La Lealtad al Maestro o al Sensei
Publicación
tomada de FB Hagakure Aikikai Lanus
La experiencia y los
conocimientos de un buen profesor, son el resultado de muchos años de trabajo,
estudio y “peregrinaje”... y de todo ello, va a nacer la enseñanza que
transmitirá al alumno, que se hace acreedor de ella mediante un entrenamiento
serio y constante, y su “lealtad” al profesor, que no quiere decir servilismo
(maestrolatría), ni anulación de la buena personalidad, pero tampoco
“veleidad”, es decir, andar buscando novedades, variantes, estilos, maneras,
etc., en otros profesores o maestros, pensando que en un encuentro ocasional de
una clase o de un cursillo, el maestro desconocido, le va a revelar en pocos
segundos su sabiduría o su secreto, lo cual es señal inequívoca de que no ha
depositado toda su confianza en su profesor habitual.
El sensei no puede, ni
debe prohibir que sus alumnos tengan deseos de conocer o practicar con otros
maestros; al contrario, debe invitarle a que lo hagan, como también lo hace él,
porque sabe que es una forma de enriquecerse y progresar, pero de ello no ha de
constituir un obstáculo para que el alumno consciente, olvide la lealtad que
debe a la persona que le está mostrando el camino y corrige sus errores, es
decir, a su profesor.
El sensei no es un
simple asalariado de sus alumnos, a los que está obligado a transmitir su
sabiduría por el pago de una cuota mensual, que en nada más les compromete, ya
que éstos pueden asistir o no a las clases cuando les apetezca así como
abandonar la práctica o cambiarse a otro Dojo si les viene en gana, a veces por
motivos bien fútiles.
Las relaciones profesor
- alumno van más allá de esta prosaica transacción, y es aquí donde cobra todo
su valor la lealtad a una persona.
El verdadero profesor o
maestro, se sabe “eslabón de la cadena de transmisión generacional del Budo” y
por respeto y fidelidad a la misma _para guardar intacta la herencia recibida_
se ve obligado a dispensar dos tipos de enseñanza:
- Enseñanza Ordinaria: Auténtica y fiel a la tradición, pero elemental, destinada a los alumnos menos serios o inconstantes que toman el arte marcial como un simple pasatiempo o diversión y lo toman o dejan a capricho.
- Enseñanza Especial: Que el profesor dispensa a aquellos alumnos cuyo deseo de aprender y progresar se evidencia por la seriedad y constancia de su entrenamiento y el respeto de la ética del Budo.
El profesor, a priori,
no discrimina nunca a nadie, está abierto a todos, es el alumno con su
comportamiento el que decide qué tipo de enseñanza desea recibir. Si el maestro
no enseña todo cuanto sabe, no es porque quiera conservar ciertos “secretos”
para sí con el objetivo de salvaguardar su superioridad, sino porque el nivel,
la aplicación o el interés del alumno no lo permiten.