Acerca de ser un buen instructor
Por Yoshimitsu Yamada
Cortesía
Howard Yanes, Zenshindojo, Caracas, VZLA
Editor´s Note: This article by Yamada Sensei has been
reprinted with the permission of Budo Internacional, a major martial arts
magazine publisher in Europe, for which Sensei
is a regular contributor. "On
being a Good Instructor" Traducción Carlos Torres.
"Sobre este tema, me gustaría discutir qué se requiere para ser un
buen instructor, así como la mentalidad necesaria para ser efectivo como profesor.
Es innecesario decir, que mi punto de vista está puramente basado en mi
experiencia como instructor de Aikido. He visto también algunos de mis propios
alumnos llegar a ser profesores y es a través de ellos y de mis propios años
como Sensei que realizo algunas observaciones.
Uno de los hechos más importantes es que hay aspectos más importantes
que simplemente la habilidad técnica para llegar a ser exitoso en el arte de
enseñar. Me he dado cuenta que no necesariamente es siempre el más talentoso
aikidoka quien puede impartir lo que él o ella conoce sobre el arte. Por
ejemplo, un excelente jugador de béisbol no es necesariamente un coach
efectivo. Esta idea nos demuestra que usualmente se requiere algo más que
habilidad física.
Un maestro necesita ser respetado y querido por sus estudiantes.
Hablando de respeto, frecuentemente escucho profesores quejándose de
que sus estudiantes no les ofrecen el debido respeto. En mi opinión, el respeto
no es algo que te pertenece, no se puede forzar a nadie a tenerlo. Debe ser
ganado, mayormente a través de la experiencia, confianza en sí mismo y respeto
por los demás. Para ser un buen instructor, tus estudiantes deben sentir tus
años de experiencia comprometida y tu confianza en lo que estás haciendo.
Desafortunadamente, en mi caso, siempre lamenté haberme convertido en
profesor de Aikido siendo tan joven, inmaduro y relativamente inexperto en los
caminos del mundo. Los jefes del Aikido no tuvieron otra opción, ya que el
Aikido era un nuevo arte y no había tantos practicantes dedicados a difundir el
Aikido en ese momento. Yo era sincero, pero sin las necesarias habilidades para
ser tan efectivo como podía haber sido. Mientras uno es joven, sus técnicas
pueden ser fuertes en razón de sus proezas físicas. Sin embargo, uno podría
carecer de otros factores, que lo ayudan a convertirse en un líder.
Por ejemplo, la experiencia social, cómo tratar con la gente o cómo
actuar como un ser humano con cualidades que uno aprende a través del tiempo.
Una cosa que siempre tengo en mi mente cuando enseño es, que entre los
estudiantes, hay muy diferentes tipos de gente de diferentes campos, y que ya
están establecidos y maduros en sus propias profesiones. Ellos no son distintos
a mí mismo. Es bastante interesante, que yo realmente comencé a sentirme a
gusto como profesor cuando me aproximé a mis cincuenta años. Como dije
anteriormente, además del tiempo y la experiencia, es también crucial tener
confianza, para llegar a ser un buen instructor.
Muy frecuentemente, he conocido instructores que no permiten a sus
estudiantes ninguna libertad y los frenan de ir a otros seminarios dados por
otros instructores. Ellos podrían llegar tan lejos como para decir que quedarse
con ellos es suficiente y que los estudiantes no necesitan exponerse a otras
influencias. Para mí, eso demuestra falta de confianza por parte del
instructor. Dejar a tus estudiantes ver otros mundos, los mantiene libres para
utilizar su propio juicio.
Esa clase de seguridad en sí mismo es una importante manera de llegar a
ser un líder. Recuerdo claramente una vez, cuando en un largo seminario de
diferentes Shihan de Aikido, había un grupo de un dojo en particular, que en
lugar de entrenar con el resto de los participantes, que es la esencia de la
"experiencia del seminario", solamente entrenaban entre ellos mismos.
Su profesor, que no era uno de los Shihan, quien también asistió al seminario,
les prohibió dispersarse, para no comprometer su Aikido. Adicionalmente, en
lugar de tratar de hacer lo que estaba siendo demostrado, continuaron entrenando
como siempre lo hacían. Qué triste es eso, tanto para los estudiantes, quienes
podrían beneficiarse de sentir diferentes estilos, como para el profesor que no
tenía suficiente confianza en que sus estudiantes pudieran desarrollar su
propio estilo a través de otras influencias y todavía ser devotos a él.
Finalmente, ellos no adquirieron la completa ventaja de las posibilidades de
crecimiento.
Es innecesario decir, que los buenos instructores necesitan no sentirse
como si necesitaran probarse a sí mismos para sus estudiantes. Ni tener que
demostrar cuán fuertes son. Presumiblemente, los estudiantes ya lo saben. No es
bueno para los profesores ver que las habilidades físicas de sus estudiantes
son del mismo nivel que las suyas. En otras palabras, para evitar la
comparación de sí mismos con sus estudiantes, los profesores necesitan darse
cuenta de que diez personas diferentes tienen diez aptitudes y condiciones
físicas diferentes. Un mentor valioso demuestra cariño, generosidad y paciencia
mientras trata con cada estudiante apropiada e individualmente.
Un último consejo es no hacer de sus estudiantes, sus "hombres
sí". Si te rodeas de gente que te van a poner en un pedestal, te estás
programando para la ilusión de que eres superior a las otras personas. Uno debe
entender, que fuera del tatami, eres el mismo ser humano que ellos son. No
obstante, una vez que estés en el tatami, puedes demostrarle "quien es el
jefe". Cuando lidero una clase, siento que soy el director de una
orquesta, cada uno de mis estudiantes está tocando un instrumento diferente,
donde mi responsabilidad es crear una buena armonía entre ellos.
Algunas veces, siento que soy un chef de un gran restaurant que a
través de mis recetas diarias llevo variedad y sabor a mis estudiantes, y así
ellos no se sienten cansados o aburridos, siempre busco darles inspiración.
Como Sensei de Aikido, siempre estoy buscando la manera de ser un mejor
maestro. Es un proceso de evolución que me ayuda a expresar mi humanidad y a
aprender a ser un mejor ser humano. Después de todo, es el éxito de tus
estudiantes lo que te hace un buen profesor, en tanto que un buen profesor crea
fuertes futuros practicantes. Enseñar es una relación de mutuo respeto y
entendimiento. De esa forma, tus estudiantes siempre tendrán alguien a quien
admirar y viceversa.
Para mí, eso es respeto ganado."