EL ARTE DE
ESTAR CONSCIENTE
Por Gonzalo
Gallo
A una persona bastante
atareada le dijo un sabio: “hay una pregunta que puede llenar tu vida de amor y
luz: ¿qué estoy descuidando?”.
Cuando una cita es importante
no valoras a la secretaria que te ayudó y la hizo posible. Cuando un negocio te
interesa, de seguro no saludas al portero o vigilante que te abre la puerta.
Cuando vives a las carreras comes mal, duermes mal, descansas poco y descuidas
tu cuerpo. Cuando lo material te absorbe no nutres ni cuidas tu espíritu, que
es tu fuente de energía. Obsesionado con el trabajo o el poder, ¿acaso dedicas
tiempo suficiente y atención a tu pareja y los seres amados?.
Pregúntate siempre si estás
descuidando algo importante ya que es frecuente actuar con inconsciencia. A los
inconscientes se les aplica el pensamiento de Oscar Wilde: “conocen el precio
de todo y el valor de nada”.
Para evitar eso es bueno
recordar una sabia enseñanza del budismo: vive siempre en estado de alerta ante
lo ilusorio, un mundo irreal que percibes como si fuera real porque estás
alienado.
Por eso, el filósofo inglés
Berkeley habló de una falsa realidad opresiva, alienante e ignota para el que
no piensa. Lo cierto es que el sistema crea un mundo virtual que parece real,
tal como lo muestra la película Matrix. Sólo cuando despiertas tu sentido
crítico intuyes que en el mundo hay una manipulación perversa que te ciega y te
enreda en la inconsciencia. Si despiertas actúas como Morfeo o Neo, ‘el
elegido’, protagonistas del filme, que se liberan y se dedican a liberar a
otros.
¿Eres tú esclavo de la fama,
el poder, la moda o de todo lo que te sugiere la publicidad? ¿Vives para ser o
para tener y aparentar? Observa bien la película Matrix, aprovecha sus sabias
enseñanzas y sigue lo que te diga tu corazón. Si lo haces, acaso descubras esa
realidad ilusoria que los budistas llaman Maya; entonces no descuidarás lo
importante.
El arte de vivir es el arte
de estar siempre plenamente consciente, vivir en un estado de alerta. El arte
de vivir es el arte de estar presentes en el aquí y el ahora vibrando siempre
en el amor. Suena paradójico, pero hay personas muertas en vida que respiran,
consumen y poseen.
Es el drama cotidiano de
aquellos que relegan el amor a un segundo plano deslumbrados por lo material.
Estar consciente pide serenarse, viajar hacia adentro, meditar y no quedarse en
la epidermis. Para estar mejor necesitas reprogramar tu vida y dedicar buen
tiempo al cuidado del alma. Una persona consciente no vive como un robot,
piensa la vida y siempre se pregunta: ¿qué estoy olvidando?, ¿estoy actuando
con amor? Por eso dijo un sabio: hay personas que un día van a morir sin haber
vivido.
Desde hace años me gusta
estar con moribundos y allí aprende uno lo que no enseña una universidad. Un
moribundo habla de la esencia de la vida, no se detiene en fruslerías o
banalidades. Como ve cercana la muerte habla del amor, del alma, del perdón, de
la familia y los amigos. Con frecuencia se culpa, consciente de haber
descuidado lo más importante, pero ya es muy tarde. ¿Qué estás descuidando?.
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