domingo, 19 de agosto de 2012

La Progresión de las Técnicas de Aikido de lo Básico a lo Avanzado


La Progresión de las Técnicas de Aikido de lo Básico a lo Avanzado

Traducido por Miguel C. Elías,
Noviembre 2004


Un área de mucha confusión en Aikido es la relacionada entre la práctica avanzada y la fundamentación básica de la técnica. La visión de Morihei Ueshiba caminando imperturbablemente rodeado de atacantes quienes parecían imposibilitados de ponerle una mano encima, y en lugar de eso, saliendo despedidos en todas las direcciones con poco o ningún contacto físico, es una imagen que la mayoría de los practicantes de Aikido ha visto.

Este punto es muy interesante porque no existe un acuerdo general sobre qué estaba realizando O-Sensei, Fundador del Aikido, cuando mostró este Aikido al público. Entre los diferentes estilos de Aikido y entre un grupo aún mayor de maestros individuales, donde se agrupa quienes entrenaron directamente con el Fundador mismo, no existe prácticamente un terreno o punto de partida común cuando llega el tema de cómo el arte progresó de sus bases, dónde comenzó a variar de estilo en estilo o de maestro en maestro, a los niveles “Avanzados”.

Para algunos maestros, el Aikido “Avanzado” luce muy igual a los fundamentos básicos, simplemente más suave, con menos esfuerzo, corriendo como un arroyo de una técnica a otra. Aquí, el Aikido “Avanzado” se identifica simplemente como un indicador de nivel alcanzado de relajación y menos esfuerzo por el practicante, lidiando con los ataques decididos iniciados por un compañero/oponente. Pero parecería que no existe un intento de estos maestros en la parte de “perder la forma” como el Fundador lo tenía claramente. Otros maestros parecen haber tomado al Morihei Ueshiba de los ochenta, representando la quinta esencia del Aikido y estos han intentado duplicar la ausencia de formas exhibida por el Fundador al final de su carrera. Para estos maestros existe más importancia en ser sensitivo a cada cambio de energía, física o psíquica, del compañero, que en desarrollar una técnica con mucha fuerza. Algunos inclusive, denigran el poder del entrenamiento físico, algo contrario a la intención del Fundador.

El problema con ambas aproximaciones es que el Aikido para O-Sensei era un proceso que él mismo continuó hasta su muerte.

Aquellos que quieran tomar un tiempo particular de la vida del Fundador durante el cual él haya estado practicando Aikido “Ortodoxo” inevitablemente fallaran en entender los fundamentos en los cuales el Aikido de ese tiempo particular se basaba. Ellos también eligen ignorar todo lo desarrollado por el Fundador de manera posterior a ese lapso de tiempo, lo cual para él representaba normalmente décadas de entrenamiento incesante. Hacer esto parece ser, algo más de preferencia personal que la existencia de alguna justificación particular.

Para aquellos que prefieren pasar directamente al final de la carrera del Fundador y hacer de sus avances y técnicas sin formas el modelo de su propia práctica, están tratando de entender un arte sin conocer los cimientos sobre los cuales descansa todo el edificio.

Algunos maestros sostienen que no tenemos que reinventar la rueda, que el Fundador realizó gran parte del trabajo para nosotros y por ello, nosotros no tenemos que hacerlo. Este argumento podría sostenerse si existieran ejemplos de ello realmente. Pero Yo no he encontrado ninguna instancia en la cual alguien haya alcanzado un nivel etéreo en su técnica sin haber tenido una historia de duro entrenamiento físico.

Intentar pasar sus conocimientos a sus estudiantes sin que ellos pasen por el mismo proceso físico, en mi propia experiencia, ha fallado completamente. Esta razón parecería ser bastante obvia ya que toda idea, toda revelación que nos lleva a un salto cualitativo de nivel parece estar cimentadas en las bases firmes de los conocimientos logrados previamente. Yo mismo, no he visto a nadie saltando etapas y yendo directamente a los niveles más altos de entrenamiento sin antes haber pasado por los escalones precedentes necesarios del proceso de entrenamiento más mecánico y físico. Uniformemente, los intentos de hacerlo de esta manera que he encontrado han resultado en estudiantes cuyos movimientos son vacíos, perdiendo la necesaria intención de realizar una técnica a este nivel.

Así que, me gustaría tratar de resaltar lo que Yo constaté (a este nivel de mi propio entrenamiento) como progresión natural de la técnica de lo básico, de dependencia de las bases sólidas, del estudio de la mecánica de cómo trabaja el cuerpo, de cómo usar movimientos propios para desarrollar potencia y de cómo unir esa potencia con la del otro sin conflictos, a lo avanzado dependiendo más del aiki como interacción de lo físico con la energía, el lugar donde el Cuerpo es afectado por la Mente y la técnica se va volviendo menos y menos física y más un factor de principios de acción. Esto debería permitir al estudiante de Aikido ver la interrelación entre los diferentes escalones de progresión desde lo básico a lo avanzado. Esta interrelación existe igualmente para las técnicas de cuerpo como para las de armas.

El primer nivel de entrenamiento se revela vía las técnicas estáticas. Este nivel de técnicas está diseñado para entender la estructura. Cómo trabaja tu propio cuerpo, cómo trabaja el de tu compañero, cómo uno puede encontrar la potencia sin conflicto. Para pasar más allá de este nivel, uno debe entender las mecánicas del arte, el componente del jiu-jutsu. Uno debe aprender a relajarse y entender la “geometría” básica de la técnica. En este entrenamiento se enfatiza al compañero a trabajar con la mayor potencia para así ganar experiencia referente a nuestro “entendimiento” a ser expresado vía nuestra técnica.

El siguiente nivel en la progresión (la cual es ejecutada a menudo en forma simultánea con el primer nivel) es la técnica hecha a partir del movimiento. Demandando una continúa atención en los conocimientos desarrollados con el entrenamiento estático, el entrenamiento con movimiento comienza a enseñar como la manipulación del espacio-distancia (ma-ai) y el tiempo (de-ai) pueden servir para neutralizar la potencia del atacante. Un “centro” fuerte desarrollado a través de la técnica estática ahora muestra ser movible, dondequiera que el practicante esté, inclusive en movimiento, la sensación de “centro” es mantenida. En esta etapa el nage (defensor) permite al uke (atacante) iniciar el ataque y lo recibe usando sus movimientos para absorber el ataque. La energía del ataque es luego redireccionada dentro de la estructura del uke para las técnicas de llaves o dentro del balance del uke para técnica de proyección. Es en este estado en el que el estudiante comienza a trabajar con el concepto de cómo “guiar” la energía o atención del compañero. Guiar el Ki del oponente es un sello de las técnicas de Aikido.

Desde el punto de vista marcial, el nivel de entrenamiento anterior es limitado. Se cede considerable potencia al atacante permitiéndolo decidir cómo y cuando el ataque será ejecutado. Dando por hecho que todas las personas tienen un cierto tiempo de reacción entre el momento en que perciben algo y cuando pueden actuar en relación a lo que han visto (cerca de medio segundo para la mayoría de las personas), permitiendo al atacante tener la iniciativa como una mayor ventaja. Este es un problema ya que a) significa que del comienzo de la técnica, el nage estará actuando en forma reactiva al uke, y b) si el atacante elige utilizar menos de fuerza en una técnica, como un amague, el nage podrá mover al uke como él quiera y luego, repentinamente cambiar el ataque, haciendo por lo tanto el intento de técnica del nage incorrecta.

Así que, el siguiente nivel de técnicas, cambia a quien inicia. El nage no sólo se limita a aceptar cualquier ataque generado por el uke. El utiliza sus mismos movimientos para comenzar a generar una reacción del atacante en el momento que el nage elija. Si el nage cierra el ma-ai (espacio) con el uke, él llegara a un punto en el que el uke DEBERÁ realizar el ataque o echarse para atrás. Fallar en lograr una de las dos opciones anteriores lo situara en una posición abierta para ser golpeado por el nage. Debido a que el nage es quien determinara cuando será el momento de cruzar el ma-ai y arribar al punto de “distancia crítica” el no tendrá “tiempo de reacción” debido a que conocerá cuando el uke reaccionara. Esto es muy importante en el desarrollo de una técnica marcial efectiva y debe ser procurada en forma cuidadosa. La diferencia entre este nivel y el anterior es que el nage permite al uke iniciar el ataque y luego el guía la “atención” del uke por sus propios movimientos. A este nivel de técnicas, él toma el control del “timing” (tiempo) manipulando el “espacio”, comenzando esta consideración como “rápido y lento” en técnica irrelevante. El practicante comienza a operar fuera de la zona temporal cuando comienza a controlar los factores asociados al tiempo y el espacio.

Lo que ha estado pasando en el desarrollo de estos “estados o niveles” es que la técnica ha pasado progresivamente en volverse menos física, con los principios de tiempo y espacio usados para pulir los movimientos del atacante. En el siguiente nivel de técnicas, no sólo el nage inicia la acción para producir el movimiento del uke, sino que también utiliza la energía de su acción para guiar la respuesta que le dará el uke. En este nivel de práctica el atacante termina siendo casi completamente reactivo al nage. El nage estará controlando su acción incluso antes que comience a ocurrir. La técnica aparenta ser más ligera y más energética antes que potente y física, pero aún así, es muy posible realizar las técnicas con mucha potencia si uno decide hacerlo así. Esto es alcanzado vía la manifestación de los principios conocidos como atemi waza en lugar de proyecciones o técnicas de llaves. Realmente una técnica marcial tremendamente explosiva y efectiva puede ser generada de esta forma. En la práctica, por supuesto, el atemi waza no es utilizado para infringir daño o crear alguna disfunción física. En su lugar, es una forma de usar potencialmente una energía explosiva para generar la respuesta del uke. Esto puede servir para distraerlo y mover su energía del lugar del cuerpo donde la técnica se esté aplicando (como en una llave) o puede ser usado para llamar su atención para realizar una entrada, sin ser golpeado. En otras palabras, a este nivel de técnicas, atemi es para dirigir la atención o la energía del compañero hacia lo que uno desea y fuera de lo que uno no desea.

Cuando este nivel de técnicas es alcanzado, usualmente ya no hay contacto físico que precedan a una “proyección”. Una técnica que ha sido, en su forma básica, una técnica de agarre de alguna forma, ahora será coordinada en forma que no existirá ningún agarre. Podría o no haber intención de efectuar un agarre, pero la técnica ahora se ha movido a un nivel energético en la cual el ataque del compañero es absorbido por el nage, guiando la atención del atacante produciendo un movimiento de apertura (suki), el nage ganará el control del centro del atacante sin manipulación física sino creando una situación en la que el atacante se moverá en la forma deseada por el nage.

Un atemi que será puesto en el espacio que el uke necesita ocupar en orden a completar su ataque, resultará en que el uke romperá su propio balance a manera de escapar antes de ser golpeado. Cuando este nivel de técnica es alcanzado, la técnica es manejada vía principios puros en lugar de factores físicos que producían la misma técnica a niveles básicos. Una técnica como ryote-tori tenchi-nage ejemplifica el principio de la “separación” de la energía del compañero (física o mental). Cuando llega finalmente a su expresión energética ya no requiera un ataque ryote-tori. En efecto, tenchi-nage puede ser efectuado contra una patada de frente por ejemplo. El éxito del tenchi esta en cómo la atención del atacante será separado de lo que se percibe como blanco y redireccionado permitiendo al nage su entrada sin ser golpeado. Pero la manifestación del “principio de separación” no puede ser alcanzada sin el conocimiento de la ejecución física básica de la técnica. No puede ser saltada.

Cuando la técnica es presentada a los estudiantes de esta forma, con variaciones progresivas desde lo elemental, versiones físicas y estáticas, a las versiones avanzadas, energéticas, como el fluir del agua, puede asistir a los estudiantes en entender al mismo tiempo de donde vienen las técnicas y a donde podrían llegar con su desarrollo. Esto puede servir también para desmitificar la energética de las técnicas avanzadas desde sus principios ya que pueden ser desglosadas y enseñadas y pueden mostrar claramente cuales elementos son esenciales en proveer los cimientos de una técnica, antes de que versiones más sofisticadas sean alcanzadas. Cada nivel asume el entendimiento del nivel anterior. Usando este tipo de metodología quizás puedan existir más estudiantes quienes llegaran a los niveles más altos de este arte creado para nosotros por el Fundador del Aikido.

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