EL VERDADERO ÉXITO
Escritor - Conferencista
Un maestro oriental de tiro al arco tenía fama de ser también un perspicaz maestro de la vida. Cierto día en un torneo su discípulo más aventajado hizo tres dianas seguidas ante el asombro del público. Las felicitaciones llovieron sobre el discípulo y sobre el maestro, pero este último no se mostraba impresionado. Al contrario de lo que hacía el aprendiz, el maestro parecía no darle tanta importancia al hecho.
Más tarde el joven deportista le preguntó la razón de su actitud y el sabio maestro le dijo: está muy bien lo que hiciste, pero aún te falta por aprender que el blanco no es el blanco. ¿Y cuál es el blanco? Bueno, lo descubrirás por ti mismo y está dentro de ti. Con el tiempo ese joven fue consciente de que el blanco no era un éxito externo, sino interior: dominar su ego y tener autocontrol y paz.
Los cambios que cuentan son internos. “Cuando crees que el problema está afuera, ese pensamiento es el problema”: Stephen Covey. Los cambios más importantes no son los que logras en tu trabajo, sino en tu propio corazón. Ante todo elige aceptarte como eres, sé humilde y dedícate con amor a pulirte sin culparte ni culpar.
Buscar sólo cambios externos es olvidar que lo más valioso está más allá de lo material y lo aparente.
Abre el corazón, siente a Dios en ti, aplaca todo lo que te agita y cree en un nuevo renacimiento. Domina el temor y el ego, que son tus principales enemigos, y no creas que el mal está afuera, como le pasaba a un ratoncito. Vivía siempre angustiado por miedo al gato y un santo bondadoso lo convirtió en gato. Entonces empezó a sentir miedo del perro y, cuando el santo lo convirtió en perro, se asustaba pensando en una pantera. Ya de pantera temía al cazador y el santo lo volvió a dejar como ratón y le dijo: el cambio está en tu corazón.
Centra tu vida en el ser y no correrás agitado y ansioso tras los espejismos del éxito social o económico. Sólo el amor y el cultivo espiritual te regalan experiencias de gracia y días luminosos y apacibles. Disfruta lo que posees sin apegos, pero no te empeñes en acumular y en aparentar. Comparte con generosidad y no imites a los que se estresan y en su trabajo cambian salud por cheques, pobres seres que viven hipnotizados por lo aparente y sufren como esclavos del poder y el poseer. Un día cuando la muerte toque a su puerta será demasiado tarde para darle prioridad al amor. Como decía un sabio: “ningún éxito económico justifica un fracaso familiar y nadie en su lecho de muerte ha deseado haber dedicado más tiempo a los negocios”. Saca tiempo cada día para estar a solas, respira, relájate y enamórate del silencio. Tu mejor negocio es ganar paz interior y llegar a un estado en el que lo externo no te afecta. Éxito es disfrutar todo, tener sin asimientos y permanecer imperturbable cuando otros se alteran; es amar de verdad, servir y dejar este mundo mejor de lo que lo encontramos.
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