El Tabú: Respeto y Consideración
Por Howard Yanes
Tomado de:
http://www.aikidozenshindojo.blogspot.com
El tabú del arte es algo de lo que no se habla pero todos sabemos que existe.
Las escuelas son instituciones con una jerarquía tácita por grados, niveles de práctica y antigüedad, con una forma de etiqueta dentro de la que están el respeto por lo que se hace, dónde se hace y cómo se hace. Al visitar otras escuelas me he percatado de un juicio personal que podría tener sobre la clase y si bien es cierto he visto muy buen nivel, en la mayoría de los casos cuando no ha sido así me he tomado tiempo para observar el rostro de los estudiantes, ver en sus rostros una adoración por su maestro, por cómo hace lo que hace y cómo me hace entender de la mejor manera lo que tal vez él no aprendió por las buenas, cuando veo esos rostros sé que no debo realizar comentarios inadecuados, porque no es a él a quien hiero sino a las personas que lo siguen.
También soy consciente de que a esa persona le gusta tanto lo que hace como a mí, así que tomo responsabilidad de lo que diga porque serán palabras que repercutirán en el resto de nuestras vidas y esa será la forma en la que me llevaré con alguien a quien estaré destinado a ver así no me guste.
En determinado momento el maestro tendrá una relación más cercana con algunos de los alumnos, y ellos se darán cuenta que es un ser humano como cualquier otro, no es dios, seguramente tiene problemas de pareja, suegra o se molesta en la cola del banco cuando alguien le quita el puesto, aún así, entendemos que la escuela es una institución y que transitamos la vía arreglando nuestros problemas puertas adentro, eso es lo que interpreto como Respeto, a todo aquello que me pertenece porque acepté transitar esa vía con todo y el tabú, si no me gusta siempre existe la opción de retirarse, más eso no debería promover daños a la imagen de la escuela, al maestro, al arte que enseña y a la tradición que tratamos de perpetuar.
La consideración pienso que debería ser al esfuerzo que ha hecho esa persona para llegar a donde está, todo el empeño, todas esas que se le rompió algo y se levantó del piso y siguió atacando, todas las veces que no entendió algo y le pegaron para que entendiera más rápido, todas las veces que practicó hasta no poder levantarse del piso y escuchó la voz interna que le decía “ponte de pie y sigue”, “sigue”, “agarra el bokken y sigue!”, practicar de rodillas hasta que se le queman y “sigue”…
Todos los días antes de entrar a clase cuando me estoy poniendo el cinturón me pregunto si soy digno de este conocimiento.
Todos los días al terminar la clase me pregunto si hoy dí lo mejor de mí y como no sé la respuesta sigo mi camino en silencio.
Para entrenar-estudiar-poner en práctica.
Las escuelas son instituciones con una jerarquía tácita por grados, niveles de práctica y antigüedad, con una forma de etiqueta dentro de la que están el respeto por lo que se hace, dónde se hace y cómo se hace. Al visitar otras escuelas me he percatado de un juicio personal que podría tener sobre la clase y si bien es cierto he visto muy buen nivel, en la mayoría de los casos cuando no ha sido así me he tomado tiempo para observar el rostro de los estudiantes, ver en sus rostros una adoración por su maestro, por cómo hace lo que hace y cómo me hace entender de la mejor manera lo que tal vez él no aprendió por las buenas, cuando veo esos rostros sé que no debo realizar comentarios inadecuados, porque no es a él a quien hiero sino a las personas que lo siguen.
También soy consciente de que a esa persona le gusta tanto lo que hace como a mí, así que tomo responsabilidad de lo que diga porque serán palabras que repercutirán en el resto de nuestras vidas y esa será la forma en la que me llevaré con alguien a quien estaré destinado a ver así no me guste.
En determinado momento el maestro tendrá una relación más cercana con algunos de los alumnos, y ellos se darán cuenta que es un ser humano como cualquier otro, no es dios, seguramente tiene problemas de pareja, suegra o se molesta en la cola del banco cuando alguien le quita el puesto, aún así, entendemos que la escuela es una institución y que transitamos la vía arreglando nuestros problemas puertas adentro, eso es lo que interpreto como Respeto, a todo aquello que me pertenece porque acepté transitar esa vía con todo y el tabú, si no me gusta siempre existe la opción de retirarse, más eso no debería promover daños a la imagen de la escuela, al maestro, al arte que enseña y a la tradición que tratamos de perpetuar.
La consideración pienso que debería ser al esfuerzo que ha hecho esa persona para llegar a donde está, todo el empeño, todas esas que se le rompió algo y se levantó del piso y siguió atacando, todas las veces que no entendió algo y le pegaron para que entendiera más rápido, todas las veces que practicó hasta no poder levantarse del piso y escuchó la voz interna que le decía “ponte de pie y sigue”, “sigue”, “agarra el bokken y sigue!”, practicar de rodillas hasta que se le queman y “sigue”…
Todos los días antes de entrar a clase cuando me estoy poniendo el cinturón me pregunto si soy digno de este conocimiento.
Todos los días al terminar la clase me pregunto si hoy dí lo mejor de mí y como no sé la respuesta sigo mi camino en silencio.
Para entrenar-estudiar-poner en práctica.