El Dokkōdō (独行道) «El camino de la marcha
solitaria».
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Dokkōdō, El camino de la marcha solitaria, fue escrito por el gran samurai Miyamoto Musashi siete días antes de fallecer. Este libro constituye la guía del samurai para mantenerse firme y no desviarse del camino de la guerra. Es un texto indispensable para comprender la filosofía que Musashi profesaba sobre la vida y su peculiar forma de Budo.
Tanto los veintiún preceptos que constituyen el Dokkōdō como el Gorin no
sho están fechados siete días antes del fallecimiento de Musashi, y ambos están
dirigidos a un mismo destinatario, su discípulo Terao Magonojō.
Los estudiosos han comparado la escritura del Dokkōdō con la de las
cartas existentes de Musashi, de cuya autoría no se tiene duda alguna: la
primera, la que se conserva en el Museo conmemorativo Eiji Yoshikawa; y la
segunda, la depositada en el Museo Municipal de Yatsushiro. El resultado es que
los trazos, la presión del pincel, la inclinación de los caracteres y, en
definitiva, el tipo de escritura corresponden a la misma persona. Por
consiguiente, no cabe duda alguna de que el Dokkōdō que se conserva en Kumamoto
fue escrito de puño y letra por el gran guerrero Miyamoto Musashi.
«El camino que se debe
seguir solo» ‘Dokko-Do’ (“la Vía que ha de seguirse solo” o “la Vía de la
Autodisciplina” o “la marcha solitaria”). Es una obra breve consistente en
diecinueve a veintiún preceptos (los preceptos 4 y 20 se omiten de la versión
original).
En dicho documento se expresa
una forma de vida estricta, honesta y asceta. A continuación y separados por
puntos, se ponen las distintas maneras en las que se puede interpretar:
Acepta todo exactamente
de la manera que es. Jamás actúes contrariamente a la moral tradicional. No
contravenir la Vía inmutable a través de los tiempos.
No busques el placer por
tu propio bien. Evita buscar los placeres del cuerpo. Nunca intentes aprovechar
ningún momento de facilidad.
Bajo ninguna
circunstancia, dependas de un sentimiento parcial. No tengas parcialidad por
nadie ni nada. Ser imparcial en todo. No te dejes arrastrar por la avidez en
toda la vida.
Piensa ligeramente en ti
y profundamente en el mundo. Piensa poco en ti mismo, pero mucho en la
colectividad. No te preocupes por asuntos egoístas.
Mantente separado del
deseo a lo largo de toda tu vida. Estés libre de codicia a través de la vida.
No estés celoso jamás de los demás, ni en bien ni en mal.
No te arrepientas de lo
que has hecho. Nunca lamentes lo que has hecho. No tengas rencor o animosidad
hacia ti o hacia los demás.
Nunca seas celoso. De
ningún modo envidies a otros por su buena suerte, o te quejes de la tuya si es
mala.
Nunca te entristezcas
por una separación. Nunca te aflijas por la separación de alguien o de algo, en
ningún momento. No estés triste por ningún tipo de separaciones.
El resentimiento y las
quejas no son adecuadas ni hacia ti mismo ni hacia otros. Nunca te reproches
nada o a otros, nunca te quejes sobre ti o sobre los demás.
Nunca permitas que te
guíe la lujuria o el amor. Nunca sueñes en sucumbir bajo el enamoramiento (o
apasionamiento) por una mujer. No ser jamás cobarde por culpa del cuerpo.
No tengas preferencias
en ninguna cosa. Gustos y aversiones, no tengas ninguno. No buscar jamás el
bienestar personal.
Se indiferente respecto a donde vives. Sea como fuere el lugar donde vives, jamás tendrás ninguna
objeción en su contra.
No persigas el probar
buena comida. Nunca desees comida refinada para ti. No busques los platos más
refinados para contentar el cuerpo.
No te aferres a
posesiones que ya no necesites. Nunca tengas objetos antiguos ni curiosos bajo
tu posesión. No rodearse de ninguna cosa preciada en toda la vida.
No actúes siguiendo
costumbres o creencias. Jamás realices purificaciones o abstinencias
supersticiosas para protegerte contra las malas influencias.
No colecciones armas o
practiques con ellas más allá de lo útil. No tengas gusto por implementos de
ninguna clase, exceptuando espadas y otras armas. No seas tentado por ningún
objeto a pesar de las armas.
No temas a la muerte.
Jamás te arrepientas de tu vida encausada hacia la rectitud.
Conságrate enteramente a
la Vía sin temor, hasta la muerte. Aunque el cuerpo sea viejo, no tengas deseos
de la muerte.
No busques poseer bienes
o feudos en tu vejez. En absoluto desees tener ninguna posesión que te otorgue
comodidad en tu vejez.
Respeta a Buda y a los
dioses sin contar con su ayuda. Venera a Dioses y Buddhas, pero nunca pienses
depender de ellos.
Puedes abandonar tu
cuerpo pero debes perseverar en el honor. Más pronto prefiere dar tu vida que
deshonrar tu buen nombre. La espada no se desenvaina a la ligera.
Nunca te apartes del
Camino. No abandones nunca la Vía de la táctica. Nunca, ni por un momento, ni
en cuerpo ni alma, me apartaré de la Vía del Sable.
Escrito a los 12 días
del quinto mes, en el segundo año de Shoho (12 de Mayo de 1645), por
"Shimmen Miyamoto Musashi no Kami Fujiwara no Genshin".