que el dinero no
puede comprar.
Leo Tamaki: ¿Era
la vida dura para O Sensei también?
Yamada
Yoshimitsu: O Sensei no comía mucha carne y tenía una granja en Iwama, por lo
que no sufrió hambre. Sus estudiantes nunca lo hubieran dejado en una situación
difícil de todas formas.
Leo Tamaki: ¿Vivía
O Sensei en Iwama en ese tiempo?
Yamada
Yoshimitsu: Él iba y venía.
Leo Tamaki: Muchos
estudiantes de esa época dicen que no les gustaba ir a Iwama porque era un
lugar pequeño y remoto y no les atraía tanto como Tokio. ¿Tuvo Ud. que ir
también?
Yamada
Yoshimitsu: Yo? De ninguna manera! (risas) Yo soy un muchacho de ciudad. Pero a
veces tenía que acompañarlo a la estación Ueno y asegurarme que estuviera en el
tren correcto. Yo tenía un buen truco. A O Sensei le gustaba hablar con mujeres
jóvenes, entonces yo solía mirar dentro del vagón, en busca de un asiento libre
al lado de una mujer. Para él, una mujer de unos cincuenta años era joven por
lo que no era muy difícil. Luego lo saludaba, le deseaba un buen viaje, y lo
dejaba con su conversadora.
Leo Tamaki: ¿O
Sensei enseñaba en Iwama y en Tokio?
Yamada
Yoshimitsu: No regularmente. Él enseñaba cuando le daba la gana. Era muy lindo.
Durante la primera clase de la mañana, él solía espiar. En esa época, para ir a
los baños, tenías que pasar por la entrada del dojo, entonces él solía ir y
venir hasta que Doshu le preguntaba si él quería tomar el resto de la clase. Él
era adorable, radiante. Él decía “Ya que insistes...” pero luego todo el mundo
se arrepentía porque una vez sobre el tatami, él se pasaba la mayor parte del
tiempo hablando!.
Era muy duro
en invierno el sentarse con todas las ventanas abiertas a escuchar cosas que no
entiendes. Pero esos son buenos recuerdos. Me hubiera encantado haber sido
suficientemente maduro para entender lo que decía.
Leo Tamaki: ¿Sus
palabras regresan a Ud. hoy en día? ¿Las entiende ahora?
Yamada
Yoshimitsu: Si, a veces pasa. Yo probablemente todavía no comprendo el cien por
ciento de lo que dijo, pero poco a poco va teniendo sentido. En aquel momento
yo estaba pensando “Vamos, termina con esto, ¡déjanos volver a la acción!”.
Leo Tamaki: Mientras
O Sensei vivía, aparte de él, había otros que enseñaban, ¿había ya marcadas
diferencias con su propia práctica?
Yamada
Yoshimitsu: Si, por supuesto. Había cinco clases diarias en el Aikikai. La
primera con Doshu, la segunda, si mal no recuerdo, con Osawa Senior, y por la
tarde una con Tada y Yamaguchi. Recuerdo que Tomiki todavía venía a enseñar
clases por un tiempo. También estaba Arikawa y Tamura en ocasiones. Y eso era
todo.
Leo Tamaki: O
Sensei debía haber sabido sobre estas diferencias, ¿él se quejaba acerca de
esto?
Yamada
Yoshimitsu: Yo pienso que él estaba muy por encima de este aspecto. En ese
sentido no hay mucho que él hubiera podido hacer acerca de aquello porque cada
quien era diferente. Todos los estudiantes eran únicos y él lo sabía. Tohei,
Shirata, Hikitsuchi, Saito, cada uno era único. Si él hubiera querido darles un
formato, se hubiera vuelto loco!
Él estaba
más allá de ese tipo de preocupaciones y es por eso que él era un gran hombre.
Para sus ojos, probablemente no había diferencia en realidad. Yo espero llegar
a ese tipo de estado mental algún día, donde nada más me toque (risas).
Leo Tamaki: Aunque
parece como que él tenía su carácter ...
Yamada
Yoshimitsu: Si, paradójicamente él era proclive al enojo. Nosotros que vivíamos
con él y su familia sabíamos eso, y a pesar que él no lo mostraba en público
por supuesto, él era, realmente, de temperamento fuerte (risas).
Leo Tamaki: ¿Quienes
fueron los maestros que más lo influenciaron a ud. después de O Sensei?
Yamada
Yoshimitsu: Hubo tres maestros quienes me influenciaron, cada uno por razones
diferentes. Estos fueron Ueshiba Kisshomaru, Tohei Koichi, y Osawa Sensei, a
pesar de que todos eran completamente diferentes. Los movimientos de Tohei eran
terribles pero él tenía un extraordinario manejo del cuerpo. De él, también
aprendí como manejarme con los occidentales, como evitar su fuerza física, como
“hacer trampa” de alguna manera. Yo robé de Doshu sus movimientos hermosos y
circulares. De Osawa Sensei, trate de tomar la gracia. Aunque yo no siempre
estuve de acuerdo con todo lo que hacían, me concentraba en lo bueno que había
en ellos. Lo peor no debe ser copiado, y de alguna forma, ellos también me
enseñaron que es lo que no hay que hacer (risas).
También tomé
mucho del maestro Tamura. No al principio, pero a medida que pasó el tiempo,
cuando todos empezamos a enseñar, yo he tomado mucho. También he tomado de mis
estudiantes en ocasiones! Si es algo bueno, lo tomo.
Leo Tamaki: ¿Qué
tan importantes son las armas en sus enseñanzas?
Yamada
Yoshimitsu: Yo no me enfoco en este trabajo pero las herramientas están ahí.
Hay armas en el dojo para los estudiantes que quieran trabajar en este aspecto.
Cuando yo era uchi-deshi, O Sensei solía enojarse cuando nos veía practicando
armas. El solía decir “¿por qué creen que invente Aikido para Uds.?”.
Para mí eso
era una contradicción ya que pensaba “¿Por qué está diciendo esto, siendo él
mismo un maestro de la espada?” Pero él parecía considerar que había
desarrollado Aikido para que nosotros no “perdiéramos nuestro tiempo”.
Debido a que
conozco el movimiento de Aikido, no tengo dificultades trabajando con la
espada. Yo pienso que debería ser así para todos nosotros.
Leo Tamaki: ¿Ha
notado Ud. una evolución en el trabajo de O Sensei?
Yamada
Yoshimitsu: Muchos estudiantes mayores han reportado una evolución en su
trabajo a través del tiempo. Cuando lo conocí, él era bastante viejo y
personalmente no sentí ningún cambio mayor en su práctica durante los años que
pase con él.
Leo Tamaki:
¿Ud. siente que su propia técnica está cambiando a través del tiempo?
Yamada
Yoshimitsu: (Risas) no está en mi decirlo, sino en mis estudiantes. Hoy en día,
cuando enseño, usualmente digo bromeando que a medida que me estoy volviendo
más viejo, también me vuelvo más sabio. Cuando era joven desperdiciaba mi
energía pero ahora tengo una forma más racional de trabajar. Esto es algo que
he aprendido a lo largo del tiempo, sobre todo de Tamura Sensei, quien solía
hacer irimi tan fácilmente, tan naturalmente. Recién ahora empiezo a
entenderlo, y pienso que estoy empezando a ser capaz de practicar así. Pero
fundamentalmente, no creo haber cambiado mucho.
Amo Aikido
cuando es expresado con movimientos dinámicos, agraciados y hermosos. No
disfruto de movimientos perezosos y negligentes, y cualquiera sea la técnica,
tus acciones deben ser razonables y convincentes.
Leo Tamaki:
El Aikido de Tamura Sensei no era muy circular sin embargo.
Yamada
Yoshimitsu: Verdad, en cierto sentido, él estaba tomando varios atajos (risas).
Yo pienso que en mi caso, tuve que lidiar con americanos altos con extremidades
largas, incluso comparado con los europeos, esa es una de las cosas que hizo de
mi Aikido lo que es.
Leo Tamaki: Durante
sus clases Ud. insiste en la práctica física y habla muy poco. ¿Ud. cree que
Aikido debería ser enseñado usando el mínimo de explicaciones?
Yamada
Yoshimitsu: Depende del instructor. Primero que nada, me temo que yo no tengo
mucho para decir (risas). Pero es verdad que yo creo que no deberíamos aprender
de la palabra sino del cuerpo. Por supuesto yo también doy algunas
explicaciones, pero no doy demasiados consejos a un principiante por ejemplo
porque es inútil. Tal como un ciego quien trata de aprender a llegar a su
destino sin incidentes, él debe experimentar, ir y volver, y sentir a través de
su cuerpo. Yo creo que la técnica debe ser aprendida de esa forma.
Habiendo
dicho eso, por alguna razón, a medida que me voy poniendo más viejo, tiendo a
expresarme más. Cuando era más joven, probablemente yo era demasiado tímido para
decir lo que pensaba, y también sabía que no era suficientemente maduro. Ahora
ya no titubeo al hablar pero de todas formas prefiero no hablar demasiado.
Además, no
olviden que mucha gente viene a mí para hacer una actividad física. Después de
un día largo y estresante, ellos quieren dejar salir su exceso de energía y
relajarse, tal como otros que irían a jugar bowling o pinball. Aikido debería
permitirles relajarse y volver a casa felices. Debemos reconocer el hecho que
esa gente no viene a escuchar discursos filosóficos.
El problema
es que todo el mundo tiene diferentes metas, y por lo tanto es imposible
cumplir con las expectativas de todos. Pero debemos intentarlo; es nuestro
deber como instructores.
Leo Tamaki: ¿Cree
Ud. que es necesario saber sobre la cultura japonesa para poder entender
Aikido?
Yamada
Yoshimitsu: Pienso que no, pero es esencialmente una decisión personal. Por
supuesto que podría ser algo bueno, pero muy frecuentemente, lleva a confusión.
Frecuentemente veo gente intentando actuar demasiado como japoneses. Yo no
puedo ser francés, no es mi forma de pensar, y es imposible. Los franceses
tienen buen espíritu, los japoneses tienen buen espíritu y los americanos
tienen buen espíritu. Yo siempre digo “No traten de ser japoneses, Uds. son
americanos”. Los japoneses han aprendido a jugar baseball, una tradición
americana, pero no tenemos que ser americanos para hacerlo o disfrutarlo.
Quizás estoy equivocado pero es la forma en que veo las cosas.
Leo Tamaki: ¿Donde
marca Ud. los límites de lo qué es Aikido?
Yamada
Yoshimitsu: Hmm…Esto es algo muy difícil. ¿Qué es correcto? ¿Qué está mal?
Tomen el ejemplo del Judo, la técnica ippon seoi nage, es realizada básicamente
de la misma forma, no importa quien la haga. Pero miren irimi nage en Aikido,
todo el mundo lo hace a su manera. Es por eso que es muy difícil. Tu
contextura, tu personalidad, todo entra en juego. Esta es una de las razones
por las que no podemos limitar Aikido y decir: “Esto es Aikido. Eso no lo es”.
Nadie tiene el derecho de juzgar a alguien y decirle que lo que hace no es
Aikido. En cierto sentido, podemos considerar que aparte del fundador, nadie
sabe, y que solo estamos haciendo nuestra propia imitación, traducción de lo
que él hacía. Hasta donde yo sé, él hubiera sido el único con derecho a juzgar,
pero a él no le importaba definir fronteras. Él no era de juzgar.
Uno puede
tener reservas acerca del nivel de alguien, o no apreciar su trabajo. Uno puede
decir, “No me gusta este estilo”, o “Yo prefiero hacerlo diferente”. Todo el
mundo tiene esta libertad. Pero no podemos decir “eso no es Aikido”.
Un problema
es que muchos instructores dicen a sus estudiantes “no vayan aquí”, “no vayan
allí”, “quédense aquí”, “quédense conmigo si quieren aprender el verdadero
Aikido”. Esto está muy mal. En cambio, deberíamos dejar libre a los
estudiantes. Si alguien no está interesado en tu trabajo es inútil tratar de
encerrarlo.
Habiendo
dicho eso, y a pesar que yo pienso que Aikido tiene expresiones que son muy
personales, individuales, hay bases en común. Todos tienen su personalidad y
limitaciones, y basado en eso, expresaran Aikido en su propia manera. Pero si
un estudiante traspasa ciertos límites, es mi deber hablar con él. Mi trabajo
es similar a un director de orquesta, y una clase es como una pieza musical; Yo
no debo permitir a nadie desentonar. Es mi trabajo y mi responsabilidad.
Leo Tamaki: Estoy
impresionado por el número de estudiantes desde hace mucho tiempo que siguen
leales a Ud.
Yamada
Yoshimitsu: Estoy muy orgulloso de ellos. Pienso que en promedio, tengo más
alumnos que se quedan conmigo que la mayoría de otros dojos. No sé la razón
exacta, probablemente tenga que ver con mi personalidad.
No me gusta
cuando mis alumnos me copian, de hecho lo odio. Uno no debería intentar
convertir a los alumnos en clones de uno mismo. Por supuesto ellos han aprendido
las bases conmigo, pero a partir de ahí es su responsabilidad expresarse ellos
mismos. Yo pienso que mi secreto es dejar que la gente sea libre, y aparte esa
es la mentalidad de Nueva York!. Es lo que amo de Nueva York.
Leo Tamaki: Muchos
de ellos también enseñan, aquí o en otros lugares.
Yamada
Yoshimitsu: Sí. Son todos diferentes y no me molesta. Durante las clases quiero
que todo el mundo practique con todo el mundo, y sin importar la graduación, el
que está enseñando es el jefe.
Tengo un
alumno bastante antiguo, Harvey Konisberg, tiene setenta y dos años. Él tiene
su propia clase pero también practica en la clase de otras personas. Es el
ejemplo perfecto. Los otros practicantes lo ven hacer eso y naturalmente
tienden a hacer lo mismo. Entonces yo no les digo a los alumnos lo que deberían
hacer porque soy suficientemente afortunado de tener muy buenos modelos a
seguir.
Leo Tamaki: Desde
la partida de los maestros Tamura y Sugano, parece que Ud. ha estado bastante
ocupado.
Yamada
Yoshimitsu: He estado ocupado en efecto. Yo estaba concentrándome en el
continente americano pero recientemente he tenido que hacer visitas más
frecuentes a Europa, no solo para enseñar, sino que también por razones
políticas desafortunadamente. Estas son responsabilidades adicionales que no
necesitaba, particularmente en Francia donde todo es tan complicado (risas)!
Acepté
ayudar por la memoria de los maestros Sugano y Tamura, pero no tengo ningún
interés personal en el asunto. Yo no voy a Europa a apoyar ninguna organización
en particular; las luchas entre los grupos no me interesan. Además, las quejas
sobre estos temas no son bienvenidas, pero esto es exactamente lo que pasa. No
aprecio que me digan qué debería hacer y qué no, porque soy libre!.
Leo Tamaki: ¿Cuando
vino por primera vez a EE.UU.?
Yamada
Yoshimitsu: Deje Japón en el mismo año que Tamura, en 1964.
Leo Tamaki: ¿Cual
era la situación de la época?
Yamada
Yoshimitsu: En la costa Este no había una organización real. En el lado Oeste
era un poquito diferente porque Tohei Sensei había estado en Hawái.
Practicantes de Judo y Karate solían juntarse para estudiar Aikido y algunos ya
había estado en Japón. Yo quería ir a Nueva York pero en esa época, nadie tenía
dinero. Tuve que engañar a mi padre diciéndole que quería ir a la Universidad
de Columbia. Él acepto pagar y fue así como vine.
Inmediatamente,
varias federaciones se me acercaron. Fue tentador porque tenía hambre, pero al
mismo tiempo era independiente. Eventualmente les dije que prefería ser pobre
pero independiente. Creo que tome una buena decisión para mis alumnos.
Leo Tamaki: ¿El
Aikikai no lo envió?
Yamada
Yoshimitsu: Todo el mundo dice “Yo fui enviado por O Sensei” pero esto es
incorrecto (risas) . Por supuesto que pedimos permiso, porque en esa época empezamos
a recibir un salario, por lo que estábamos comprometidos con el Aikikai. No
hubiera sido correcto simplemente decir adiós pero la verdad es que todos
queríamos irnos al exterior!
Leo Tamaki: ¿Cúal
fue la cosa más difícil para Ud. cuando llegó a EE.UU.?
Yamada
Yoshimitsu: Técnicamente, fue enseñarle al uke a cooperar durante el
aprendizaje! Fue muy difícil a pesar de que no me sorprendía esta mentalidad
porque ya había conocido muchos militares americanos en bases donde yo enseñaba
en Japón.
Estuvo también
el hecho que era una nueva disciplina. La gente había leído acerca de ella,
tenía toda una mitología alrededor de las hazañas de O Sensei y en cierto
sentido, hizo las cosas más difíciles porque tenían expectativas muy
específicas. Ellos habían forjado su propia imagen de lo que era Aikido.
Leo Tamaki: Ud.
tiene uchi-deshi en New York Aikikai, ¿cómo funciona eso allí?
Yamada
Yoshimitsu: Yo soy muy simple, mi puerta está abierta sin restricciones, no hay
graduación mínima y pueden quedarse todo lo que deseen. En promedio son seis o
siete y la duración de sus estadías varían. Los extranjeros generalmente tienen
visas por tres o seis meses. A menos que cometan un crimen terrible, yo soy
bastante relajado; es por eso que les gusta quedarse aquí (risas). Ha habido
probablemente más de mil personas que se han quedado aquí como uchi-deshi.
Leo Tamaki: ¿Cuando
empezó este sistema?
Yamada
Yoshimitsu: Tan pronto abrí el dojo. Cuando llegue no tenía donde quedarme, por
lo que dormía en el vestuario del dojo pero incluso en esa época, ya había un
joven que vivía conmigo.
Leo Tamaki: ¿Qué
opina sobre el sistema shu ra ri?
Yamada
Yoshimitsu: La primera persona a quien escuche hablar acerca de eso fue Okumura
Sensei. Es un buen sistema; no tiene nada de malo. Cada periodo toma diferente
tiempo para diferentes personas; depende de la capacidad e inversión de cada
uno.
Leo Tamaki: ¿Cuáles
son, para Ud., las diferencias entre budo, bujutsu y kakutogi?
Yamada
Yoshimitsu: A veces me pregunto en qué categoría cae Aikido hoy en día.
Recientemente hubo un evento llamado Combat Games. Yo me siento fuertemente en
contra de la participación de la International Aikido Federation (IAF) en este
evento. Para mí no debería haber ni siquiera un tema de discusión al respecto
porque es obvio que no es lo que O Sensei hubiera querido. Esto no es lo que
nos transmitió.
Yo amo Judo,
respeto su compromiso físico, pero no estamos en la misma categoría. Además por
supuesto podemos justificarlo diciendo que no hay competencia en Aikido, y solo
demostraciones. Para mi es incluso peor porque cambia el enfoque a ser
espectacular. Algunas de estas personas están haciendo demostraciones con los
ojos vendados! ¿Hasta dónde vamos a llegar en ese deseo de impresionar a otros?
¿Hasta proyecciones sin contacto? En realidad, esta gente ya está compitiendo
entre ellos. Y lo peor de todo es que lo hacen de una manera cobarde, quieren
saber quién es el mejor sin correr el riesgo del combate.
Si realmente
quieren hacer demostraciones, organicen un evento dedicado a eso pero ¿por qué
asociarse a una agrupación de deportes de combate? Le hace daño a la disciplina
y el público ve a los practicantes de Aikido como cobardes. Aikido es un camino
de desarrollo personal y no está hecho para presumir.
Leo Tamaki: ¿Es,
la más o menos abiertamente admitida introducción a la competición, un tema que
le preocupe?
Yamada
Yoshimitsu: Sí, me preocupa por el futuro. Inicialmente, la gente que permitió
el desarrollo de Aikido venia de Judo, Karate. Estaban cansados de los juegos
competitivos y es el aspecto no competitivo de las cosas lo que los atrajo
hacia Aikido. Era una novedad y que tuvo gran influencia. Hoy en día los recién
llegados no siempre tienen esa mentalidad de esos pioneros…
Hay también
otro problema. En algunos países, el gobierno apoya financieramente Aikido.
¿Qué pasaría si empiezan a requerir que se establezca un equipo nacional como
en el fútbol? ¿Qué pasaría cuando regresen de un evento como los Combat Games y
les pregunten “¿Ganaron? ¿Donde están los trofeos?? Si no regresan como
ganadores la próxima vez no les daremos más subsidios”.
Leo Tamaki: A
través del tiempo, mientras sus discípulos directos nos van dejando, hay cada
vez menos voces que hacen eco de O Sensei.
Yamada
Yoshimitsu: Esta es una razón por la que desafortunadamente no preveo un futuro
brillante para Aikido, y estoy apenado al respecto. Es muy posible que crezca
cuantitativamente, pero el espíritu puede cambiar dramáticamente.
La
dificultad está en que no podemos decir claramente “Esto es Aikido”, tanto
técnica como espiritualmente. Esta libertad es tanto una fortaleza como una
debilidad de Aikido.
Leo Tamaki: ¿Podría
Ud. hablarnos acerca de los grados o graduaciones?
Yamada
Yoshimitsu: Los grados son otro problema de Aikido. En lo que a mí se refiere,
no deberían haber sido incluidos en nuestra disciplina. Esta era también la
mentalidad de O Sensei pero por razones financieras, el sistema fue instalado.
El cinturón negro, por qué no, dado que otorga un sentido de logro, pero no
números. Un cinturón negro es un cinturón negro. Para lo demás, dejen que los
estudiantes juzguen. Quizás yo esté equivocado pero no me gustan estas
historias de números, ellas también arrastran competiciones a escondidas
consigo.
Todo el
mundo sabe que hay una contradicción entre un sistema de grados y Aikido.
Aparte, es muy difícil hacer una evaluación de Aikido. La evaluación del mismo
individuo, dependiendo de tu juicio y el mío, no va a ser el mismo; tendremos
diferentes puntos de vista. Una brecha ya existe y no podemos hacer nada al
respecto. Nuevamente, esto es debido a la naturaleza de Aikido, tanto buena
como mala. Aikido es un budo único, por esta razón, no puede funcionar como
otro budo, especialmente en términos de graduaciones, sin mencionar que en
Aikido la gente gradúa demasiado rápido. Pienso que uno debería sufrir un
poquito más (risas).
Leo Tamaki: ¿Qué
es el título de Shihan?
Yamada
Yoshimitsu: Es un sistema estúpido. En Japón, uno le dice shihan a su maestro,
sin importar su graduación. Shihan es una ocupación, un trabajo, no es una
distinción. La gente malinterpreta su significado. No es un título! Es
simplemente una manera más formal de llamar a un Sensei. Por ejemplo, cuando
uno está completando un formulario oficial, uno no escribe como trabajo “Aikido
Sensei”, uno escribe shihan. No es nada más que eso. Los japoneses están
incómodos por el sistema que implantaron y que ellos saben que cometieron un
error. Les causa muchos dolores de cabeza, y a mí también! (risas)
Hoy, todo el
mundo busca ese estatus como si fuera un título. Pero al igual que para los
grados, todos se presentan un poco diferente para obtener este reconocimiento
porque no hay estándares. Hoy nos encontramos con frecuencia en situaciones
donde este tipo de quejas llegan: “¿Por qué ese tipo es shihan y yo no? Yo
tengo el mismo grado y he practicado por la misma cantidad de años”. Estos son
conflictos estúpidos que pasan por culpa del sistema. ¿Por qué lo necesitan? Si
la gente me llama Sensei ya está bien, no me importa ser llamado shihan.
Leo Tamaki: Pero
los japoneses obtienen el título de shihan automáticamente, ¿no es cierto?
Yamada
Yoshimitsu: Esto es algo que a mí no me gusta. Es por esto que en realidad
empecé a otorgar títulos de shihan a extranjeros, porque ellos se preguntaban
por qué era reservado para los japoneses. Hacen muchas cosas tontas en el
Aikikai, inventan títulos regularmente. Para la gente joven, inventaron el
título de shidobu shihan. Yo pienso que Tamura Sensei y yo teníamos un título
un poquito diferente (risas). Estas cosas son ridículas.
El año
pasado un grupo [de Francia] me dio una lista de cerca de 20 personas, pero el
Aikikai eligió solo a tres de ellas. Entonces yo dije “Yo no puedo volver y
explicarles que solo tres de ellos van a recibir este título. Olvídenlo y
devuélvanme la lista”. Volví, explique la situación, y les dije que lo
negociaran ellos mismos, que yo estaba fuera del asunto. ¿Cómo fue que el
Aikikai eligió esas tres personas que no conocían? ¿Basados en qué criterio? El
único que los conocía era su maestro. Más aún, algunos de los practicantes más
antiguos del grupo no fueron incluidos en esos veinte nombres porque tenían una
mala relación con sus funcionarios. Este no es mi problema, pero no era justo.
Y cuando conseguí el titulo para uno de esos antiguos practicantes, el grupo se
enojó conmigo. Yo dije “¿Pero por qué no estaba su nombre en la lista? No es
justo, y por lo que yo sé, es uno de los más antiguos entre Uds.”. Toda esta
política, es terrible.
Yo le dije a
ese anciano: “Ud. sabe que no es bienvenido en esa federación y Ud.
frecuentemente se queja acerca de ellos. ¿Por qué no se va?” La gente me habla
acerca de seguros y cosas como esa pero son excusas. Yo no quiero que me
involucren en esas historias, pero mucha gente deja las federaciones.
Yo quiero
ayudar a los grupos en la memoria de Tamura y Sugano Sensei pero por otro lado,
yo también tengo muchos amigos que no pertenecen a ese grupo. ¿Qué debería
hacer? La semana que viene tengo que ver a otro grupo que se queja porque
alguien fue ascendido, pero no fui yo quien lo ascendió (risas)! Estos son
problemas internos en los que yo no quiero ser envuelto.
Leo Tamaki: Parece
que Tamura Sensei no quiso arreglar esto antes de fallecer.
Yamada
Yoshimitsu: Es complicado. Yo pienso que él no estaba interesado en eso. Él era
mi mejor amigo y mi mejor senpai. Pero todo el mundo es humano. Él nunca quiso
involucrarse tanto como yo lo hice con mi propio grupo. Yo he presenciado
escenas donde él se negó a involucrarse. Yo le pregunté por qué no resolvió la
discusión, y él me dijo que no le importaba porque no importaba lo que dijera
igual iba a terminar en peleas, así que para qué molestarse. Me encantó eso, un
gran principio (risas), tan claro.
Leo Tamaki: ¿Qué
es lo que piensa del sistema del Aikikai y su futuro?
Yamada
Yoshimitsu: (Susurrando) no me pregunte eso...
Los
problemas son inevitables cuando una organización crece pero todavía hay muchas
cuestiones sin resolver. El Aikikai está tratando de gobernar todo en base a
reportes, rumores, que no siempre emanan de la gente correcta. Por ejemplo, mis
alumnos están felices aquí y no contactan al Aikikai para quejarse o pedir
cosas. La gente que los contacta son generalmente aquellos quienes quieren
obtener algo, o a veces expresar resentimiento. Decisiones basadas en
información parcial no pueden ser buenas. Pero como pueden ellos saber de los problemas
afuera mientras estén en Japón? Hay demasiadas contradicciones, inconsistencias
e injusticias. La forma en que los grados son otorgados, el sistema de shihan,
los reconocimientos del Aikikai, todas estas cosas no están bien y crean muchos
problemas.
Tome por
ejemplo el sistema de reconocimiento por el Aikikai. Al final, en general
aquellos quienes lo obtienen son los que crean problemas porque ellos creen que
sólo ellos tienen el derecho de practicar Aikido.
Yo lucho
contra estas cosas pero siempre enfrento dilemas debido a mi posición tanto
como representante del Aikikai como director de la federación americana, pero
siempre intento hacer las cosas en beneficio de los practicantes. Estoy
dividido en medio de todo eso.
Leo Tamaki:
¿Piensa Ud. que las organizaciones son necesarias?
Yamada
Yoshimitsu: Los grupos son necesarios, por supuesto. Pero, ¿esos que existen
están siendo adecuadamente manejados? ¿Es la gente correcta quienes los
dirigen? Estas son las preguntas.
De todos los
grupos con los que trate en Francia, EE.UU., o donde sea, sólo veo unos pocos
que en realidad funcionan adecuadamente. Los problemas no vienen de los
miembros, sino de los líderes quienes heredan a los practicantes sus propios
conflictos e intereses. Muchos líderes son ambiciosos, hambrientos de poder y
usualmente son gente muy infeliz en sus vidas privadas. Necesitan Aikido para
halagar su ego. Les falta confianza y lo compensan usando Aikido.
Desafortunadamente muchos de aquellos que se presentan como maestros son
también así. Este es un verdadero problema. Muchos podrían beneficiarse de
tener un estado mental más positivo.
Leo Tamaki: ¿Cómo
definiría el término Aiki?
Yamada
Yoshimitsu: Para mi Aiki no es algo visible; Lo veo como una unión. Cuando
alcanzas un estado de vacío tal como el buscado en Zen, te conviertes en uno
con la naturaleza y el universo.
Yo pienso
que no soy suficientemente maduro todavía pero al menos lo intento (risas).
Estoy tratando de lograr el mismo estado mental que tenía O Sensei, una unión
con lo infinitamente grande, un punto donde las pequeñas cosas no nos afectan
más. Espero eventualmente alcanzar este estado mental.
Leo Tamaki: ¿Qué
es el ki para ud.?
Yamada
Yoshimitsu: Para mi ki no es solamente algo que ocurre en el tatami, ki está
presente en cada momento de la vida cotidiana. Es una energía invisible pero
una en la que yo creo, algo que nos permite actuar, pensar, e interactuar
positivamente con otra gente y la sociedad.
Esto no es
algo reservado para los artistas marciales. A veces se dice acerca de alguien
que tiene mucho ki o un ki fuerte. Esto es algo que percibimos alrededor de
gente que es exitosa, una especie de aura positiva. Es una condición
permanente, no importa lo que hagas, en cualquier momento de tu vida.
En el
comienzo, Aikido era extremadamente popular entre los ‘hippies’ quienes solo
querían escuchar acerca del poder del ki. Solían venir aquí pero no resulto! Un
día, yo estaba haciendo kokyu dosa y uno de los estudiantes estaba inmóvil, en
una especie de concentración intensa. Después de un rato le di unas palmadas en
el hombro y le pregunte qué es lo que estaba haciendo, y me respondió “Sensei,
no me moleste, estoy extendiendo mi ki”. Ese era el tipo de mentalidad de la
época; sólo tomaron una parte del ki. Yo solía decirles, tal como Tohei Sensei
decía, “un ki fuerte necesita un cuerpo fuerte”.
Lamento no
ser capaz de decir más, no soy un hombre muy espiritual. Debí haber seguido las
lecciones de Nakamura Sensei, probablemente yo sería más profundo. No soy una
persona misteriosa, trato de practicar y transmitir algo que es bueno para el
cuerpo y la mente, pero algo arraigado a la vida cotidiana, la vida real.
La
meditación Zen es buena. Puede ser realizada en las profundidades de las
montañas, donde nada nos moleste, pero el mejor lugar para meditar es en una
calle ocupada, ahí es donde lo necesitas. Un día, estaba en un templo y durante
una discusión, les dije que era fácil meditar cuando uno estaba solo en el
mundo, pero que era una historia diferente en el corazón de una calle transitada
en New York. La gente se enojó pero es en este tipo de lugares donde la
relajación y el desprendimiento son más necesarios (risas). Siempre anclo las
cosas con la realidad así tienen un efecto positivo en las vidas diarias.
Leo Tamaki: ¿Cómo
definiría musubi?
Yamada
Yoshimitsu: Es un término muy rico que puede ser entendido en muchos niveles
diferentes. La dificultad cuando uno intenta explicar palabras japonesas es que
muchas palabras tienen un significado amplio. Uno tiene la sensación del contenido
completo de la palabra pero cuando la traduces, solo se transmite una fracción
de la idea general. Es simplemente difícil traducir ciertos conceptos, usamos
circunlocuciones y se requieren diez palabras para explicar solo una. Esto es
especialmente cierto dado que O Sensei era muy religioso y si no compartías el
mismo conocimiento teológico que él, era difícil saber si se le atribuía el
mismo significado a las palabras que él les daba.
Musubi se
relaciona con Zen. El término significa “ligado”, también introduce un sentido
de unidad. Aikido es para mí la noción de tener el cuerpo y la mente unidos. El
termino musubi es a veces explicado por una acción física pero para mí, musubi
no es nada más que un apretón de manos. Con mucha frecuencia la gente piensa
las cosas de una manera demasiado gráfica, dramática, como en una caricatura.
Pero todas estas nociones de la filosofía japonesa se relacionan con lo
invisible.
Leo Tamaki:
¿Tiene algo que agregar Sensei?
Yamada
Yoshimitsu: Hemos hablado de muchas cosas negativas pero en el fondo yo todavía
considero Aikido como un arte maravilloso. Espero que los practicantes sean más
positivos, y que Aikido les ayude a ser más libres y fuertes.
Leo Tamaki: Gracias
Sensei.