Mostrando las entradas con la etiqueta soto-zen. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta soto-zen. Mostrar todas las entradas

domingo, 12 de octubre de 2014

Chiba Sensei: Descubriendo el Cuerpo

Chiba Sensei: Descubriendo el Cuerpo

(Título original “Chiba Sensei: On discovering the body”,
Traducción: Atziri Servin



Quien piense que poner más horas en el entrenamiento necesariamente resultará en un mayor logro para su Aikido, está pensando como un niño. Fundamentalmente, esta actitud materialista no lleva a ninguna parte sino a un problema sin solución. No importa cuántas horas de entrenamiento acumulemos, no podemos evitar, día a día, estar más cerca de la tumba.

Muchos estudiantes piensan que por medio del entrenamiento pueden volver sus cuerpos sensibles y controlables, capaces de moverlos como deseen. No niego que un cuerpo sensible es una parte importante del aprendizaje. Sin embargo, es sólo una parte del mismo, una parte con relación a un principio más importante, que es el desarrollo de una actitud introspectiva en la formación, con una mirada seria hacia la autoexploración. En muchos sentidos, positiva o negativamente, nuestro cuerpo es el producto de nuestra conciencia y, a fin de descubrir lo que es, se requiere un estrecho autoexamen dentro de nuestro entrenamiento. No es útil añadir más y más información, detalles, energía, etc, externamente y sin fin a lo "demasiado" que ya está ahí.

El reconocimiento de un desequilibrio, falta de armonía o trastorno dentro de un sistema, detectado dentro del cuerpo, así como entre el cuerpo y la conciencia, es un punto de partida para el crecimiento. Se podría caracterizar el desarrollo de este reconocimiento como una conversación o diálogo que se produce entre el propio cuerpo y su conciencia. A medida que este diálogo se desarrolla, la conciencia se vuelve más clara, y uno empieza a percibir el poder natural o capacidad potencial que, hasta entonces, había estado oculta. En lugar de añadirle un elemento externo al cuerpo, cambiándolo para adaptarlo a un deseo o voluntad, uno simplemente ve lo que ya está dentro. Más importante aún, la conciencia misma -la forma en que el individuo percibe- comienza a cambiar a medida que se descubre el "verdadero" cuerpo, en comparación con el cuerpo que uno cambia de acuerdo a la voluntad.

Lo vital, el único elemento que hace al Aikido lo que es, es que el progreso en este arte avance en proporción al descubrimiento del poder natural que todo lo que, junto con un núcleo orgánico o dinámico, ya existe dentro de cada individuo. Este es el verdadero elemento que ayuda al cuerpo a funcionar en armonía en su conjunto.

Cuando uno sigue el camino del Aikido, de manera progresiva, con asombro y alegría, se encuentra con el verdadero yo, oculto, el ‘yo distanciado’ que, con su potencial inagotable, espera sin ser descubierto por muchas personas que mueren sin saber que existe.

Este pasaje de Dogen Zenji, fundador del Soto Zen, toca el tema de mi conversación de esta mañana de una manera profunda. "La práctica budista a través del cuerpo es más difícil que la práctica a través de la mente. La comprensión intelectual en el aprendizaje a través de la mente tiene que estar unida a la práctica a través de nuestro cuerpo. Esta unidad se llama SHINJUTSUNINTAI', el cuerpo real del hombre. Es percibir la mente todos los días, a través del mundo de los fenómenos. Si armonizamos la práctica de la iluminación con el cuerpo, el mundo entero se verá en su forma verdadera".

Por último, el descubrimiento del cuerpo verdadero, con su valor y belleza, no ha de estar sujeta a comparación o discriminación competitiva, más bien debe destacar por propia cuenta dentro de cada individuo. De ello se desprende como conclusión natural que el estudio del arte del Aikido es y debe ser no competitivo. Hace algunos años tuve la suerte de asistir a una conferencia en el Smith College, en Hampshire, Massachusetts; dada por un Maestro Zen de Vietnam. Durante el periodo de preguntas y respuestas, una mujer se puso de pie y le preguntó qué pensaba del sistema de meditación practicada por los cuáqueros. Él le contestó: “¿Cómo puede compararse la belleza de la flor de cerezo con la de una rosa?”.


domingo, 7 de julio de 2013

Propósito


PROPÓSITO

 

Tomado del libro “Aikido. Etiqueta y transmisión”.

Autor: Nobuyoshi Tamura

Fragmento escrito por S. Benedetti

 
 

Según una conversación con Osawa Kisaburo sensei, director técnico del Zaidan Hojin Aikikai, Sekai Aikikai So Hombu.
 

- Maestro ¿nos podría decir cómo ha influido la práctica del zen en su práctica del Aikido?. Por otro lado, ¿aceptaría usted escribir un prefacio para el próximo libro de Tamura?.

 
Practico el soto-zen. Fui discípulo de Sawaki Kôdó Roshi, el maestro de Deshimaru Roshi. El zen-soto no persigue el satori, la iluminación…es simplemente sentarse, decía él. Ser claro y nítido como un espejo que refleja todos los aspectos del mundo sin pretender retener nada ni guardar nada en su poder. Cuanto más puro sea el espejo menos apego habrá. Se trata del concepto de mu-sho-toku[1], central del soto-zen. Cuando el espejo no está perfectamente nítido transforma el mundo que recibe.

 
Asimismo, en nuestro espíritu, la más mínima traza de ego se apega al mundo y busca agarrarse para hacerlo suyo y fijarlo. Busco practicar el aikido sin apego, como un espejo.

 
El apego hace nacer el espíritu combativo; sin embargo, el aikido es una búsqueda de la libertad que se realiza modelando el cuerpo, como un panadero amasa pan, no es un método de destrucción. En el aikido se encuentra la libertad del espejo.


Si, por lo tanto, existe un espejo que pulir, por supuesto hemos de practicar el aikido en ese sentido, cada uno ayudando al otro en esta tarea. Por esta razón es paradójico transmitir el aikido por medio de un libro, porque un libro no es un espejo sino una manifestación del ego que querría fijar el reflejo del mundo.


¡Me está pidiendo que escriba, pero no se puede fijar nada por escrito! Intente, más bien, tomar nota de mis palabras…


El maestro Osawa, pues, nos ha dejado a nosotros la responsabilidad de jugar a los espejos sucios.


……

 
Nuestro cuerpo es como el árbol de la iluminación
Nuestro espíritu es como un espejo brillante
Sin cesar hay que limpiarlos
Para que estén libres de cualquier mota de polvo.

Shen Hsuin

 

 

Nunca ha habido árbol de la iluminación
Ni espejo brillante
Desde el principio la naturaleza es pura y clara…ninguna cosa es
¿Cómo podría ser ensuciada por el polvo?.

Huei Neng

 



[1] Mu-sho-toku: sin meta, sin motivo, sin búsqueda de provecho, o beneficio, o reconocimiento. El no-provecho, el no-deseo. Dar sin buscar recibir. Hacer sin esperar nada a cambio. Abandonar todo, sin miedo de perder. De la misma forma que un artista debe darse por entero sin ocuparse de alcanzar la gloria, la belleza, la riqueza; así se practica zazen: sin buscar nada, sin esperar nada, sin desear nada. Si abandonas todo, obtienes todo.
 

Eventos y Actividades