Cuatro mentiras y una gran verdad sobre
los grados
Tomado de: Blog
de Artes Marciales Kidokan
Juan
Antonio García Ruiz, Exclusivo MasTKD
El tema de los grados
es un asunto bastante controvertido en el mundo no solo del Taekwondo sino de
las artes marciales en general. Cada artista marcial hace una valoración
personal de la importancia que pueda tener un grado, pero existen ciertas
corrientes de pensamiento, en ocasiones erróneas. Queremos poner de manifiesto cuatro
cuestiones que a veces se dan por ciertas, y mostrar, tras un breve análisis,
que tal vez y a nuestro juicio, no lo son. Completaremos esta reflexión con lo
que consideramos una de las pocas afirmaciones ciertas que pueden hacerse en
relación a los grados.
1.
El Cinturón Negro acredita la maestría
Rotundamente falso. El
neófito puede tender a pensar que un Cinturón Negro de cualquier arte marcial
es un conocedor profundo del sistema, que ha alcanzado las más altas cotas
marciales. En definitiva, un maestro. Pero todos sabemos que no es así.
Empleando el símil de la carpintería, el Cinturón Negro no tiene nada que ver
con ser un maestro carpintero, sino más bien con el aprendiz que sabe cortar
con el serrucho, que puede clavar una puntilla, y que dispone de las
habilidades necesarias para empezar a aprender el oficio, pero que aún no sabe
fabricar un mueble. Un Cinturón Negro no es un artista marcial completo, es un
primer paso de un proyecto de artista marcial que echa a andar.
2.
A mayor grado, mayor nivel técnico
Pues, en los grados más
altos, desde luego que no. El grado no representa solamente el nivel técnico.
Al principio, en cinturones bajos, es posible. En estos casos la técnica puede
ser el ámbito más importante del examen, y el color del cinturón reflejará en
buena medida la capacidad técnica, aunque hay otras cosas. Pero según
avanzamos, y especialmente a partir de grados como 4º o 5º Dan, el nivel
técnico puede presuponerse, puesto que no se habría llegado hasta ahí sin él.
En general, además de la técnica se tienen en cuenta otros factores, como la
dedicación al arte en cuestión, los conocimientos adquiridos durante los años
de práctica, la trayectoria como artista marcial y como profesor (si la
hubiera), etc. Además hay que señalar que, normalmente, a mayor grado más edad
y por tanto menos facultades físicas, que repercuten en la técnica. Es muy
probable que un 3er Dan de 25 años exhiba una técnica más precisa que un 8º Dan
de 80 años. ¿O no? Por tanto recuerda: cuando veas a algún maestro con un alto
grado ejecutando técnicas y alguien te diga “no tiene nivel para ser 6º Dan, un
3er. Dan es mejor”, deberías preguntarte de qué estás hablando realmente.
3.
Los grados “oficiales” son los que tienen valor real
Se habla de que los
grados federativos son oficiales. Y es cierto. Tienen validez en oposiciones,
promoción dentro de las administraciones públicas, etc. Están avalados por las
federaciones deportivas correspondientes o los entes deportivos gubernamentales
de cada país. Y ésta es la clave: federaciones deportivas y los entes
deportivos gubernamentales. Las artes marciales, para muchos, no son un
deporte. Y existe cierta incongruencia en que un ente deportivo otorgue grados
marciales. Además, el ámbito territorial de estos diplomas “oficiales” es únicamente
nacional. Por ejemplo, si un karateka español con un 4ºDan por la Federación
Española de Karate va a Japón, podrá pedir a la Federación Japonesa una
convalidación de su grado allí, pero tal vez no se lo reconozcan. O le
reconozcan solamente el 1er Dan. Hay convenios con algunos países, pero no es
nada universal, ni mucho menos.
Por otro lado, la falta
de regularización permite que una asociación otorgue sus propios grados, con
validez solamente en el seno de esta organización, pero que también serán
“oficiales” si la asociación está debidamente registrada. Probablemente no
servirán para obtener puntos en unas oposiciones, pero tienen todo el valor que
el practicante quiera darles. Para un artista marcial, puede tener mucho más
valor un grado reconocido por un maestro de prestigio internacional que por un
tribunal federativo.
Y todo ello sin nombrar
aquellas artes marciales que no se encuentran incluidas como disciplina
asociada a ninguna federación, lo que imposibilita la obtención de un diploma
oficial. ¿Quién otorga los grados “oficiales” de Krav Maga? ¿Los cinturones y
danes de Aikido no tienen validez?.
Ojo, hablamos de
grados, no de titulaciones de enseñanza. Éstas ya han sido reguladas por el
estado y solamente pueden ser otorgadas por la administración pública.
4.
Un alto grado es un buen maestro
O no. Un buen maestro
suele ser un alto grado, pero no lo es necesariamente. Del mismo modo, un alto
grado puede ser un buen maestro, pero también puede no serlo.
Ser un buen maestro
seguramente requiere del nivel técnico, de conocimiento y experiencia marcial
que puede asociarse a un grado alto, pero también de cualidades que nada tiene
que ver directamente con las artes marciales: vocación de enseñar, habilidades de
comunicación y capacidad para dirigir un proceso de aprendizaje. No todo el
mundo sabe transmitir sus conocimientos, su experiencia, sus sensaciones, ni
inculcar los valores por los que se rige su vida. Los que sí saben hacerlo…
esos son los buenos maestros.
En definitiva, podemos
decir sin temor a equivocarnos que los grados tienen el valor que les queramos
dar, pero el que manda de verdad es el tatami. La manera de comportarse, la
comprensión de la práctica, la ejecución de la técnica y lo que uno transmite
en el tatami; es imposible sustituir todo esto por un diploma, un carnet o un
cinturón de colores.
Teniendo en cuenta
todos estos factores… ¿a quién le importa el grado?.