Tamura, la sabiduría del Aikido
Tomado de: http://www.aikikai.org.es/aikido/maestro/entrevis/wagner.htm
(****)Entrevista realizada por Wagner Bull en Sao Pablo, Brasil, durante una visita de Yamada sensei y Tamura Sensei.
W.B: ¿Cómo llegó Ud. Al Aikido?
Tamura Sensei: Llegué a través del
Maestro Osawa, en Japón.
W.B.: ¿Qué edad tenía Ud. Por entonces?
T.S.: Por entonces tenía 20
años.
W.B.: De su recuerdo de O-Sensei, ¿Qué
es lo más destacable?
T.S.: Su mirada. Si
observas sus ojos en alguna fotografía entenderás el por qué.
W.B.: Ud. Formó una familia. ¿Cuándo se
casó?
T.S.: Me casé en 1964, poco
tiempo antes de trasladarme a vivir a Francia.
W.B.: ¿Cómo conoció a su esposa?
T.S.: La conocí en el Hombu
Dojo, en Japón, poco tiempo después de que ella comenzara a practicar el
Aikido.
W.B.: ¿Era Ud. Su profesor?
T.S.: No, los profesores
eran O-Sensei y KishomaruUeshiba, el actual Doshu.
W.B.: Entonces ha sido una historia de
amor en el Dojo...
T.S.: Así es... (se ríe)
W.B.: ¿Cuántos hijos tiene Ud.
T.S.: Tengo tres varones.
W.B.:¿Han aprendido Aikido?
T.S.: Sí, practicaron un
cierto tiempo, pero no quisieron seguir, y actualmente tampoco enseñan el Arte.
W.B.: ¿Cuáles fueron las dificultades
al llegar a Francia para establecerse como extranjero, y más teniendo en el
hecho de no hablar el idioma? ¿Cómo fue esa experiencia?
T.S.: Eran muchas las
diferencias existentes..., el idioma y también la alimentación, que no era como
en Japón.
W.B.: Cuando Ud. llegó a Francia
¿Encontró algún Dojo o una determinada infraestructura?
T.S.: Sí. El Maestro Minoru
Mochizuki y el Maestro Tadashi ya habían estado en Francia algunos años antes,
así como el Maestro Murashigue. En esa época, también enseñaba el Maestro
Masamichi Noro. Yo debía ir a París y creía que allí encontraría un Dojo, pero no
había ninguno. De manera que me instalé en Marsella y comencé a introducir el
Aikido en los Dojos donde ya se enseñaba Judo.
Conocí a Sensei Nakasono, que ya
residía allí, y él me facilitó un poco la vida, pues cuando se fue a vivir a
París me dejó enseñar en su Dojo. Por aquel entonces no había ni tan solo 60
personas practicando.
W.B.: ¿Sesenta personas en Francia?
T.S.: No, en toda Europa...
(se ríe). Bueno, quizá había unos mil o dos mil practicantes en toda Europa.
Verdaderamente no lo sé.
W.B.: ¿No enseñaban en Francia los
profesores Mochizuki y André Nocquet por aquella época?
T.S.: El prof. Mochizuki ya
había regresado a Japón y Sensei André Nocquet pertenecía a la Federación
Francesa de Judo, mientras que Sensei Nakasono y yo trabajamos con ACFA y la
ACEA.
W.B.: Cuando Ud. Comenzó a enseñar
Aikido ¿lo hacía como una especie de "Misogui", una forma de
purificación?
T.S.: Si, pero ahora enseño
una visión más profunda. Al menos, pienso que así lo hago (risas).
En esa época el Aikido estaba visto como
un arte más suave, para niños, mujeres y ancianos, y no como un método de
autodefensa, más orientado a lo físico pero que no exige grandes esfuerzos
musculares. Había gente que, siendo serios practicantes de Judo, también se
interesaron por el Aikido y lo practicaban. Otros después de haber visto
demostraciones del Arte y habiéndoles parecido interesante, comenzaban a
aprenderlo. Así es como yo lo veo...
Cuando llegué a Francia había personas
que practicaban el Judo. En 1961, la época en que O Sensei visitó Hawai, la
mayoría de los profesores de Aikido eran también profesores de Judo. Pero poco
a poco esto fue cambiando y el Aikido comenzó a ser practicado con
independencia del Judo.
Existía otro problema. De acuerdo con
la ley francesa, solamente los profesores titulados de Judo con el Diploma de
Estado, podían enseñar el Aikido o el Karate. Tuvieron que pasar muchos años
para que las autoridades responsables francesas comprendiesen que el Aikido no
era lo mismo que el Judo. En aquella época, para el gobierno francés, cualquier
Budo se catalogaba como Judo.
W.B.: ¿Cuál fue la gran diferencia que
pudo apreciar cuando llegó Ud. A Francia?
T.S.: En Japón, aún sin una
regla oficial, el comportamiento usual de las personas mostraba siempre una
etiqueta que restringía la espontaneidad. En Francia esto era muy distinto. La
gente se sentía más relajada y libre de las convenciones sociales. Existía un
cierto aire Tahitiano... (risas).
W.B.: A decir verdad, lo que más
apreció Ud. fue la libertad francesa ¿No?
T.S.: Sí, por cierto.
W.B.: Ud. es el Consejero Técnico
Nacional de la Federación Francesa de Aikido y Budo, la FFAB, y también es el
Consejero Técnico de la International American Federation, la IAF. La FFAB no
está afiliada a la IAF ¿por qué?
T.S.: Al igual que Yamada
Sensei, yo soy consejero técnico de la IAF. Pero en su forma de organización,
la FFAB no está ligada a la IAF. Surgieron problemas de reglamentación en uno
de los congresos en el pasado, lo que nos llevó a no afiliarnos.
W.B.: ¿Cómo se llama el Dojo donde
regularmente enseña Ud.?
T.S.: Yo enseño en el Dojo
Shumeikan, que es administrado por una asociación, la Escuela Nacional de
Aikido, la cual forma parte de la FFAB. En este Dojo, que se encuentra cerca de
mi casa, doy cursos a nivel nacional a pequeños grupos de 20 o 30 personas. Por
lo general, yo siempre estoy viajando por Europa y a otros lugares. Te paso mi
agenda y lo comprobarás tú mismo.
Cuando imparto estos cursos a grupos
pequeños, solemos dormir y comer en el local donde se llevan a cabo. Participan
gentes de edad avanzada, practicantes de alto nivel, directivos y cuadros de la
Federación, veteranos, etc., y además se organizan seminarios.
W.B.: Pero entonces ¿Qué esperanzas
tienen los principiantes de recibir su enseñanza?
T.S.: Yo también practico
con ellos, como he hecho aquí en el seminario de Brasil.
W.B.: La solución sería seguirlo a Ud.
en sus viajes?
T.S.:Pues ciertamente, sí (se ríe).
W.B.: ¿Cómo le gustaría ver el Aikido
en futuro?
T.S.:Me gustaría verlo
practicado por todas personas, como era el deseo de O-Sensei.
W.B.: El Fundador decía que el Aikido
crearía una sociedad mejor. ¿Piensa Ud. que esto aún es posible en nuestros
días?
T.S.: Sí, creo que es
posible, siempre que Uds. puedan imaginar que es posible...
Cuando se cree que el Aikido puede
purificar y mejorar a las personas, esto se hace realidad. Pero para el devenir
de este proceso es necesario empezar por el individuo y por las pequeñas cosas.
Pienso que hoy, todos los que hemos participado en el seminario realizado, estamos
un poco más purificados.
W.B.: Cuando vemos las películas de
O-Sensei podemos observar que según pasaban los años, sus movimientos
comenzaron a hacerse más lentos y circulares aparentemente más marciales y
mostrando una armonía. Desde su punto de vista, ¿a qué se debe esto? ¿Podría
deberse a edad avanzada del Fundador, o quizá fuera porque haya habido una
transformación en su visión del Arte?
T.S.: Yo creo que ambas
cosas al tiempo.
W.B.: El Aikido en sus raíces
filosóficas, está repleto de conceptos sintoístas, como "Mushubi",
"Missogui", "Kannagara", "Daishizen",
"Kokyu", etc. ¿Cree Ud. que el distanciamiento del Sintoísmo,
existente en la tendencia mundial de la enseñanza del Aikido, es positivo? En
muchas escuelas no existe la costumbre de aplaudir ni tampoco se oye mencionar
el shintoísmo. ¿Por qué después de la muerte de O Sensei comenzó un movimiento
de separación entre el Shintoísmo y el Aikido, principalmente en los países
occidentales pero también en Japón?
T.S.: Cuando practicaba con
O-Sensei, yo era muy joven y no me interesaban ni su filosofía ni el Sintoísmo,
Solamente quería vencer a los que eran más fuertes que yo, y pienso que les
pasaba lo mismo a mis compañeros de esa época. Yo creía que el Aikido estaba
repleto de misterios y que si yo aprendía esos secretos, podría enfrentarme a
los más poderosos. Yo quería vencer a los practicantes de Judo, de Kendo, etc.
Había una diferencia de edad de 50 años
entre el Fundador y yo, y nuestros intereses eran muy distintos. Ahora, cuando
recuerdo todo lo que me decía O-Sensei, comienzo a entender el interés que
tenía él por todas esas cosas. Hoy comprendo que el Fundador procuraba
enseñarnos a liberarnos de lo ilusorio para poder encontrar la verdad del
Aikido.
Me encantaría poder volver a escuchar
lo que entonces me decía, con la experiencia que tengo hoy en día.
W.B.: A veces el Fundador enseñaba las
técnicas de Aikido con armas como el Bokken. ¿Le parece a Ud. que es necesario
practicar con armas para aprender el Arte? Quiero decir ¿La utilización de las
armas es esencial o no?
T.S.: Depende. Para mí el
Bokken y el Jo, así como las demás armas, forman parte del Aikido.
¡La cuestión no es si deben o no deben
utilizarse para aprender el Aikido! El Aikido engloba todo, es una totalidad y
yo utilizo bastante las armas en mi práctica del Aikido. Para explicar sus
enseñanzas, y según su estado de ánimo, O-Sensei utilizaba el Jo, el Bokken,
etc.
Una vez nos dijo: "Yo estoy en el
camino y creo que me acompañan, pero cuando miro hacia atrás me sorprende no
encontrar a nadie". Y nosotros pensábamos: "Caray, si hemos estado
entrenándonos con tanto ahínco y tan devotamente todo este tiempo ¿Qué más
quiere?" En aquel entonces nosotros no entendíamos, éramos muy jóvenes...
Entender lo que quería decir cuando se expresaba
con ese lenguaje era tarea de los alumnos. Para mí, el Aikido es O-Sensei. Lo
que él hacía es lo que trato de hacer yo también. Esto es lo que yo pienso;
otras personas pueden tener otros puntos de vista.
W.B.: ¿Alguna vez intentó Ud.
contrastar al Fundador, técnicamente hablando?
T.S.: Ahora resulta
gracioso, pero esto es un asunto muy serio. Me acuerdo que una vez, mientras
entrenaba Jo con O-Sensei, yo pensé: "¿Qué pasaría si ahora le diera con
el palo en la cabeza?" En ese preciso instante, O-Sensei me miró con una
expresión muy severa.
Otro Uchideshi tuvo también una
experiencia semejante. Cuando O-Sensei se encontraba muy enfermo, alguien debía
quitarle su hakama por detrás, para que pudiera orinar. El Uchideshi que lo
ayudaba pensó una vez: "¿Y si ahora yo le atacase por detrás?".
Inmediatamente, O-Sensei se dio la vuelta y le dirigió esa misma mirada severa.
Pero O-Sensei jamás hizo comentario alguno y no sabemos si la experiencia fue
producto de la imaginación del Uchideshi, mezclada con un sentimiento de
remordimiento, o si realmente el Fundador había captado algo. Otro Uchideshi
pensó preparar una emboscada para el Fundador, en un pasillo por donde pasaba
todos los días. El Uchideshi se escondió tras una pared, con un Jo listo para
atacar al Fundador. A la hora de siempre, oyó los pasos de O-Sensei
aproximándose, pero repentinamente, los pasos se pararon y pudo oír como
O-Sensei se daba la vuelta y regresaba por donde había venido. Como nadie
comentó nada, no se sabe por qué motivo el Fundador no continuó su camino, como
habitualmente.
W.B.: En la mayoría de los Dojos de
Aikido en el mundo se práctica "Kihon Waza", constituido por técnicas
de base como Katatetori Ikyo", "Nikyo", etc... ¿Era esa la
manera utilizada por el Fundador para enseñar, es decir, a partir del
"Kihon"?
T.S.: Es necesario que se
comprenda lo que se entiende por "Kihon".
Para mí, "Kihon" es mi
postura, mi forma de respirar, mi manera de reaccionar ante diversas
situaciones: es en estos aspectos donde los principiantes deben concentrarse.
Las técnicas de base pueden ser distintas según los profesores, pero deben ser
desarrolladas sobre los conceptos básicos que he mencionado. Esta es mi forma
de verlo, y era precisamente en este género de "Kihon" en el que
O-Sensei insistía más fuertemente.
Hay que comprender que el hombre tiene
un espíritu y un cuerpo, y es importante que ambos trabajen en armonía.
W.B.: ¿Cuándo cree Ud. que una persona
puede comenzar a desarrollar sus propias técnicas?
T.S.: O-Sensei decía que
esto depende de cada persona; hay quienes necesitan más tiempo, otros van más
rápido; cada uno debe ir a su propio ritmo.
Existen personas, por ejemplo como yo,
que después de 40 o 50 años de entrenamiento ¡aún no han entendido como
funcionan los elementos básicos!... (risas)
W.B.: ¡No me diga eso porque dejo de
entrenarme ahora mismo!... (risas). Después de lo visto en Brasil, ¿Qué nos
aconsejaría para progresar aún más?
T.S.: Lo mejor es escuchar
atentamente lo que Yamada Shihan enseña. A continuación, seguir manteniendo la
actitud que tenéis, de querer aprender cada vez más y descubrir nuevas cosas.
Esa es la actitud que más me gusta.
W.B.: Ahora, una pregunta que quieren
formular varias mujeres.¿Piensa Ud. que las
mujeres deben practicar con igual vigor que los hombres?
T.S.: Creo que lo más
importante que deben comprender las mujeres es que la fragilidad femenina no es
una flaqueza. Cuando una mujer toma conciencia de ello, esto pasa a ser una
gran ventaja.
Yo no soy físicamente tan fuerte, pero
me sirvo de mi agilidad y de mi percepción para superar los obstáculos y a las personas
más fuertes que yo. Las mujeres deben entrenarse con esta visión.
W.B.:¿Cuál es la enseñanza más
importante dejada por O-Sensei?
T.S.: O-Sensei decía que lo
más importante es el amor. Decía que el Aikido tiene como objetivo la armonía
entre los seres humanos.
W.B.: Muchas gracias, Sensei Tamura.
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