Hikari (luz)
Tomado del libro “El espíritu del Aikido” de K. Ueshiba
El
fundador utilizaba a menudo la expresión “más veloz que la luz” cuando
describía la teoría del aikidō. Con esto quería decir que ya que la base de las
técnicas de aikidō está en la absorción de los movimientos del compañero dentro
de los de uno, el aikidō es, en un sentido espiritual, más rápido que una bala,
más rápido incluso que la propia luz. El rasgo verdaderamente único del aikidō
es que uno está unido a la naturaleza y se mueve manteniendo el espíritu y la
técnica unidos, formando una sola cosa, y siempre de acuerdo con el principio
de rotación esférica.
Los
movimientos del aikidō son extraordinariamente variados, y más que seguir
formas fijas, las técnicas se derivan, unas tras otra, de un único principio
básico. Por esta razón incluso, ahora, todavía están naciendo nuevas técnicas y
cada día esconde una posibilidad infinita: ésta es la característica distintiva
del aikidō.
Donde
más claramente está expresado el corazón del aikidō quizá sea en irimi-nage (proyección entrando), y en
las páginas siguientes uso esta técnica como ejemplo. En contraste con técnicas
más complicadas, sus movimientos verticales al principio, y laterales al final,
son de lo más evidente.
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