Capítulo 1 –
Métodos de Entrenamiento
Por Mitsunari
Kanai, 8vo dan (Q.E.P.D.)
Nota del Editor: Lo que sigue es un
extracto del libro a publicarse de Kanai Sensei. La versión en video ha sido publicada y se
consigue en Aikido Online.
Uno de los
problemas más básicos, crónicos y quizás inevitables en la práctica de AIKIDO,
es que el entrenamiento de AIKIDO pueda reducirse a un ejercicio despreocupado
basado sobre un acuerdo excesivo entre los compañeros practicantes (NAGE y
UKE). Este problema surge porque los practicantes de AIKIDO suelen basar su
práctica sobre filosofías y teorías sinceras pero mal-fundadas. Los ejemplos de
muchas interpretaciones incorrectas del AIKIDO aplicado a la práctica incluye
la de enfatizar la idea de un ambiente de “estilo de AIKIDO”, expresando una
“ideología” de AIKIDO, y malinterpretando el concepto de “armonía”.
Debido a la
importancia de comprender correctamente el significado de la armonía en el
contexto específico del AIKIDO, daré una explicación breve. Tenga presente que
cubriré solamente una mínima fracción de los significados y aspectos de la
armonía de AIKIDO.
Primero, es
importante saber que la armonía es un componente central del AIKIDO. Muy
fundamentalmente, significa armonía con el universo entero, con la existencia
toda. En términos de mente y cuerpo, armonía significa simplemente que uno debe
enfatizar tanto la mente y el cuerpo de forma equilibrada, en vez de enfocarse
solamente en uno o en el otro. Pero en términos físicos, la armonía tiene un
significado técnico que se refiere a una manera particular de usar el cuerpo
entero en cada movimiento. Aplicado a una situación confrontacional (incluyendo
el entrenamiento), es este significado técnico de la armonía que se debe
realizar en uno mismo y con el oponente, y así crear una situación que conduce
al oponente hacia la armonía con uno mismo.
La armonía no
significa llevarse bien con la gente en base al denominador común más bajo, o
creando un acuerdo sin tener en cuenta las reglas sólo para evitar la
confrontación y así mantener un ambiente despreocupado o exageradamente
confortable. La armonía tal como se usa en el AIKIDO, no involucra ceder,
disminuir o diluir cosas opuestas y sus esencias individuales. Tal forma de
acercamiento diluye todo, sacrifica la esencia de las cosas, erosiona los
estándares de comportamiento y actitud; y por ende disminuye a cada individuo.
Al contrario, la armonía del AIKIDO une a elementos diferentes – hasta opuestos
– y los intensifica de una manera en la cual impulsa todo hacia un nivel más
alto.
Se suele
recalcar que el AIKIDO permite hombres y mujeres, adultos, niños y niñas, gente
mayor y jóvenes practicar juntos. Esto es verdad. También es verdad, pero no
tan frecuentemente recalcado, que dentro del AIKIDO también hay espacio para practicar de
otras maneras, por ejemplo, de usar una práctica muy dura para desarrollar
técnicas marciales. La amplitud y sentido incluyente del AIKIDO no significa
que su práctica sea fácil, o que sus practicantes que se enfocan en desarrollar
técnicas fuertes de combate sean menos importantes o menos legítimos, que
aquellos interesados en otros aspectos del arte.
Yo sospecho que
el resultado de estos errores trae como consecuencia el primer problema mayor
en el entrenamiento de AIKIDO, y es que muchos practicantes de AIKIDO no han
podido establecer un método de entrenamiento basado en la comprensión más
fundamental de cómo usar el cuerpo para producir, aplicar y recibir el poder.
Lo que sigue es
una teoría y explicación de cómo usar correctamente el cuerpo. Me parece
necesario articular de forma detallada esta lógica del AIKIDO. La intención es
que esta articulación de los principios físicos del AIKIDO deberá reemplazar
las explicaciones abstractas propuestas típicamente por muchos practicantes de
AIKIDO y otras artes marciales.
El practicante
de AIKIDO debe comprender cómo la fisiología del cuerpo, la misma estructura
del cuerpo, ocasiona las reglas o principios de cómo ha de funcionar el cuerpo
entero de la forma más eficiente y óptima. La forma correcta de un movimiento
corporal se juzga únicamente por este criterio: si el movimiento, visto desde
la fisiología humana, utiliza con economía total todas las partes del cuerpo organizadas
en la forma más eficiente posible. Comprender tal teoría fundamental de la
utilización del cuerpo debe preceder las explicaciones de técnicas específicas
de AIKIDO.
Cualquier
sistema de movimiento corporal debe estar basado sobre la fisiología humana.
Las artes marciales en general tienen reglas que definen aún más las
implicaciones de la estructura física del ser humano bajo el contexto de
situaciones de combate. El AIKIDO, cuya meta es el acercamiento más amplio
hacia las artes marciales, debería tener un conjunto de principios aún más
preciso.
Una técnica
específica basada sobre estos principios utilizará cada parte del cuerpo de
forma organizada y secuenciada, a fin de optimizar la generación del poder. Si
esto se hace, la técnica será la correcta y va a “funcionar”. La falta de
comprensión y aplicación de esto harán que las técnicas sean inefectivas.
Uno debe
comprender que el entrenamiento de AIKIDO debe basarse únicamente sobre este
principio intransigente de eficiencia máxima que surge de la fisiología humana.
Armado con este conocimiento, el practicante puede determinar fácilmente si las
técnicas que pudiesen verse fluidas y correctas están basadas en los principios
verdaderos del entrenamiento de AIKIDO. Las técnicas incorrectas son muy
comunes debido a la falta de comprensión de este principio.
La falta de
entendimiento de este principio de movimiento corporal eficiente también tiene
otras implicaciones, por ejemplo, que los grupos primordiales de las técnicas
que son propiamente del AIKIDO (proyecciones, controles, golpes y empujes)
carecen de una consistencia teórica y por ende, parecen desmedidamente
distintos uno del otro.
Se debe entender
que no estoy proponiendo restringir el AIKIDO en un molde rígido sino al
contrario, estoy sugiriendo que es necesario romper el molde rígido ya
existente, un molde creado de malos hábitos formalizados. Los resultados de
estos malos hábitos se observan fácilmente en mucho de lo que hoy en día se
llama “práctica de AIKIDO”.
Hay un segundo
problema mayor en el entrenamiento de AIKIDO, uno que resulta de la relación
entre NAGE y UKE.
Muchas veces el
entrenamiento se conduce a una especie de modalidad confrontacional falsa, sin
un combate verdadero o un entrenamiento serio. Debido a esto, el practicante
típicamente no se da cuenta de su creciente dependencia hacia la cooperación
del oponente. Este modo poco saludable y exagerado de cooperación corrompe la
relación entre NAGE y UKE, asimismo, mientras esto pueda crear resultados que
parecieran ser dramáticos, en realidad arruina la oportunidad para uno
desarrollar sus técnicas o su capacidad de visión óptica.
Debido a que los
principios fundamentales del entrenamiento de AIKIDO no se han establecido de
forma clara, los NAGE suelen no aplicar técnicas buenas ni correctas que
claramente proyectan o derriban al UKE; sin embargo, pareciera que UKE lo
estuviesen proyectando, lanzando o derribando. En estos casos, el UKE se ha
puesto de acuerdo de forma implícita para actuar como si la técnica funcionara
sin importar su efectividad real (la efectividad se determina primordialmente
si el cuerpo se utiliza correctamente para generar poder). Debido a esto, el
asunto de que si la técnica funciona o no ha sido reducido a una total irrelevancia.
Aunque debería
ser obvio que una relación corrompida entre UKE y NAGE tiene unas implicaciones
profundas y negativas para un arte marcial, este tipo de entrenamiento es muy
común. Todo el mundo debería entender claramente que mientras las personas se
enganchen en lo que en realidad es una práctica falsa, en la cual no hacen más
que jugar alegremente a ser artistas marciales, el verdadero AIKIDO nunca va a
ser aprendido ni comprendido.
La totalidad de
la relación entre NAGE y UKE se llama SOTAI KANKEI, y se centra sobre el
principio básico de reconocer que esta relación es fundamentalmente
confrontacional. Cada individuo de la pareja de entrenamiento debe abandonar
los pensamientos de independencia separado del otro, y debe aceptar que el punto
fundamental es como utilizar el conocimiento de AIKIDO y de cómo relacionarse
con UKE a través del uso de técnicas efectivas y correctas, basadas en los
principios de AIKIDO.
Es absolutamente
imperativo que cada técnica utilizada sea real, es decir, que cada técnica para
manipular el oponente utilice la estructura corporal de el propio cuerpo de uno
(y cada una de las cinco partes principales del cuerpo) en una forma dinámica y
óptimamente eficiente.
Si las personas
entendieran estos puntos, y pudiesen utilizarlos como la base de su práctica de
AIKIDO, se abrirían las puertas del conocimiento. Es por estas puertas que el
practicante debe cruzar a fin de aprender cómo ejecutar el verdadero AIKIDO en
una manera racional, tomando en cuenta todos los aspectos de los principios del
cuerpo y SOTAI KANKEI. Sin esto, el practicante estará perdido, remendando y
juntando pedazos de técnicas improvisadas e incorrectas.