¿Hay kata
en el Aikido?
Por Nick Lowry
¿Hay algo
parecido al kata en el Aikido? Por supuesto que lo hay, es una pregunta
tonta, pero si se parte de la base de que el Aikido es la invención de Morihei
Ueshiba, llegamos a la conclusión de que en un principio,
sorprendentemente, no lo había.
Tampoco
había nombres para el waza. Eso me dejó noqueado la primera vez que
lo supe. Ueshiba no llamó kotegaeshi al kotegaeshi, simplemente
le llamó Aikido. No denominó iriminage al iriminage, sólo
Aikido. No había nombres en absoluto, sólo aiki indiferenciado. En el
flujo del momento aparecía una determinada cosa, a lo que el hacía tal
otra, y ahí aparecía, simplemente AIKIDO, expresándose a través de él en una
multitud de formas. No enseñó técnicas, sólo enseñó Aikido.
Había
sólo acciones y reacciones – la expresión de lo que hacía a partir de los
principios generales que encarnaba. Hiciera lo que hiciera, todo lo que pasaba
era Aikido. No había estructuras para organizarlo, ni instrumentos de
enseñanza como kihon, kata o similares. Todo era henka, todo era sólo
variaciones sobre los temas generales. Hacía que funcionase, y lo hacía
bien, estaba en la cima, era el artista marcial definitivo de su
tiempo y lugar. Y fue puesto a prueba como ningún otro desde entonces
(shinken shobu) con acero vivo, y si las leyendas son correctas
con balas también. Lo de las balas puede ser un poco excesivo, puede haber
algo de espectáculo de humo y espejos en este caso, pero no obstante es
bastante bien conocido que fue por todos lados, judo, kendo, sumo, lo que
sea, y era inalcanzable por todos los medios, armados y desarmados.
El
nombres de las técnicas y los katas vinieron después. Mucho más tarde. Tuvo que
ser introducido por otra mucha gente. Dio a estudiantes y profesores algo para
aferrarse conceptualmente. Creados para una más simple (y paradójicamente en
cierto modo más compleja) experiencia de aprendizaje. Por supuesto, algunas de
esa estructuras, probablemente se remontan al arte predecesora en el aiki,
el Daito Ryu, pero tengo que asumir que hay una diferencia sustantiva
aquí. Si Ueshiba estaba enseñando Daito Ryu, entonces ¿por qué tomarse la
molestia en fundar su propia escuela? Sin duda hay un montón de elementos
del Daito Ryu en su trabajo, pero yo diría que no estaba solo reinterpretando
el curriculum del Daito ryu. La suya era una expresión nueva y única en las
artes marciales que tenía objetivos y propósitos únicos. Una vez que hablamos
de AIKIDO, simplemente ya no se trata del viejo mundo de Takeda en
absoluto. La expresión de Ueshiba era algo nuevo, creativo e inspirador, y
originalmente indiferenciada.
Eso sigue
siendo una sorpresa para alguien que ha heredado un enfoque muy racionalizado,
muy sistematizado, con katas orientados al AIKIDO (y que me ayudan a
trabajar en el día a día). Me parece fascinante considerar el AIKI desde este
ángulo completamente diferente. Y de paso hay que destacar que el
enfoque racional en cierta manera margina al Fundador, aún cuando ensalza
su genio. Su aiki indiferenciado se convierte de alguna manera en algo
“inferior” a nuestras nuevas y sistematizadas ideas. En algunos aspectos
Ueshiba es presentado bien como una figura semejante a un Dios a quien
nadie puede replicar (lo que no es nada bueno para nuestra investigación del
arte, ya que en estos casos la replicación es importante), o bien es descartado
como algún tipo de místico espiritual anacrónico, y al mismo tiempo
nos consideramos modernos y mejor educados, racionales, y por lo tanto mejor
equipados para enseñar el arte del Fundador. ¿Seguro?.
¿Somos
realmente maestros más eficientes que Ueshiba? Ya, claro. ¿Tuvo de
verdad problemas para enseñar a gente como Tomiki, Mochizuki o
Shioda? Nuestra fantasía racionalista de superioridad sólo nos
permite apartarnos del camino.
Aún así,
este reflejo de alejarnos de lo misterioso y místico hacia una pedagogía
educativa es tal vez natural, evolutivo. No todos tenemos que
estar espiritualmente dotados para de obtener beneficios
del entrenamiento en Aikido, pero creo que lo que puede ocurrir en
tal caso (en el esfuerzo por hacer el misterio inteligible y
comprensible) es una especie de reificación, osificando los fluídos conceptos
del AIKI en “entidades conocidas”, para quedar a continuación rápidamente
atascados en ellos. Hay una hermosa fluidez y poder en
lo indiferenciado, y tal vez con tiempo nos acerquemos a ello en
el randori, si tenemos suerte. Pero incluso entonces se necesitará que nos
desprendamos de nuestra comprensión y conocimiento, y más concretamente que
aprendamos a operar desde de esa parte de nosotros que también
permanece indiferenciada. El viejo proverbio zen dice, “estudiar la vía es
estudiarse a uno mismo, estudiarse a uno mismo es olvidarse de uno mismo” No es
algo que dé demasiado miedo. Es simplemente olvidarse de uno mismo durante un
rato, soltarse, y dejar que el flujo del aiki no diferenciado nos
atraviese, y ver qué pasa.