'No
nos alcanza el tiempo': creencia que nos impide alcanzar el éxito
Tomado de la web.
Autor:desconocido
“ La paciencia y la oportunidad…Todo llega cuando tiene que llegar. Una
vida no puede vivirse con prisas, no puede ajustarse a un calendario, como
intenta tanta gente. Los seres humanos tenemos muchas dimensiones, pero el
tiempo no es como lo vemos, sino que se compone de lecciones que se van
aprendiendo”, sostiene Brian Weiss,
en su libro ‘Los Mensajes de los Sabios’.
No obstante contrario
al mensaje del autor, la mayoría de los seres humanos pasamos nuestras vidas,
conectados en el pasado y acelerados por el futuro, es decir que vivimos
pegados al calendario de los recuerdos y queriendo en nuestro presente tener el
control de nuestro futuro. Vivimos a las carreras. Sin detenernos un instante a
disfrutar el presente. También vivimos dejándolo todo para mañana. Sin conectarnos con el ‘aquí y el ahora’. Uno de
los secretos para crear abundancia y prosperidad.
Tampoco hemos aprendido
a valorar los minutos y horas que están presentes en nuestra vida. No nos hemos
dado cuenta de que ‘el tiempo es oro’ porque a veces lo desperdiciamos y le
damos más valor a estar pegados frente al televisor, hablar y criticar a los
demás… En fin le echamos la culpa al tiempo de los problemas y dificultades.
Por lo que a diario una de las creencias limitadoras que empleamos a la hora de
justificarnos cuando no alcanzamos el
éxito y la prosperidad, es la falta de tiempo.
Al fin de cuentas como
lo señala la Coach y Entrenadora Transformacional, Myriam Chávez, “ todos
los seres humanos tenemos 24 horas al día y algunos de nosotros experimentamos
comodidad, plenitud y abundancia de tiempo, mientras que otros están siempre
apresurados y sin tiempo suficiente. Esta es otra forma de escasez”.
Descubrimos con los
años que el tiempo no tiene nada que ver con lo que queremos en nuestra vida,
el reloj simplemente nos marca las horas y no nuestra dirección o plan de vida.
El tiempo pasa indeteniblemente, implacablemente y no pregunta quién se sube
para darle un buen uso. Perdemos el
tiempo por doquier y no disfrutamos nuestra vida.
Hay una vieja historia
sobre un granjero que “un día de
madrugada, le dijo a su esposa que iba a arar las cuarenta plazas del sur. Muy
temprano empezó a aceitar el tractor y como necesitaba más aceite, fue a la
bodega a traerlo. En el camino se dio cuenta que los cerdos no habían comido,
así que se fue a la bodega donde encontró unos costales. Eso le recordó que
había que cosechar las papas, mientras iba hacia el sembrado de papas, pasó por
donde estaba la leña y se acordó que su esposa necesitaba leña en casa.
Mientras estaba recogiéndola pasó un pollo enfermo. Puso la leña en el suelo y
se fue tras el pollo. Cuando cayó la noche aún no había sacado el tractor al
campo y así le paso el tiempo”.
Muchas personas pierden
el tiempo dedicándose a aquellas cosas que son fáciles de hacer, o aquellas que
nos gustas hacer. Por lo que tendemos a dilatar aquellas cosas que deberíamos
hacer. Las prioridades son lo primero. Por lo que debemos aprender a no dejar
que otros trabajos interrumpan nuestro horario planificado. Aquellas cosas que son fáciles de hacer, o
cosas de rutina, o cosas que nos gusta hacer, pueden hacerse cuando ya hemos
terminado con las prioridades.
En otras palabras a distribuir nuestra vida
laboral, profesional, financiera, amor, recreación, salud, con nuestra vida
espiritual y por su supuesto a estar en servicio de otros. ¡Recuerde que
redimimos el tiempo, cuando lo aprovechamos al máximo: los minutos, las horas y
los días de nuestra vida atareada!.