La Progresión de las Técnicas de Aikido de lo Básico a lo Avanzado
Por George Ledyard
Traducido por Miguel C. Elías,
Noviembre 2004
Un área de
mucha confusión en Aikido es la relacionada entre la práctica avanzada y la
fundamentación básica de la técnica. La visión de Morihei Ueshiba caminando
imperturbablemente rodeado de atacantes quienes parecían imposibilitados de
ponerle una mano encima, y en lugar de eso, saliendo despedidos en todas las
direcciones con poco o ningún contacto físico, es una imagen que la mayoría de
los practicantes de Aikido ha visto.
Este punto es
muy interesante porque no existe un acuerdo general sobre qué estaba realizando
O-Sensei, Fundador del Aikido, cuando mostró este Aikido al público. Entre los
diferentes estilos de Aikido y entre un grupo aún mayor de maestros
individuales, donde se agrupa quienes entrenaron directamente con el Fundador
mismo, no existe prácticamente un terreno o punto de partida común cuando llega
el tema de cómo el arte progresó de sus bases, dónde comenzó a variar de estilo
en estilo o de maestro en maestro, a los niveles “Avanzados”.
Para algunos
maestros, el Aikido “Avanzado” luce muy igual a los fundamentos básicos,
simplemente más suave, con menos esfuerzo, corriendo como un arroyo de una
técnica a otra. Aquí, el Aikido “Avanzado” se identifica simplemente como un
indicador de nivel alcanzado de relajación y menos esfuerzo por el practicante,
lidiando con los ataques decididos iniciados por un compañero/oponente. Pero
parecería que no existe un intento de estos maestros en la parte de “perder la
forma” como el Fundador lo tenía claramente. Otros maestros parecen haber
tomado al Morihei Ueshiba de los ochenta, representando la quinta esencia del
Aikido y estos han intentado duplicar la ausencia de formas exhibida por el
Fundador al final de su carrera. Para estos maestros existe más importancia en
ser sensitivo a cada cambio de energía, física o psíquica, del compañero, que
en desarrollar una técnica con mucha fuerza. Algunos inclusive, denigran el
poder del entrenamiento físico, algo contrario a la intención del Fundador.
El problema
con ambas aproximaciones es que el Aikido para O-Sensei era un proceso que él
mismo continuó hasta su muerte.
Aquellos que
quieran tomar un tiempo particular de la vida del Fundador durante el cual él
haya estado practicando Aikido “Ortodoxo” inevitablemente fallaran en entender
los fundamentos en los cuales el Aikido de ese tiempo particular se basaba. Ellos
también eligen ignorar todo lo desarrollado por el Fundador de manera posterior
a ese lapso de tiempo, lo cual para él representaba normalmente décadas de entrenamiento
incesante. Hacer esto parece ser, algo más de preferencia personal que la
existencia de alguna justificación particular.
Para aquellos
que prefieren pasar directamente al final de la carrera del Fundador y hacer de
sus avances y técnicas sin formas el modelo de su propia práctica, están
tratando de entender un arte sin conocer los cimientos sobre los cuales
descansa todo el edificio.
Algunos
maestros sostienen que no tenemos que reinventar la rueda, que el Fundador
realizó gran parte del trabajo para nosotros y por ello, nosotros no tenemos
que hacerlo. Este argumento podría sostenerse si existieran ejemplos de ello
realmente. Pero Yo no he encontrado ninguna instancia en la cual alguien haya
alcanzado un nivel etéreo en su técnica sin haber tenido una historia de duro
entrenamiento físico.
Intentar pasar
sus conocimientos a sus estudiantes sin que ellos pasen por el mismo proceso
físico, en mi propia experiencia, ha fallado completamente. Esta razón
parecería ser bastante obvia ya que toda idea, toda revelación que nos lleva a
un salto cualitativo de nivel parece estar cimentadas en las bases firmes de
los conocimientos logrados previamente. Yo mismo, no he visto a nadie saltando
etapas y yendo directamente a los niveles más altos de entrenamiento sin antes
haber pasado por los escalones precedentes necesarios del proceso de
entrenamiento más mecánico y físico. Uniformemente, los intentos de hacerlo de
esta manera que he encontrado han resultado en estudiantes cuyos movimientos
son vacíos, perdiendo la necesaria intención de realizar una técnica a este
nivel.
Así que, me
gustaría tratar de resaltar lo que Yo constaté (a este nivel de mi propio
entrenamiento) como progresión natural de la técnica de lo básico, de
dependencia de las bases sólidas, del estudio de la mecánica de cómo trabaja el
cuerpo, de cómo usar movimientos propios para desarrollar potencia y de cómo
unir esa potencia con la del otro sin conflictos, a lo avanzado dependiendo más
del aiki como interacción de lo físico con la energía, el lugar donde el Cuerpo
es afectado por la Mente y la técnica se va volviendo menos y menos física y
más un factor de principios de acción. Esto debería permitir al estudiante de
Aikido ver la interrelación entre los diferentes escalones de progresión desde
lo básico a lo avanzado. Esta interrelación existe igualmente para las técnicas
de cuerpo como para las de armas.
El primer
nivel de entrenamiento se revela vía las técnicas estáticas. Este nivel de
técnicas está diseñado para entender la estructura. Cómo trabaja tu propio
cuerpo, cómo trabaja el de tu compañero, cómo uno puede encontrar la potencia
sin conflicto. Para pasar más allá de este nivel, uno debe entender las
mecánicas del arte, el componente del jiu-jutsu. Uno debe aprender a relajarse
y entender la “geometría” básica de la técnica. En este entrenamiento se
enfatiza al compañero a trabajar con la mayor potencia para así ganar
experiencia referente a nuestro “entendimiento” a ser expresado vía nuestra
técnica.
El siguiente
nivel en la progresión (la cual es ejecutada a menudo en forma simultánea con
el primer nivel) es la técnica hecha a partir del movimiento. Demandando una
continúa atención en los conocimientos desarrollados con el entrenamiento
estático, el entrenamiento con movimiento comienza a enseñar como la
manipulación del espacio-distancia (ma-ai) y el tiempo (de-ai) pueden servir
para neutralizar la potencia del atacante. Un “centro” fuerte desarrollado a
través de la técnica estática ahora muestra ser movible, dondequiera que el practicante
esté, inclusive en movimiento, la sensación de “centro” es mantenida. En esta
etapa el nage (defensor) permite al uke (atacante) iniciar el ataque y lo
recibe usando sus movimientos para absorber el ataque. La energía del ataque es
luego redireccionada dentro de la estructura del uke para las técnicas de
llaves o dentro del balance del uke para técnica de proyección. Es en este
estado en el que el estudiante comienza a trabajar con el concepto de cómo
“guiar” la energía o atención del compañero. Guiar el Ki del oponente es un
sello de las técnicas de Aikido.
Desde el
punto de vista marcial, el nivel de entrenamiento anterior es limitado. Se cede
considerable potencia al atacante permitiéndolo decidir cómo y cuando el ataque
será ejecutado. Dando por hecho que todas las personas tienen un cierto tiempo
de reacción entre el momento en que perciben algo y cuando pueden actuar en
relación a lo que han visto (cerca de medio segundo para la mayoría de las
personas), permitiendo al atacante tener la iniciativa como una mayor ventaja.
Este es un problema ya que a) significa que del comienzo de la técnica, el nage
estará actuando en forma reactiva al uke, y b) si el atacante elige utilizar
menos de fuerza en una técnica, como un amague, el nage podrá mover al uke como
él quiera y luego, repentinamente cambiar el ataque, haciendo por lo tanto el
intento de técnica del nage incorrecta.
Así que, el
siguiente nivel de técnicas, cambia a quien inicia. El nage no sólo se limita a
aceptar cualquier ataque generado por el uke. El utiliza sus mismos movimientos
para comenzar a generar una reacción del atacante en el momento que el nage
elija. Si el nage cierra el ma-ai (espacio) con el uke, él llegara a un punto
en el que el uke DEBERÁ realizar el ataque o echarse para atrás. Fallar en
lograr una de las dos opciones anteriores lo situara en una posición abierta
para ser golpeado por el nage. Debido a que el nage es quien determinara cuando
será el momento de cruzar el ma-ai y arribar al punto de “distancia crítica” el
no tendrá “tiempo de reacción” debido a que conocerá cuando el uke reaccionara.
Esto es muy importante en el desarrollo de una técnica marcial efectiva y debe
ser procurada en forma cuidadosa. La diferencia entre este nivel y el anterior
es que el nage permite al uke iniciar el ataque y luego el guía la “atención”
del uke por sus propios movimientos. A este nivel de técnicas, él toma el
control del “timing” (tiempo) manipulando el “espacio”, comenzando esta
consideración como “rápido y lento” en técnica irrelevante. El practicante
comienza a operar fuera de la zona temporal cuando comienza a controlar los
factores asociados al tiempo y el espacio.
Lo que ha
estado pasando en el desarrollo de estos “estados o niveles” es que la técnica
ha pasado progresivamente en volverse menos física, con los principios de
tiempo y espacio usados para pulir los movimientos del atacante. En el siguiente
nivel de técnicas, no sólo el nage inicia la acción para producir el movimiento
del uke, sino que también utiliza la energía de su acción para guiar la
respuesta que le dará el uke. En este nivel de práctica el atacante termina
siendo casi completamente reactivo al nage. El nage estará controlando su
acción incluso antes que comience a ocurrir. La técnica aparenta ser más ligera
y más energética antes que potente y física, pero aún así, es muy posible
realizar las técnicas con mucha potencia si uno decide hacerlo así. Esto es
alcanzado vía la manifestación de los principios conocidos como atemi waza en
lugar de proyecciones o técnicas de llaves. Realmente una técnica marcial
tremendamente explosiva y efectiva puede ser generada de esta forma. En la
práctica, por supuesto, el atemi waza no es utilizado para infringir daño o
crear alguna disfunción física. En su lugar, es una forma de usar
potencialmente una energía explosiva para generar la respuesta del uke. Esto
puede servir para distraerlo y mover su energía del lugar del cuerpo donde la
técnica se esté aplicando (como en una llave) o puede ser usado para llamar su
atención para realizar una entrada, sin ser golpeado. En otras palabras, a este
nivel de técnicas, atemi es para dirigir la atención o la energía del compañero
hacia lo que uno desea y fuera de lo que uno no desea.
Cuando este
nivel de técnicas es alcanzado, usualmente ya no hay contacto físico que
precedan a una “proyección”. Una técnica que ha sido, en su forma básica, una
técnica de agarre de alguna forma, ahora será coordinada en forma que no
existirá ningún agarre. Podría o no haber intención de efectuar un agarre, pero
la técnica ahora se ha movido a un nivel energético en la cual el ataque del
compañero es absorbido por el nage, guiando la atención del atacante
produciendo un movimiento de apertura (suki), el nage ganará el control del
centro del atacante sin manipulación física sino creando una situación en la
que el atacante se moverá en la forma deseada por el nage.
Un atemi que
será puesto en el espacio que el uke necesita ocupar en orden a completar su
ataque, resultará en que el uke romperá su propio balance a manera de escapar
antes de ser golpeado. Cuando este nivel de técnica es alcanzado, la técnica es
manejada vía principios puros en lugar de factores físicos que producían la
misma técnica a niveles básicos. Una técnica como ryote-tori tenchi-nage ejemplifica
el principio de la “separación” de la energía del compañero (física o mental).
Cuando llega finalmente a su expresión energética ya no requiera un ataque
ryote-tori. En efecto, tenchi-nage puede ser efectuado contra una patada de
frente por ejemplo. El éxito del tenchi esta en cómo la atención del atacante
será separado de lo que se percibe como blanco y redireccionado permitiendo al
nage su entrada sin ser golpeado. Pero la manifestación del “principio de
separación” no puede ser alcanzada sin el conocimiento de la ejecución física
básica de la técnica. No puede ser saltada.
Cuando la
técnica es presentada a los estudiantes de esta forma, con variaciones
progresivas desde lo elemental, versiones físicas y estáticas, a las versiones
avanzadas, energéticas, como el fluir del agua, puede asistir a los estudiantes
en entender al mismo tiempo de donde vienen las técnicas y a donde podrían
llegar con su desarrollo. Esto puede servir también para desmitificar la
energética de las técnicas avanzadas desde sus principios ya que pueden ser
desglosadas y enseñadas y pueden mostrar claramente cuales elementos son
esenciales en proveer los cimientos de una técnica, antes de que versiones más
sofisticadas sean alcanzadas. Cada nivel asume el entendimiento del nivel
anterior. Usando este tipo de metodología quizás puedan existir más estudiantes
quienes llegaran a los niveles más altos de este arte creado para nosotros por
el Fundador del Aikido.